¿Cómo y cuándo decir la verdad sobre Papá Noel y los Reyes Magos?

Son dos tradiciones muy arraigadas en nuestra cultura y parece ser habitual que los/as mas pequeños/as, crezcan creyendo en todo ello, hasta que llega una edad en que lo descubren por sí solos/as o los padres y madres optan por revelar la verdad.

Dicen los/as expertos/as que los/as niños/as son capaces de pensar de manera abstracta a partir de los 7 años, y que por lo tanto la edad en la que pueden entender mejor que Papá Noel y los Reyes no son reales ronda los 7 a 11 años, que es en realidad cuando la mayoría lo descubre o se entera por sus padres,madres,compañeros/as,etc.

Lo aconsejable no es marcar una edad en el calendario, sino esperar a que nuestro/a pequeño/a vaya dando señales, pistas... y estemos al tanto de ellas. Miradas, gestos de curiosidad, inconfundibles.

Si un día comenta que ha oído algo, no mintamos ni digamos que es mentira. Preguntemos qué cree, y así sabremos hasta dónde llegan su verdad, su reflexión y a partir de ahí, podríamos comenzar a valorar.

Si vemos que lo tiene totalmente claro, no le demos más vueltas, aclaremos que es una tradición, explicando cómo pueden ser las Navidades a partir de ese momento en su hogar. Si además: -"mamá, creo que es imposible que hagan magia y lleguen a todas las casas del mundo"... dos opciones según creencias familiares... -"así es,cariño,todo es una farsa adornada con luces de colores", o si se valora, puedes "seguir jugando" aún con la tradición explicándole que a veces incluso piden ayuda a los padres, madres para que les echen una mano.

Si se enfada, aceptemos su reacción emocional, no la neguemos, es un buen momento para invitarles a que expresen y pregunten... lo último que queremos es generar malestar en el pequeño/a.

No neguemos nuestra creencia acerca de la Navidad a pesar de la presión cultural, de todos y cada uno de los introyectos familiares, no tengamos miedo a preguntarnos

No neguemos nuestra creencia acerca de la Navidad a pesar de la presión cultural, de todos y cada uno de los introyectos familiares, no tengamos miedo a preguntarnos: ¿yo quiero esto para mi hijo/a?, ¿es así como quiero trasmitírselo?, ¿qué es y cómo vivo yo, nosotros/as) la Navidad?. Puede resultar una fecha mas, donde no se trata de mostrar amor regalando objetos materiales o quedando para cenar toda la "familia", cuando durante el año nunca se plantea hacerlo, de cargar con "deberías/deberíamos", y de por qué no, tener claro que se trata de un negocio mas en nuestra cultura (o la de más allá) y ademas, de larga tradición...

Adaptemos nuestro lenguaje, busquemos adecuados momentos y acerquemos la Navidad junto con nuestra realidad "sea del color que sea".

La clave... Mucho amor, comunicación y sensatez con nosotros/as mismos/as y con nuestros/as pequeños/as y ante la duda... preguntemos (nos).

Por un 2017 cargado de bonitos días, cargado de bonitos momentos

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