La violencia se reinventa con los tiempos
No podemos afirmar que estemos viviendo una de las épocas menos violentas de nuestra historia. Sencillamente a esa violencia, le hemos puesto otros nombres.
¿Cómo podemos afirmar que estamos viviendo la época menos violenta de nuestra historia cuando estamos permitiendo que haya cientos de miles de personas muriendo en "otra parte del mundo" y otros tantos cientos de miles huyendo de sus hogares a la desesperada y sin encontrar apoyo, consuelo, ayuda por parte de "esta parte del mundo"?
La negación de auxilio, la omisión de ayuda o el "mirar hacia otro lado" son formas de violencia, en tanto que estamos actuando de una forma irresponsable e insolidaria. Sólo es necesario echar un vistazo a los conflictos bélicos que están en pleno auge hoy día y en los que los países capitalistas no tienen intención de intervenir (El Chad, Burundi ...).
El concepto de violencia se ha ido transformando con los tiempo y, por lo tanto, actualmente podríamos encontrarnos con multitud de situaciones que quizá hace unos cientos de años no existían. Tanto el concepto en sí, como la propia violencia se reinventan con los tiempos, no desaparece. La violencia se reinventa para hacer frente a los nuevos tiempos. ¿Cuántas formas de nombrar la violencia conocemos hoy en día que no tenían nombre, por ejemplo en la Edad Media? Ataque suicida, muro anti-personas, derecho de injerencia, inmolación, secuestro masivo, narco asesinato, paraísos fiscales, mobbing, bullying, xenofobia, violencia de género…
Los tiempos cambian y, por lo tanto, también ha de cambiar nuestra forma de ver y sentir lo que nos decimos y nos hacemos las unas a las otras, para evitar toda forma de violencia. Tenemos que recuperar, también, la capacidad para ser humildes en vez de arrogantes, de reconocer los errores que hemos cometido y enmendarlos en pos de una convivencia en paz. Tenemos que empoderarnos de esas capacidades que tenemos para vivir en paz y llevarlas a la práctica.
No lograremos vivir en paz mientras no recuperemos el respeto y amor por la TIERRA, mientras no dejemos de hacerle daño. Y es TIERRA en mayúsculas porque incluye a los seres humanos, a los animales, los bosques, los mares, los desiertos, los glaciares…
En mi opinión, nos hemos olvidado de que somos parte de la tierra y, por lo tanto, tenemos que reaprender a cuidarla, como cuidamos nuestro propio cuerpo. No es cuidarla el no reciclar, el deforestar, el no abandonar el uso de los combustibles fósiles, el explotar minas y bosques de forma masiva… En definitiva, el no cuidar de la naturaleza y de todos los seres vivos con los que compartimos esta tierra y con los que vivimos necesariamente en interacción e interdependencia, genera sufrimiento y violencia. No podemos seguir obviando que nuestros privilegios son a costa del sufrimiento de otros seres humanos y del sufrimiento de toda la tierra.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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