¿Amar o depender?

Cuando el Amor se convierte en dependencia y supone en la persona una situación de sufrimiento de la que no es capaz salir sin ayuda. Entrando, atrapada, en un círculo vicioso.

22 MAY 2015 · Lectura: min.
¿Amar o depender?

La adicción al amor puede ser considerada tan destructiva y negativa para quien lo padece como sucede en cualquier otro tipo de adicción.

El problema que ocurre con la adicción al amor es que a día de hoy aún no hay conciencia social de su importancia y gravedad, y por lo tanto quienes lo padecen no son -en muchos casos- conscientes de lo que les ocurre y no saben que tienen un verdadero problema psicológico que deben resolver con ayuda profesional.

El concepto que socialmente se comparte de lo que es amor tampoco ayuda a ello, ya que constantemente somos bombardeados en radio y televisión por campañas publicitarias, letras de canciones y cine que nos ofrecen una visión del amor totalmente ideal, irreal y dependiente. Ej. Canción de Amaral "Sin ti no soy nada".

Nos han hecho creer que el sufrimiento, el apego y la dependencia a nuestra pareja es parte del amor y que fundirnos con la otra persona hasta perdernos en ella es amor cuando no lo es, es dependencia afectiva.

Una gran parte de mis pacientes acuden a consulta porque quieren poner solución a sus problemas de pareja, sus relaciones les atormentan, les hacen daño, viven centrados totalmente en ello, luchando día a día intentando que al final su relación llegue a ser todo aquello que imaginaron que sería, toda la energía es utilizada en esta dirección, siempre con la esperanza de que la pareja cambie y sea la persona que nosotros un día vimos, o mejor dicho, que probablemente quisimos ver.

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Fases del amor

El amor, por su función en sí, provoca en su primera fase por todos conocida como de enamoramiento, que la persona enamorada proyecte en el otro atribuciones que le hacen único y especial, esto cumple una función adaptativa y vital para el ser humano, la procreación y por ende la perpetuación de la especie. Por ello, cuando nos enamoramos no tenemos ojos para nadie mas, pues estamos convencidos de que el elegido es la mejor opción.

En nuestro cerebro ocurre lo que se conoce como " la química del amor" y entre otras cosas, en este proceso químico se produce una segregación de una sustancia igual a la que está presente en las personas con trastornos obsesivos, lo que nos lleva a pasarnos el día pensando en el ser amado, repasando en nuestra cabeza y reviviendo sus palabras, los momentos juntos, su olor, etc.

Nos vamos haciendo nuestra película repleta de ilusiones, mil proyectos de futuro, y de repente nuestra vida se llena de color, de pura felicidad, de energía y vitalidad, de autoestima...

¿Cuando empiezan los problemas?

Hasta aquí todo bien. El problema comienza cuando en primer lugar no somos nosotros quienes elegimos a nuestra pareja afín a nosotros y según nuestras expectativas realistas de lo que queremos de una pareja, sino que nos eligen a nosotros. Este hecho no tendría de modo aislado mayor importancia salvo en el caso en que las personas que nos eligen y que nosotros aceptamos con los brazos abiertos no sean las personas adecuadas para nosotros o que la relación que nos ofrezca no nos haga bien, sino más bien lo contrario, nos dañen en lo más profundo y hagan de la experiencia del amor un verdadero calvario suponiéndonos nuestra propia autodestrucción, a esto se le conoce con el nombre de relaciones tóxicas.

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Cuando una persona no ha desarrollado una sana autoestima en este ámbito, no tiene claro lo que quiere y se merece y lo que debería recibir de una pareja está a merced del azar. Una de las principales características de las personas adictas al amor y dependientes afectivas es su baja autoestima, autorespeto y amor propio.

Las circunstancias familiares, el apoyo social y el tipo de apegos desarrollados durante la infancia son algunos de los principales indicadores por las que estas personas no han desarrollado los recursos necesarios o suficientes para prevenir y protegerse de dichas personas y/o relaciones tóxicas. Estas personas son vulnerables a la dependencia afectiva por sus propias carencias afectivas, su droga es el afecto, lo necesitan y se enganchan a la primera persona que se lo ofrece o que ellos creen que se lo ofrece.

