La depresión

Algunas veces, la gente se toma la depresión como un problema "del siglo XXI" sobre todo los deprimidos.

22 ENE 2015 · Lectura: min.
La depresión

Algunas veces, la gente se toma la depresión como un problema "del siglo XXI", sobre todo los deprimidos.

Sí, porque estás ahí, sabes que tienes que levantarte del sofá, ducharte, o cenar y es imposible: lo has hecho toda la vida y ahora no puedes. No te has roto nada, eres el mismo, y no puedes. Y una especie de te susurra: "Ves, eres idiota, deberías poder hacerlo. No vales nada. No mereces ni vivir". Te parece absurdo porque has pasado por cosas peores en tu vida que has superado con holgura. Hay una especie de culpa que planea sobre tu cabeza "Mi vida es relativamente buena, luego debería sentirme mejor". Y es ese mismo pensamiento que te lleva a la tristeza y la inacción. Pero aún hay más: si tu tristeza e inacción te parecen culposas y te avergüenzan, lo más probable es que empieces a encerrarte en ti mismo, a no confesar lo que sientes. Se hace así una terrible mezcolanza entre no hacer nada, no decir nada y sentirse tremendamente mal.

Empiezas a creer que eres débil, y de repente, esa posibilidad se hace muy dolorosa. Racionalmente, es peor ser que sufrir una etapa de debilidad. Sin embargo, ese pensamiento crece, y te mina por dentro. Empiezas a sentir que no mereces lo que tienes, porque no lo sabes valorar. Empiezas a compararte con los demás, sin ser consciente de que hay una trampa: cuando nos sentimos mal con nosotros mismos, elegimos a gente que nos va a hacer sentir inferior. Así que eliges a Manolita, la del cuarto, que sufrió un cáncer sin quejarse (que tú sepas)y te empiezas a recrear en las diferencias -más subjetivas que objetivas-, que hay entre su fortaleza y su debilidad.

La tristeza va creciendo, es como una mancha de pintura que lo cubre todo. Nuestro cerebro selecciona la información que procesa, en parte, a partir de nuestro estado emocional, así que la mancha empieza a cubrir todos los espacios de tu vida. Al principio, el problema era sólo laboral, por ejemplo, pero con el trascurso de los días, se va extendiendo a lo social, familiar, económico, lucrativo... Todo tiene pegas.

Por eso, si le preguntas a alguna persona que haya sufrido una depresión te dirá: "prefiero sufrir cualquier cosa antes que volver a experimentar esa desesperanza".

He escrito este artículo para familiares y amigos de personas con depresión, con la intención, de que puedan meterse un poco más en la piel del deprimido. Yo no me puedo culpar de no saborear una comida cuando estoy congestionado. De la misma forma, cuando estoy en un proceso depresivo, no tengo la culpa de no disfrutar de nada, o de que todo se me haga grande. Esto, sin embargo, no quita que se pueda salir de la depresión, eso sí, esforzándose (a veces, muchísimo).

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psicólogos
Escrito por

Julia Benlloch Psicóloga

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