Las mentiras en la adolescencia

La adolescencia es un periodo difícil, tanto para los chic@s que la viven como para los padres de estos que "la sufren".

Este periodo suele estar englobado entre los 11-13 años hasta los 18-21. No solo es un proceso de maduración y crecimiento físico, sino que hace referencia también al crecimiento psicosocial, en relación con la sociedad en la que se vive.

En este periodo los adolescentes empiezan a formar su personalidad y su cuerpo va adquiriendo la apariencia de adulto, por lo que suele suponer una crisis en la que hay cambios corporales, mentales y emocionales.

En este momento termina el proceso de socialización. Es la culminación de la diferenciación entre "el yo" y "los otros", a través de la formación de la propia identidad. Forman su identidad social, sexual y personal ¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿Cómo quiero ser con los demás?

Según Villegas, en este momento los adolescentes se rigen por la norma social. Es el deseo de complacer y vincularse a los demás, de formar un grupo de amigos con los que identificarse, lo que regula las interacciones con los otros. La parte social regula como se sienten, como piensan y cómo actúan o se muestran con los demás.

En este momento tan complejo, donde los adolescentes forman su personalidad, se encuentran deseosos de autonomía, se diferencian de los padres, y sus deseos no coinciden con los de los progenitores, es el caldo de cultivo para las mentiras.

Estas mentiras no tienen que ser preocupantes si son esporádicas y no son un hábito.

Es ahí donde los padres deben hacer comprender al adolescente que el camino correcto no suele ser el fácil, y que hay otras maneras de conseguir lo que queremos, aunque parezcan más complicados.

Por esto, los adolescentes pueden utilizar la mentira como una defensa y, como padres, educadores o psicólogos, debemos usarla como indicador de que se están enfrentando a algo que no saben solucionar, por lo que buscar el motivo de la mentira es un paso importante para ayudarlos.

Los adolescentes pueden mentir por varios motivos, entre los cuales encontramos los siguientes:

• Alto nivel de exigencia de los padres. Cuando los hijos no quieren defraudar a los padres, y creen que no han estado a la altura, pueden mentir para ocultarlo.
• Por miedo a las consecuencias de algo que han hecho, ya que creen que si lo cuentan serán castigados o regañados.
• Finalmente, pueden utilizar la mentira como una llamada de atención.

En muchas ocasiones los padres se encuentran perdidos, decepcionados o muy enfadados cuando descubren que sus hijos les han mentido.

Para enfrentarse a ellas de una manera saludable, en el momento que se descubren hay que hacer el esfuerzo por buscar el motivopor el que el adolescente mintió.

Hay que tener en cuenta que las mentiras son señales o síntomas de que algo está ocurriendo, por lo que tenemos que intentar profundizar en ello.

Practicar la escucha activa y empatizar con ellos, escuchar lo que realimente dicen sin plantear conflicto ni confrontación. Intentar no ser excesivamente críticos o juzgarlos en exceso.

Valorar el castigo frente a la mentira: es posible que en ocasiones el castigo genere otra mentira en lugar de evitarla.

En algunas ocasiones, los padres tienen que revisar sus propios valores.

Hay que ser conscientes de que la adolescencia es un proceso de crecimiento, experimentación, donde se forjan la personalidad, los límites y valores de esos futuros adultos. Es posible que en muchas ocasiones actúen como inexpertos, no sepan resolver las situaciones y utilicen el camino rápido como la mentira.

Es por eso que los padres deben mantenerse al lado, enseñándoles a solucionar los conflictos, e intentando discernir si las mentiras son un problema en sí o son causa de otras razones.

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