Alta autoestima: 10 Sorprendentes habilidades de las personas con una alta estima

La época de nuestros abuelos existía la creencia que la alta autoestima era algo malo, puro egoísmo y desinterés por los demás, y que lo correcto era ser siempre humilde y modesto con nuestros logros y cualidades, e incluso abandonar nuestros deseos y necesidades por los demás. Con los años ha ido mejorando esta visión sobre la alta estima, tanto es así que ahora es lo que todas las personas buscamos.

¿Qué significa tener una autoestima alta?

Desde hace décadas nos han inculcado la idea de que necesitamos conseguir una alta autoestima para creernos capaces de todo, estar siempre seguros de nosotros mismos y conseguir todo lo que nos proponemos. A pesar de que culturalmente se tiene esta visión para señalar una buena autoestima, la realidad es que una persona con alta autoestima también puede sufrir ciertos problemas. Cuando la autoestima es inflada y excesiva, esta puede derivar en una personalidad demasiado egocéntrica y narcisista.

Baumeister, Smart y Boden tras diversas investigaciones consiguieron llegar a la conclusión de que la alta autoestima estaba asociada a personas egocéntricas, arrogantes y prepotentes, con tendencia a distorsionar la realidad para hacerla coincidir con su imagen distorsionadamente positiva, a reaccionar con ira o violencia, y a dominar o subyugar a sus semejantes. Estos estudios no remarcan que una alta autoestima tenga que ser necesariamente mala, sino simplemente el hecho de que con exceso puede derivar en ciertos problemas personales.

Autoestima alta: Características principales

Las personas que tienen una alta autoestima o más bien una buena autoestima (es decir sin ser excesivamente alta), se caracterizan principalmente por las siguientes actitudes.

1. No buscan la aprobación de los demás

No depender de nuestros logros o de la aprobación de los demás, sino de que cada uno vale igual que el resto de personas, ni más ni menos. Cada uno es un organismo en el universo en el que no hay ninguna ley científica establecida que diga que alguien valga más que otro, sino que es inherente e incondicional a cada uno por el hecho de existir. Esta es una de las características de las personas con una autoestima alta más deseadas actualmente.

2. Creencias flexibles y realistas

Sus creencias son flexibles y realistas, no rígidas y perfeccionistas: en su visión del mundo dan cabida los errores propios y ajenos, los aceptan si no se pueden solucionar, y aprenden de ellos para mejorar. Tanto es así que cuando alguien disfruta de una buena autoestima acostumbra a tener una mente muy abierta respecto a las opiniones y actitudes de los demás.

3. Conocen sus virtudes y limitaciones

Se conocen en profundidad y no tienen miedo de conocer sus propias limitaciones o errores propios. Estos no desmontan su autoestima, sino que pueden ser información útil para mejorar, aprender y lograr sus metas. Una persona con alta estima siempre intentará no tomarse mal los fallos o críticas, sino que buscará la manera de poder mejorar en sus debilidades.

4. Son responsables

Una de las características de las personas positivas y con una alta estima es precisamente su capacidad para responsabilizarse de sus acciones. La culpabilidad no les sirve para nada, sólo para recrearse una y otra vez en los propios errores sin llegar a una solución. Pasan de rumiar sobre estos errores, y en vez de ello se responsabilizan de ellos, aceptándolos e intentando solucionarlos si se puede.  Aprendiendo de ellos y utilizándolos para su propia maduración personal, intentando que no vuelvan a suceder.

5. Aceptan sus fracasos

Cada obstáculo no les desespera, no suponen que merecen obtener todo lo que quieren, sino que aceptan que muchas veces no van a poder conseguirlo. De esta forma, una persona con alta autoestima acostumbra a no ver sus fracasos como algo negativo. Para llegar a una meta u objetivo alto es necesario fracasar muchas veces.

