La manipulación de los hijos, la llamada "alienación parental"

El padre/madre manipulador normalmente quiere al hijo para él solo, quiere todo el amor de ese hijo, quiere todo el poder y, a veces, quiere vengarse del otro, porque le ha dejado o por cual

27 DIC 2017 · Lectura: min.
La manipulación de los hijos, la llamada "alienación parental"

La llamada "alienación parental" ha sido objeto de disputas entre asociaciones de padres divorciados y asociaciones de feministas. No me interesa en absoluto esa discusión. Es posible que se haya tratado de utilizar este concepto de forma interesada y deshonesta, no lo dudo. Pero la alienación parental, o lo que es lo mismo, la manipulación de los hijos por uno de sus progenitores, existe. Existe y se da mucho. Y es una práctica que priva -o casi- a los hijos de uno de sus padres; y causa un dolor extremo en el padre/madre que queda relegado.

Manipular a una persona es muy fácil, solo hay que ver como en cada época todos cambiamos nuestros valores, creencias y gustos en un mismo sentido. Creer que somos libres al pensar es… muy ingenuo. Pues bien ¿Cómo no va a ser facilísimo manipular a un niño?

Cuando la inmensa mayoría de las custodias las tenían las madres, eran ellas las manipuladoras. Por una sencilla razón, eran las que estaban con sus hijos y tenían la posibilidad de manipularlos.

Pero esto no es una cuestión de sexos, cualquier persona puede ser manipuladora. Ahora, cuando empiezan a crecer las custodias compartidas, empezamos a ver como muchos padres se convierten en manipuladores.

A las consultas llegan madres con un tremendo dolor, ven como sus hijos se están alejando de ellas, manejados por sus padres. Creo que soy objetiva al pensar que las madres sufren especialmente esta situación, tal vez porque los han parido, tal vez porque se han ocupado más de ellos cuando eran pequeños, o, tal vez, solo porque culturalmente parece más grave que una madre pierda a sus hijos.

En cualquier caso, tanto para una madre como para un padre, es una situación muy dolorosa.

El padre/madre manipulador normalmente quiere al hijo para él solo, quiere todo el amor de ese hijo, quiere todo el poder y, a veces, quiere vengarse del otro, porque le ha dejado o por cualquier otro tipo de razones.

¿Cómo se comporta el manipulador?

Convence al niño de que no puede vivir sin él.

Desprestigia al otro. Lo acusa de ser egoísta, estar loco-a, de no saber cuidarlo etc.

Si puede, lo compra con regalos, caprichos o dinero. O con falta de disciplina y excesiva tolerancia.

Hace creer al niño que si ama al otro le hace daño a él.

Hace que el niño se sienta incómodo al relacionarse con el otro, el niño se siente como un traidor.

Su fin es conseguir que el niño rechace al otro.

¿Qué hacer si nos vemos en esa situación?

Se puede acudir a la justicia. Los juzgados tienen psicólogos que saben detectar esta manipulación. Se puede intentar, sobre todo cuando los niños son pequeños; cuando son adolescentes en muy difícil porque verse inmersos en esa lucha les hace reafirmarse en lo que el padre manipulador les ha inculcado.

Algunos consejos para el progenitor que está perdiendo a sus hijos:

Intenta ver la situación con objetividad. Aunque te duela, no creas que tu hijo no te quiere, tu hijo no te ve, solo ve lo que el manipulador le ha inducido a pensar. Convéncete de que la manipulación a un ser humano puede llevar a situaciones extremas, piensa que hay quien llega a inmolarse por ideas fanáticas, y tu hijo es un niño.

No entres en la dinámica de criticar al manipulador. Solo se volvería contra ti. Mantente. Demuéstrale que eres distinto.

Sigue ahí, dispuesto a saber de él-ella. Sigue intentado verle, aunque sean "unas migajas" no las desprecies, deja el orgullo a un lado, se inteligente.

Cuando lo veas no utilices el tiempo para hacer reproches. Trata de saber si se encuentra bien. Y alégrate por sus éxitos.

No te sientas culpable pensando que te has equivocado en algo o que algún error has tenido que cometer; a veces nos vemos envueltos en situaciones injustas sin ser responsables de ellas.

Muchas veces estas situaciones suelen cambiar. Si tú no te has alejado, si siempre has estado ahí a pesar de todo; si el orgullo no te ha podido, hay muchas posibilidades de que tu hijo se dé cuenta, cuando sea un poco mayor, de que tú no eres como le han contado.

En muchos casos, los hijos se dan cuenta, con el tiempo, de que han sido injustos.

En cualquier caso, aceptar con calma y sabiduría una situación tan injusta como esta es un signo de inteligencia y puede hacer que lo lleves con tranquilidad, de lo contrario puedes enfermar, hay muchas personas que enferman por esta razón.

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Escrito por

María José Catalina

Su vida profesional ha sido muy variada y heterodoxa. Estudió Psicología, como primera carrera, a la vez que se formaba en el Instituto del Teatro de Sevilla. Comenzó haciendo radio, de forma casual, y eso le llevó a trabajar como periodista durante más de 20 años. Hace 10 años decidió centrarse en en la terapia conductual, que es la que siempre le interesó.

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