Gestionar el estrés

Aprender a gestionar el estrés es la mejor forma de vivir serenamente cada momento de nuestra vida, sin que las tensiones puntuales nos desequilibren.

11 NOV 2013 · Lectura: min.
Gestionar el estrés

Las tensiones físicas generadas por presiones psicológicas suelen hacerse presentes en alguna parte de nuestro cuerpo. Con frecuencia, la misma zona. A muchas personas les generan problemas de espalda, a otras de estómago, dolores abdominales y en general se suelen presentar problemas de sueño.

Sabemos que el estrés es una reacción normal y necesaria ante una situación de riesgo que requiere una actuación rápida por parte de un organismo vivo (no solamente el ser humano); de hecho, se hace experimentos con animales a los que se llevan a una situación de “estrés” a fin de estudiar las variaciones en su comportamiento respecto de otra situación relajada.

En nuestro caso, por la forma de vida occidental, la tensión necesaria que nos habría salvado la vida al inicio de nuestra evolución como especie, se vuelve contra nosotros mismos al mantenerse mucho tiempo sin que haya una solución a la vista. Evolutivamente, no estamos tan alejados de nuestro origen como especie, para haber modificado el estrés que nos habría salvado de un animal en la selva hasta haberlo convertido en algo relativo y de menor tensión fisiológica como la que necesitamos en nuestro modo de vida actual. La tensión continua que nos puede producir una situación laboral determinada y prolongada en el tiempo, pero percibida como agresiva y vital (no siéndolo), generará un desgaste físico y mental que nos puede llevar a un cuadro de ansiedad generalizada o incluso depresión.

Siempre recomiendo a mis pacientes, que en lugar de luchar “contra” el estrés, aprendan a “gestionarlo”. La diferencia entre “luchar” o “gestionar”, reside precisamente en la cantidad de recursos personales vitales: mentales y fisiológicos que vamos a destinar para que determinadas situaciones no terminen afectándonos más allá de lo que el problema que lo genera requiere.

El estrés, las situaciones que nos generan estrés y la respuesta de nuestro cuerpo al mismo, siempre va a acompañarnos, siempre va a estar con nosotros. Por tanto, luchar contra el estrés sería poco menos que intentar erradicarlo de nuestra vida. Pero eso es imposible porque la respuesta fisiológica es inherente a nosotros.

Sin embargo, si podemos aprender a gestionar esa respuesta para que no se convierta en algo más agresivo para nuestra salud que el mismo daño que habríamos recibido si no tuviéramos ese mecanismo de defensa. En otras palabras: a veces el estrés que genera una determinada situación laboral es más dañino que lo que podría haber ocurrido si nos hubiéramos abandonado a nuestra suerte en dicha situación. Como puede ver, el estrés o la ansiedad que puede generar, tiene su alimento en la rumiación mental de situaciones de peligro exageradas que normalmente no se van a producir pero que nuestro organismo las vive como reales.

En ocasiones, salir de esta rutina exige la ayuda de un profesional de la salud mental. Contemple esa posibilidad si es su caso.

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psicólogos
Escrito por

Pedro Alonso Cabrera

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