La felicidad no es lo que tú crees

Nos han enseñado a perseguir la felicidad a toda costa. En este artículo te cuento por qué ésta es una muy mala estrategia.

3 MAR 2015 · Última modificación: 21 DIC 2020 · Lectura: min.
La felicidad no es lo que tú crees

¿Qué es para ti la felicidad?

¿Cuánto tiempo hace que la buscas? ¿Cuánto tiempo hace que corres desesperadamente hacía ella?

Sobre la felicidad se ha escrito largo y tendido. Ríos de tinta se han invertido en ello. Y sin embargo, ¿crees que eres feliz? Podrías definir en una frase o en dos por qué crees que eres o no eres feliz?

Quizás lo que se te ocurran son momentos de felicidad:

• El día que nació tu hijo

• El momento en que te ascendieron

• Aquel día que conseguiste que aquella chica te hiciera caso

• Los paseos al atardecer junto el mar…

Pero, ¿cuánto duraron esos momentos? En qué momento dentro de esos momentos conseguiste la máxima felicidad? Es decir, ¿el día que te ascendieron, fuiste todo el día enteramente feliz? ¿O quizás ese estado varió a lo largo de las horas?

Nos han enseñado a perseguir la felicidad. Nos han dicho que la felicidad es un trabajo ideal, una pareja ideal, una casa ideal, una jubilación ideal…

Pero la realidad es distinta. La realidad es que ese estado al que llamamos "felicidad" que se asemeja a unos grandes fuegos artificiales, dura poco y se mantiene menos.

Así, cuando se desvanece el estado de "felicidad" volvemos a las andadas y seguimos con nuestra maratón particular buscando el nuevo momento, ese que, sí o sí, nos garantizará la felicidad permanente.Claro, igual que cuando corres una carrera, esto de perseguir algo desesperadamente, cansa y… ¡mucho!

Entonces, ni encontramos la felicidad permanente ni estamos en paz con nosotros mismos porque siempre esperamos que pase algo más guai, más ¡guauuuu!

Así pues, el error está en el concepto. La felicidad se puede encontrar en un momento duro y difícil. Porque quizás la felicidad como tal no existe. Lo que existe es la vida.

No sé la tuya, pero mi vida está repleta de momentos variopintos:

– Días tristes– Días radiantes– Días aburridos– Días insignificantes– Días melancólicos– Días de rabia– Días, días y más días

Y si pudieras pedir un deseo… ¿borrarías de tu vida los días aburridos? ¿Borrarías de tu vida los días tristes?

No contestes aún. Piénsalo bien. ¿Realmente te gustaría borrar de tu vida los días en que has podido saber qué es la tristeza? ¿Te gustaría pasar por este mundo sin saber lo que es aburrirse o enfadarse con alguien? ¿Estarías dispuesto a borrar de tu vida, la mitad de la misma?

Imagínate que preparas una gran fiesta para tu cumpleaños. Te hace mucha ilusión, lo tienes todo arreglado y tu mente ha planificado la noche ideal.Empiezan a llegar los invitados, la música es perfecta y… de repente, aparece un invitado borracho que huele muy mal. ¿Anularías tu fiesta por este invitado? ¿Anularías tu día por haberte sentido mal a causa de la presencia de esta persona? ¿O bien, intentarías gestionar la situación lo mejor posible sin tener que anular tu fiesta?

Probablemente, lo más razonable sería seguir con la fiesta, ¿no? A pesar de las emociones negativas que el invitado te haya causado, seguirías con la fiesta.

Pues en la vida, pasa lo mismo. En multitud de ocasiones tenemos fiestas con invitados borrachos. Pero lo que nos han dicho es: "si tienes un invitado borracho en tu fiesta, no puedes ser feliz"

Visto de este modo, parece surrealista, ¿verdad?

Lo que yo te digo es: puedes celebrar tu fiesta con el invitado borracho y ser feliz. Puedes pasar un mal momento y ser feliz. Puedes llorar y ser feliz…

Porque la felicidad no es lo que tu crees. La felicidad es el hecho de vivir, el hecho de transitar por la vida intensamente y aprender mientras lo haces. Poder recordar que todo lo que has vivido te ha configurado como la persona que eres ahora.

Y si quieres, puedes seguir corriendo en busca de la felicidad permanente. Pero tengo dos malas noticias:

La primera es que no existe. La segunda es que te vas a cansar y a frustrar durante mucho tiempo.

Tú eliges.

PUBLICIDAD

Escrito por

Natalia Pomar

Licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona. Postgrado en Arteterapia Gestalt. Experta en la técnica de sincronización de hemisferios cerebrales, terapia de aceptación y compromiso, y terapia transgeneracional. Actualmente, divide su tiempo entre la psicoterapia y la formación en habilidades emocionales para las empresas.

Consulta a nuestros mejores especialistas en
Deja tu comentario

PUBLICIDAD

últimos artículos sobre terapia y psicología

PUBLICIDAD