¿Qué es el trastorno psicosomático? 5 Señales que tu cuerpo te está mandando

El cuerpo nos habla, eso es una certeza y lo demuestra el hecho que podemos padecer de un trastorno psicosomático, otra cosa es que lo escuchemos. Frecuentemente, el estrés y la ansiedad se manifiestan a través de síntomas físicos como el dolor de cabeza, contracturas, dolor de estómago, pitido en los oídos, etc.

Esos síntomas, al ser físicos, normalmente no los asociamos a nada psicológico y pasamos de ellos. Nos tomamos unos anti-inflamatorios y seguimos como si nada pasara, pero al poco tiempo vuelven a aparecer o van cambiando de forma, es decir, aparecen nuevos síntomas que seguimos sin asociar con malestar emocional precisamente porque ya no son los mismos. Entonces, ¿Cómo podemos saber si estamos ante un trastorno psicosomático?

¿Qué es un trastorno psicosomático?

El trastorno psicosomático se trata de una condición psicológica que conduce a unos síntomas físicos, a menudo, sin una explicación médica detrás. Los problemas psicosomáticos suelen afectar casi a cualquier parte de nuestro cuerpo, por este motivo, aquellos que lo padecen tienden a buscar atención médica y se frustran cuando no tienen un diagnóstico claro. 

De hecho, las personas con los trastornos psicosomáticos pueden tener tanto pensamientos, sentimientos como preocupaciones excesivas acerca de estos síntomas, ya que incluso pueden afectar su capacidad para funcionar bien. 

Síntomas psicosomáticos

Obviamente, si padeces de un dolor que te está preocupando, debes acudir cuanto antes a un médico. Aun así, si el diagnóstico no es acorde a lo que sientes, quizá estés ante un caso de dolores psicosomáticos. Los trastornos psicosomáticos se pueden reconocer debido a los siguientes síntomas:

1. Corazón acelerado o aumento de la presión arterial: En muchos casos los problemas psicosomáticos suelen estar relacionados con una respuesta ante un exceso de estrés o ansiedad.
2. Dolores musculares: La tensión muscular también puede ser otro de los signos de que estamos ante un trastorno psicosomático.
3. Cefaleas: El dolor de cabeza también puede ser uno de los síntomas que estamos ante problemas psicosomáticos.
4. Mareos o temblores: Las personas con un trastorno psicosomático pueden sentirse mareadas o padecer de temblores debido a un dolor sin una causa aparente.
5. Problemas digestivos: La digestión es una de las funcionalidades que más se ve afectadas por el exceso de estrés o el nerviosismo. 

Estos son algunos de los signos que podrías experimentar ante un trastorno psicosomático. En todos los casos, es importante acudir a un médico para revisar realmente si estamos ante una enfermedad física.

¿Por qué aparecen los dolores psicosomáticos?

La respuesta es simple: porque no escuchas tus emociones. El cerebro domina el cuerpo y si escuchamos nuestras preocupaciones, nuestro estrés, nuestros estados emocionales y los motivos de estos (si estamos alegres, enfadados, tristes, frustrados, impotentes, etc. ) normalmente no suelen aparecer los trastornos psicosomáticos porque al ser conscientes estamos dándoles el espacio que necesitan y también así podemos resolverlos.

Pero si lo que hacemos es ignorar nuestra psique, el cerebro empieza a mandar señales al cuerpo para que reacciones. Esas señales pueden ser desde síntomas leves como: acidez, tensión alta, indigestión, dolor de cabeza etc., a problemas algo más graves como colon irritable, migrañas, úlceras o psoriasis. Es decir, nuestra mente acaba provocando una enfermedad a nuestro cuerpo por no escucharla tras un malestar emocional prolongado en el tiempo.

Con esto quiero remarcar que no se produce una enfermedad física de la noche a la mañana por haber tenido un día estresante, sino que es necesario que esa situación o ese malestar perdure durante un periodo prolongado de tiempo y no se gestione ni elabore de ningún modo.

¿Cuáles son las causas de los problemas psicosomáticos?

Generalmente, las personas que padecen de un trastorno psicosomático tienen las siguientes causas comunes:

• Exceso de estrés: Cuando las personas tienen demasiado estrés, el nerviosismo y todo lo relacionado con este trastorno puede acabar derivando en enfermedades psicosomáticas. 
• Depresión y ansiedad: Tanto un trastorno depresivo como la ansiedad puede resultar también en dolores psicosomáticos. De hecho, en el caso de la ansiedad, muchas personas pueden ver afectado su sistema digestivo debido a este trastorno. 
• Problemas en las relaciones: Estar en un conflicto con otras personas también puede causar que padecemos de problemas psicosomáticos. 

Estas son algunas de las principales razones por las que podríamos experimentar de un trastorno psicosomático. En el caso de que te sientas identificado/a con alguna de estas situaciones, te recomendamos que acudas a un psicólogo/a profesional para trabajar con las causas de estos dolores.

¿Qué puedo hacer para que no aparezcan trastornos psicosomáticos?

• Escúchate: Es muy importante gestionar las emociones diarias y para ello es fundamental ser conscientes de lo que pensamos y sentimos. Dedica cada día unos minutos de tu tiempo a valorar cómo ha ido el día, qué aspectos han sido buenos, qué aspectos han sido negativos para ti y qué puedes hacer para resolver esa situación. Por ejemplo: imagina que haces esa valoración de tu día y como positivo resaltas que has estado tranquilo/a en tu puesto de trabajo porque la mayoría están de vacaciones y no te han pedido ningún favor, pero como negativo destacas que has rendido poco y se te ha acumulado el trabajo por lo que mañana vaticinas que tendrás un día duro y tendrás que salir más tarde. Si eres consciente de ello podrás normalizar que te sientas mal al llegar a casa y también podrás hacer algo por cambiar la situación.
• Desahógate: Para gestionar las emociones es necesario darles forma a través de las palabras. Habla con alguien sobre tu malestar, explícale lo que te pasa y que te den su punto de vista. El simple hecho de hablar sobre cómo te sientes hará que te liberes un poco. Escucha los consejos y actúa de la forma que creas que debes hacerlo.
• Resuelve los problemas que puedas: Si el malestar se puede cambiar resolviendo la situación porque depende de ti, ¿a qué esperas? Desahogarse está bien, pero luego hay que moverse para disolver la preocupación. Pregúntate si puedes hacer algo para cambiarlo, y si es así ponte manos a la obra.
• Aprende a relativizar: Cuando no puedas cambiar una situación no vale la pena darle vueltas y más vueltas. Dale la importancia que tiene y no más. Aprende a vivir con ello, pero sé consciente de lo que provoca en ti (permítete el malestar puntualmente). Por ejemplo, si quieres cambiar de trabajo porque el que tienes no te gusta y te genera emociones negativas, si ya estás buscando, pero de momento no surge ninguna oportunidad, no sirve de mucho recrearse en lo mal que estás. Sigue buscando, pero no le des tantas vueltas a lo malo/a que es tu jefe o lo poco que te gusta ese trabajo. Busca la parte positiva (por ejemplo que te permite llegar a final de mes). Si solo piensas en lo negativo puedes frustrarte mucho, pero de vez en cuando te tienes que permitir "despotricar" con alguien o sacar el malestar.

Ante los primeros síntomas de un trastorno psicosomático es importante que intentemos analizar cuál es la causa y qué podemos hacer al respecto para solucionar este problema. Recuerda: el bienestar no es la ausencia de problemas, es la capacidad que tenemos de tratar con ellos. 

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