El Deseo Sexual Hipoactivo: “¿Por qué ya nunca me apetece?”

“No me apetece” “Ahora no” “Estoy cansad@” “Quizás mañana” “Déjame”. El bajo deseo o Deseo Sexual Hipoactivo es una realidad que afecta cada vez a más personas, especialmente mujeres.

23 ABR 2014 · Lectura: min.
El Deseo Sexual Hipoactivo: “¿Por qué ya nunca me apetece?”

“No me apetece” “Ahora no” “Estoy cansad@” “Quizás mañana” “Déjame”

El bajo deseo o Deseo Sexual Hipoactivo es una realidad que afecta cada vez a más personas, especialmente mujeres. Dejando a un lado su clasificación como un “trastorno” con las connotaciones negativas que esto lleva asociado, la verdad es que es un duro problema que no sólo afecta a quien lo padece, sino en muchas ocasiones a su entorno.

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Pero… ¿Qué es el Deseo Sexual Hipoactivo?

Hace referencia a una disminución o ausencia persistente de fantasías sexuales, pensamientos relacionados con la actividad erótica o deseos de llevarlo a cabo, causando una importante preocupación personal.

Vivimos actualmente en una sociedad que valora excesivamente la actividad sexual, el deseo, el nivel de rendimiento, la frecuencia, duración… Parece que debemos tener ganas, muchas además, y siempre, pero… ¿qué ocurre cuando no es así? ¿Tengo un trastorno? ¿He de tratarme?

Muchas de las personas que acuden a consulta por una demanda inicial de Deseo Hipoactivo tienen por delante un trabajo muy diferente del que esperaban. Son personas satisfechas de su deseo, que no buscan mayor frecuencia o intensidad, y creen que esto es justo la raíz de sus problemas. Han aprendido que ser “sano”, “normal”, implica un nivel de actividad sexual al que no llegan, se frustran y preocupan innecesariamente.

Por esto, antes de plantearnos si nuestro Deseo Sexual es bajo o no, debemos cuestionarnos ¿Estoy satisfecho con mis pensamientos, fantasías o relaciones? ¿Realmente me gustaría aumentarlas a mí o lo hago empujado por otros motivos?

En este artículo nos centraremos en aquellas personas que han sufrido un cambio en su deseo, que realmente quieren aumentarlo y que les genera una gran preocupación a nivel personal.

“Hoy no me apetece”, pero… ¿Por qué?

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Las causas del Deseo Hipoactivo pueden ser diversas y es preciso adaptar el tratamiento para cada persona y caso concreto.

Lo primero es descartar que el origen obedezca a razones biológicas como: Niveles bajos de andrógenos, hipotiroidismo, ciertos medicamentos como antidepresivos, quimioterapia, ingesta de alcohol u otras drogas, hemocromatosis, endocrinopatías, etc.

En cuanto a las causas a nivel psicológico, también pueden ser diferentes y es preciso evaluarlas adecuadamente:

  • Las relaciones eróticas están muy centradas en el coito, y es posible que algunas mujeres no encuentren su mayor deseo en esta práctica o, al menos, no solamente en ella. Es por ello que pueden frustrarse, bloquearse o decepcionarse en las relaciones eróticas.
  • Problemas diarios como la carga laboral o familiar, que suelen afectar en mayor medida a las mujeres.
  • Educación insuficiente o inadecuada, con ideas erróneas sobre el deseo, las relaciones eróticas, las fantasías sexuales, etc.
  • Ansiedad ante los encuentros eróticos, que hace que evitemos dichas situaciones, provocando mayor ansiedad en futuras relaciones. Y entrando en un círculo difícil de romper.
  • Baja autoestima, sentimientos negativos ante nuestro cuerpo o figura. Provocado en gran parte por los niveles de exigencia que la sociedad actual impone.
  • Problemas de pareja. Los hombres suelen disociar mejor el área emocional de la sexual, por lo que, aunque estén atravesando una crisis conyugal, su deseo no se verá afectado. En la mujer, esta disociación es mucho menor y si están mal con su pareja muy probablemente su deseo disminuirá. Aspecto difícil de comprender para el hombre, lo que agravará aún más el conflicto, afectando en mayor medida al deseo de ella.
  • Incapacidad para expresar intimidad con el propio cuerpo. En las relaciones eróticas, como en la vida, nos comunicamos, hablamos sin palabras con nuestra pareja. Existen personas incapaces de “expresarse” con el cuerpo en las relaciones eróticas, y las utilizan como un medio para alcanzar algo. Esto puede afectar al deseo de la persona y al de su pareja, que se ve como un simple objeto.
Entonces... ¿Qué hago?

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El bajo Deseo Sexual, eliminadas las causas orgánicas, se puede trabajar a través de una serie de técnicas que normalmente tienen lugar en la conducta de un Sexólogo o Psicólogo especializado. Veamos brevemente en qué consiste dicho trabajo:

  • Educación sexual sobre ideas o concepciones erróneas de la sexualidad, la respuesta sexual humana, roles, mitos…
  • Trabajo de las cogniciones o pensamientos negativos asociados a la Sexualidad y Erótica.
  • Habilidades de comunicación, expresión de sentimientos y resolución de problemas.
  • Autoconocimiento: qué me gusta, con qué disfruto, qué no quiero en mis relaciones y erótica…
  • Trabajar la imaginación mediante diferentes recursos: bibliografía, filmografía, fantasía interna…
  • Entrenamiento en relajación.
  • Focalización Sensorial: ejercicios destinados a mitigar la ansiedad y tensión que envuelve a las relaciones eróticas.
La falta de deseo… ¿Puedo prevenirla?

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Definitivamente sí. Se puede y es un trabajo muy sencillo, aunque constante y del día a día. Si abandonamos el deseo, como cualquier otra cosa, se irá perdiendo poco a poco hasta que nos cueste encontrarlo y rescatarlo. Por ello, se trata de un aspecto más de nuestra vida cotidiana que no debemos olvidar “regar”. Veamos cómo:

  • Si tienes pareja, reserva tiempo para pasarlo con ella. Tiempo de intimidad sexual y de intimidad no sexual. Pasar más tiempo con nuestra pareja para hablar, salir solos, ayudarnos…hará que aumente la intimidad y el deseo no se apague.
  • Si no tienes pareja no quiere decir que no tengas deseo o debas apagarlo mientras tanto. Exista o no un compañer@, cultiva tu fantasía, tu imaginación, dedícate tiempo a solas… La Sexualidad y el disfrute no tienen por qué ir siempre acompañados de otra persona.
  • El Deseo no sólo se encuentra en la cama, es mucho más y abarca otras áreas de nuestra vida. Cultivar el deseo en otros ámbitos, el trabajo, la familia, aspiraciones futuras…hará que nos sintamos satisfechos con nosotros mismos y esto incidirá muy positivamente en el deseo sexual.

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La falta de deseo sexual no tiene por qué darse en ninguna etapa de la vida, aunque nuestra respuesta sexual va cambiando con el paso del tiempo, seguimos siendo seres sexuados y es importante que exista una sexualidad placentera para ambos miembros de la pareja. Esto mejora notablemente nuestra calidad de vida.

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Escrito por

Cristina Barbado Baeza

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