El lenguaje de los dolores de espalda

Se ha observado que los dolores de espalda aparecen con más frecuencia en las personas que tienen entre 30 y 60 años.

26 NOV 2014 · Lectura: min.
El lenguaje de los dolores de espalda

Se ha observado que los dolores de espalda aparecen con más frecuencia en las personas que tienen entre 30 y 60 años, siendo ésta una etapa de la vida donde más responsabilidades y mayor presión sufrimos los seres humanos.

Es la queja psicosomática más frecuente

El dolor de espalda es la queja psicosomática que más se escucha en la consulta del médico, en la del psicólogo, y en la calle. Este dolor afecta principalmente a la zona del cuello, hombros, zona lumbar, espalda en general, glúteos y extremidades. A nivel médico este trastorno es conocido como Síndrome de Miositis Tensional (SMT), y es tratado como problema fisiológico exclusivamente. Es decir se trata como una anomalía estructural de la columna vertebral, o como una deficiencia muscular, o como el resultado de malas posturas, falta de ejercicio, esfuerzos físicos, pinzamiento de algún nervio etc. sin tener para nada en cuenta los factores emocionales.

Las emociones no expresadas pueden provocar dolores de espalda

En la actualidad conocemos muy bien la relación que existe entre el cuerpo y la mente. Por lo tanto no podemos separar los pensamientos conscientes e inconscientes, así como las emociones no expresadas de las dolencias del cuerpo.

Sabemos que los factores emociones no resueltos son responsables de un gran número de dolencias en la espalda, por lo tanto se hace imprescindible utilizar una técnica psicoterapeútica adecuada.

Ansiedad y dolores

El estímulo emocional que desencadena estos dolores musculares tiene que ver con la ansiedad, independientemente de la edad de las personas, pues también aparece en niños y con más frecuencia en adolescentes.

Cuando la mente decide tener dolor antes que afrontar el problema emocional

La mente decide que es mejor tener un dolor físico que un dolor emocional. Así que estas áreas afectadas sufren falta de oxígeno, que de forma inconsciente bloqueamos, lo que provoca dolor en los músculos, tendones, nervios y ligamentos. Si nos limitamos a un tratamiento solamente físico, los dolores volverán o se trasladarán a otras zonas del cuerpo. Podemos pensar que la mente prefiere esta estrategia y así desviar la atención de las emociones. Es decir que se trata de una respuesta ante la necesidad de evitar que determinados sentimientos no aceptados se puedan volver conscientes.

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Escrito por

Concha Caballero Neira

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