Ahí te cuelgo tristeza... ¡Voy a ser feliz!

​Cuántas veces no hemos pensado en dejar de sentirnos tristes, cuántas veces no hemos decidido no estarlo, y cuántas veces no hemos decidido simplemente "no sentir".

9 FEB 2016 · Lectura: min.
Ahí te cuelgo tristeza... ¡Voy a ser feliz!

Las emociones se generan como reacciones ante circunstancias, hechos, personas e incluso ante recuerdos, y aunque en un principio pueden resultar adaptativas, ya que serían como una respuesta que damos ante algo, si no sabemos regularnos, aceptando y sopesando la importancia de las mismas, podemos sentirnos desestabilizados, y es en ese momento en el cual "no queremos sentir", sobre todo en el caso de que se traten de emociones que consideramos como negativas (tristeza, asco, ira...).

El profesor Gonzalo Hervás utiliza una metáfora bastante buena para explicar esto, imaginar que cada uno de nosotros fuésemos carteros, como sabéis, los carteros han de repartir los paquetes que se le asignen para cada día, sino pueden ser sancionados por sus superiores. Ahora bien, tú como cartero vas a entregar a un domicilio dos tipos de paquetes, uno de color verde, lleno de emociones positivas, y otros de color amarillo, que contiene emociones negativas. Cuando acudes con el paquete verde, las puertas de los domicilio se abren sin pega alguna, pero cuando por el contrario, acudes con paquetes amarillos, comienzas a tener dificultades para realizar tu trabajo, no te abren la puerta, no cogen el teléfono; tu malestar por ello va creciendo, y en lugar de gestionarlo, decides "no sentirlo", hasta que llega el día en el que decides entregar sí o sí el paquete lanzándolo contra la ventana, liberando de una forma poco adecuada todas esas emociones que hasta ahora has ido "esquivando".

Con esta metáfora resulta quizás sencillo ver, como gestionando desde un comienzo nuestra frustración, no llegaríamos al punto de "estallar".

Las emociones poseen funcionalidad, nos ayudan a entender que algo está sucediendo. Si sientes tristeza, no la cuelgues, aprende a preguntarte qué es lo que te hace estar triste, por qué estas triste, y que función está cumpliendo la tristeza, de esta manera podrás gestionarla mejor, aprendiendo que sentirse no muy bien, realmente está genial, porque a pesar de ello, puedes ser feliz.

PUBLICIDAD

Escrito por

María Teresa Cruz

Consulta a nuestros mejores especialistas en orientación y crecimiento personal
Deja tu comentario

PUBLICIDAD

últimos artículos sobre orientación y crecimiento personal

PUBLICIDAD