¿Cómo actuar cuando llega un segundo hijo?

El nacimiento de un bebé siempre supone un cambio importante en cualquier familia. Si ya hay uno o varios niños, conviene trabajar con ellos para evitar situaciones conflictivas.

4 AGO 2014 · Lectura: min.
Foto: jeffsmallwood en Flickr
El nacimiento de un bebé siempre supone un cambio importante en cualquier familia. Si, además, ya hay uno o varios niños en la misma, es importante saber cómo enfocar la llegada del nuevo hermano para evitar que éstos se puedan sentir desatendidos y se acentúen los celos y otras emociones negativas.
Celos comprensibles

Los profesionales especializados en psicología infantil coinciden en afirmar que es completamente normal que los hijos mayores sientan celos, aunque muchos de ellos no lo manifiesten abiertamente.

Igualmente, confirman que las reacciones pueden ser muy diferentes frente a esta situación: desde intentar igualar sus comportamientos a los del más pequeño –llorando, haciéndose pis, dejando de comer solos, etc.- hasta ignorarlo o rechazarlo por completo, volcando toda la hostilidad en su madre.

Otros, en cambio, intentan ayudar al máximo a los padres con el cuidado del bebé, sintiéndose más mayores y con más capacidades, con la idea de que esta actitud contribuye a que mantengan cerca a su madre y se sigan ganando su atención y cariño.

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Foto de Psicoforma.
Claves para la integración

En general, los niños se adaptan bien a los cambios, pero es importante que estén preparados para ellos y que, en todo momento, cuenten con la seguridad que le aportan sus padres y familiares más cercanos. Por ello, y para prevenir que la situación pueda complicarse, los expertos recomiendan algunas pautas que conviene seguir:

  • Ir introduciendo las nuevas rutinas que se vayan a seguir con la llegada del nuevo hermano antes del nacimiento del bebé –para que no lo asocie inconscientemente con este hecho- e ir explicándoselas al niño en función de su edad. Por ejemplo, si es la madre la que suele ir a recogerle al colegio, hay que avisarle de que, durante un tiempo, será otra persona la que acuda –puede ser su padre, su abuelo, etc.-, pero que cuando llegue a casa mamá le estará recibiendo para ayudarle con la merienda.
  • Los hermanos mayores siguen requiriendo atención y cariño dentro de su propio espacio, por lo que conviene continuar aplaudiendo su evolución y sus progresos y encontrar momentos para dedicárselos íntegramente. Aunque también hay que seguir dialogando con ellos –no necesariamente regañarles-, cuidada pero firmemente, cuando sus comportamientos no sean los adecuados.
  • También es importante implicarle con el cuidado del hermano pequeño, siempre dentro de sus posibilidades, para integrar a todos los miembros de la familia. Pero no se debe obligarle a demostrar sentimientos de cariño hacia él –con expresiones del tipo “dale un beso a tu hermanito”-, ya que lo más probable es que se vaya acercando poco a poco y por sí mismo.
  • Recordar al hermano mayor como era él cuando tenía la edad del pequeño con fotos o videos es una buena idea para mejorar la relación entre ellos. Pero nunca se debe compararlos y, mucho menos, menospreciar o infravalorar a uno u otro. 

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