Da igual el precio a pagar, no importa que quien les proporcione este pseudoafecto no les trate bien, no les proporcione lo que necesitan como pareja, todo es soportado por el adicto al amor ya que el refuerzo que les supone sentirse acompañados, aunque en muchos casos esta compañía sea imaginaria, y el refuerzo que les supone que alguien les diga que les quiere, les hace entregar todo a cambio, hasta tal punto de soportar -en los casos más graves-, verdaderas humillaciones y malos tratos tanto físicos como psicológicos.

¿Cómo reconocer a un adicto al amor?

La persona que sufre esta adicción se ve envuelta en una situación de la que no sabe salir, no se ve capaz de dejar a la pareja que le hace sufrir, porque aunque está mal con ella también lo está sin ella, sin "su droga", produciéndose ante la ausencia de la pareja el síndrome de abstinencia como en las demás adicciones.

El adicto se autoengaña constantemente y se convence de que el cambio se acabe produciendo y todo llegue a ser como una vez fue en la fase de conquista o en la mayoría de los casos, como uno mismo se imaginó que sería la persona y la vida junto a ella.

Por supuesto, el cambio nunca llega, y el adicto se va introduciendo cada día un poco más en un agujero en el que se siente atrapado, su autoestima cada vez es más baja lo que les hace más débiles y vulnerables alimentando al mismo tiempo cada vez más su dependencia, de ahí el círculo vicioso.

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Los pensamientos irracionales que el adicto acaba creyendo les hace resistirse al paso de abandonar a la pareja, pensamientos tales como "no seré feliz sin él/ella", "no encontraré a nadie mejor", "me quedaré solo/a", "en el fondo me quiere", "lo quiero a pesar de todo", etc.

Lo que realmente tendríamos que tener claro es que quien nos hace daño no nos merece, sin más.

Tratamiento de la adicción

La Adicción al Amor, como ocurre con cualquier otra adicción requiere de un tratamiento psicológico especializado al caso y debe tomarse con la seriedad y atención que lo requiere ya que, aunque de forma encubierta, es uno de los principales problemas tratados actualmente en consulta.

Muchas personas se avergüenzan, no lo reconocen o no son capaces de pedir ayuda por su estatus, o porque son independientes y seguros en las demás facetas de su vida. Por desgracia, este problema no distingue entre guapos o feos, listos o menos listos, ricos o pobres. Alguien puede despuntar en su profesión por su liderazgo y seguridad, ser atractivo/a físicamente y ser independiente en las demás áreas de su vida y ser dependiente afectivo y sufrir por una relación tóxica de la que no sabe cómo escapar.

Si te sientes identificado en estas líneas y crees que puedes estar pasando por un problema de adicción afectiva no dudes en pedir ayuda profesional.

No es un problema fácil y su superación requiere de mucho esfuerzo y de un trabajo constante de desarrollo y crecimiento personal, vivir atrapado en una relación destructiva e insana nos esclaviza, merece la pena hacerle frente y darnos la oportunidad de ser los dueños de nuestra vida y ser felices.

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Escrito por

Rocío García

Rocío García es psicóloga general sanitaria y pertenece al Colegio Oficial de Psicólogos con identificación AO-07407. Esta psicóloga está especializada en terapia de pareja, rupturas, infidelidades, dependencias emocionales, etc. así que, si cualquiera de estos temas te inquieta, es tu profesional.

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Comentarios 2
  • Beatriz Ruano Lopez

    Sin duda he sufrido esto y creo estar superándolo. Con un poco de ayuda profesional pero sobre todo mía. Lo que más ayuda desde mi punto de vista es dar más tiempo a otras actividades y personas, darse cuenta de que hay mucho más mundo fuera de tu pareja y que ese mundo puede hacerte realmente feliz. Amigos, familia.. Una pareja no lo es todo y si tiene que llegar aparecerá la adecuada pero cuando hayamos madurado y creído en nosotros lo suficiente como para alimentar una relación sana.

  • luis felipe marulanda

    Mi felicidad depende de mi pareja si no estoy bien con ella. No tengo ánimos de hacer nada, estoy cansado de no poder ser feliz con ella. Soy muy celoso y no le doy mucho espacio aunque ella tambien cree que todo lo hace bien y no es así.

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