6. Son empáticos

Una buena autoestima promueve conductas altruistas y una actitud tolerante hacia los demás, ya que no se creen ni mejor ni peor que nadie. Aceptan que haya diferentes formas de pensar y percibir el mundo, por ello no juzgan las actitudes o las ideas de los demás.

7.  Se cuidan por dentro y por fuera

Una alta autoestima o una autoestima sana, impulsa conductas de autocuidado y respeto por uno mismo. Por ello, no sólo tienen empatía hacia los demás sino también hacia sí mismos. Una persona con alta autoestima crea un dibujo realista sobre sí mismos y saben cómo mejorarlo sin dejarse vencer por pensamientos negativos sobre sus defectos.

8.  Saben organizarse mental y físicamente

Una persona con una autoestima alta, tiene la capacidad de priorizar objetivos y saber organizar su tiempo de manera efectiva. Hay personas que se guían por lo que les apetece en el momento, pero luego se quejan de su mala suerte, o de vivir en una montaña rusa de emociones.

9.  Aprenden de los demás

Promueve una envidia sana intentando alcanzar lo que desean sin sentirse amenazados por personas más cualificadas. Una de las características de las personas con una autoestima alta es que saben utilizar la envidia como fuente para sus objetivos o proyectos.

10. Son perseverantes

Perseverancia, ya que piensan que nada les tiene que venir dado, porque ya contaban con que no iba a ser fácil conseguir lo que quieran, pero sin llegar a la extenuación, sino que disfrutan del proceso o el camino para conseguirlo más que de la propia meta. Cuando alguien tiene una autoestima inflada o baja, en muchas ocasiones se frenan a sí mismos a causa de valorarse demasiado o infravalorase. Una buena autoestima sabe cómo perseverar hasta conseguir lo que se desea.

Estas son las principales características de una persona con una alta autoestima o una buena autoestima. Tener estas habilidades no es más que un producto de esforzarse en el autocuidado personal. Por ello, la alta estima se puede aprender a través del conocimiento o con la ayuda de un profesional de la salud mental.

Diferencias entre una autoestima sana o una mala autoestima

Tanto la autoestima inflada o baja autoestima poseen una característica en común: su fragilidad. Ambas dependen de la aprobación de los demás y de los logros de manera rígida, y en el momento en que esto no coincide con su ideal de persona, reaccionan de manera inadecuada.

Las personas con una autoestima inflada, poseen una visión muy distorsionada sobre ellos mismos. Tanto es así que cuando existe un exceso de alta autoestima, estas personas tienen un sesgo de auto-mejora.  De esta forma, en el momento en que alguien les critica o algo les sale mal rompe su concepción exageradamente positiva de sí mismos, y reaccionan con ira hacia el que les criticó.

Por el contrario, si tenemos una autoestima exageradamente baja, sólo nos damos cuenta de nuestras limitaciones, nos anquilosamos en la idea de que siempre seremos así de mediocres, sin aprender de nuestros errores y tener la posibilidad de mejorar y llegar a nuestro ideal de persona. Ante una crítica o contratiempo reaccionan con desesperanza, impotencia y angustia, confirmando así su idea de que son un desastre y de que no merecen que les vaya bien en la vida, respondiendo de manera pasiva y sumisa para proteger la poca autoestima que les queda.

Estos dos tipos de autoestima están basadas en creencias sobre exigencias de lo que debería de ser el mundo, los demás y nosotros mismos. En el momento en que estas ideas rígidas se rompen, es cuando aparecen las emociones descontroladas, intensas, bloqueantes e inadecuadas, provocando así una disminución de nuestra eficacia a la hora de conseguir lo que podemos llegar a lograr.

Si no dependemos de la aprobación de los demás, desempeñaremos nuestros propios objetivos y metas en la vida acordes con nuestras cualidades y limitaciones, encontrándonos a gusto con ello. Con la autoestima incondicional o verdadera, afloran emociones moderadas que ocasionan un aumento en nuestro rendimiento, nos movilizan y motivan para alcanzar objetivos valiosos y alcanzables para nosotros.

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