Llegan los exámenes, ¿cómo estudiar un tema para aprobar?

Al estudiar el tema se pueden seguir una serie de técnicas para que el trabajo sea más llevadero y eficaz, En este post os muestro los siguientes pasos a seguir.

25 MAY 2016 · Lectura: min.
Llegan los exámenes, ¿cómo estudiar un tema para aprobar?

A todo estudiante le gusta aprobar, aunque a veces aparente indiferencia. El alumno ha de tener siempre presente que ese aprobado no es gratuito y que, si desea conseguirlo, tendrá que poner su empeño en ello.

Al estudiar e tema se pueden seguir una serie de técnicas para que el trabajo sea más llevadero y eficaz, aunque en principio suponga un mayor esfuerzo. El método consiste en los siguientes pasos:

Leer y releer

Un simple vistazo, una ojeada, puede permitir averiguar de qué trata el tema. Con una lectura rápida se puede responder a cuestiones sencillas acerca del contenido. Un primer paso es centrarse en la lectura de títulos y epígrafes para formarse una idea general del texto.

También debe realizarse una segunda lectura, mucho más detallada, con la que se irá completando la idea general obtenida a partir de la primera lectura.

Tras esta segunda lectura, el alumno debe estar capacitado para responder a unas sencillas preguntas referentes al contenido general y al específico; es decir, ¿cuál es el tema general del texto?, ¿cuál es la idea principal?, ¿con qué conocimiento anterior puede relacionarlo?, ¿qué es lo que más le ha llamado la atención?, ¿aparecen ideas secundarias?... No se trata de memorizar datos con la lectura, sino simplemente quedarse con los aspectos más destacados.

Antes de seguir adelante, sería necesario precisar qué se entiende por idea principal y por ideas secundarias.

  • Idea principal. Es aquella que podría servir para dar un título al tema o al apartado. Bajo ella quedan englobados todos los conceptos expuestos.
  • Idea secundaria. Pueden aparecer o no. En general, se trata de ideas que explican un aspecto concreto el tema. Son detalles, aclaraciones, y la estructura general no varía si se suprimiesen del texto.

Subrayar

Es señalar con una rayo debajo de una palabra o frase o recalcar lo qu se dice. Sólo se puede llevar a cabo cuando se ha procedido con detenimiento a la lectura del texto. Una vez entresacadas las ideas principales y secundarias, esta técnica permite señalarlas en el texto y destacar información complementaria que más tarde haya que aprender.

Para destacar ideas, palabras técnicas, nombres, fechas, etc., también se puede recurrir a otros elementos distintos del subrayado (aunque se pueden incluir dentro de esta técnica) como fechas, marcos, corchetes, signos de admiración, distintos colores... Cada estudiante puede diseñar su propio código de signos. Podrá servirle para repasar, con un simple golpe de vista, lo más importante del texto.

Por otra parte, no conviene abusar de símbolos y colores que dificulten la lectura del texto. El subrayado sirve para conocer, no para confundir. Permite llegar con rapidez a la comprensión del texto y es muy útil a la hora de repasar.

El esquema

Es un esqueleto que se completa con las ideas más importantes de texto. Para poder elaborarlo de forma correcta, hay que utilizar palabras claves y evitar las expresiones demasiado largas. Puede ser interesante que el alumno tenga un cuaderno en el que vaya haciendo los esquemas de cada tema para tener un rápido acceso a la materia a la hora de estudiar.

Partiendo del texto anterior, se podrían hacer varios tipos de esquemas para que el alumno elija el que más se acomode a sus necesidades.

Esquemas de llaves o diagrama

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Esquema decimal

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A través del esquema se obtiene el armazón del tema. Es verdad que faltan muchas palabras, pero el alumno dispone así de una información básica comprimida en claves que le ayudarán a memorizar y que más tarde podrá desarrollar.

Resumen

Es el desarrollo del esquema. Normalmente es el ejercicio que se pide al alumno en un examen. Ante una pregunta, más o menos abierta, el alumno deberá desarrollar un tema. Para eso es fundamental el esquema; además de recoger toda la información fundamental, estará organizada en una especie de imagen más fácil de recordar.

A través de esta técnica, lo que se pide al alumno es que exprese con sus propias palabras las ideas que ha encontrado en el texto. Lógicamente habrá que recurrir a los tecnicismos, nombres propios, fechas, lugares, etc., que han aparecido en el tema, pero dando siempre un toque personal, porque será lo que realmente demuestre que ha entendido la lectura.

Esto supone una amplitud de vocabulario y cierta facilidad de expresión que sólo se pueden desarrollar a partir de la práctica. Por eso es tan importante que el alumno ofrezca una idea general del texto antes de que se lo aprenda de memoria; tiene que insistir una y otra vez en técnicas como el resumen, la expresión oral y escrita y la redacción, que le permitan desarrollar la habilidad de comunicarse a partir de ideas que conoce, pero que personaliza porque las comprende.

La curva del olvido

Las técnicas descritas anteriormente contribuyen a entender el texto, a profundizar en él, pero si no van acompañadas del estudio no servirán de mucho. Es cierto que al aplicar estas técnicas ya se ha realizado gran parte del estudio, porque sin ellas difícilmente se hubiese conseguido una comprensión adecuada del texto. El alumno que se pone a estudiar sin más, puede caer en el errores de memorizar como un papagayo, sin tener en cuenta la estructura general de lo que está estudiando.

Pero, ¿qué hacer cuando el esquema ya está hecho? El alumno debe sentarse delante del esquema y repetirlo en su mente de una forma lógica. Algunas habilidades mnemotécnicas le facilitarán la memorización.

Después puede realizar una autoevaluación acerca del contenido para poder comprobar si realmente se lo sabe.

Esta especie de examen se puede llevar a cabo en colaboración con otros compañeros. Se pueden crear grupos de estudio, formados por varios alumnos que se reúnen para estudiar, resolver dudas y preguntarse el tema mutuamente. Con estudiantes de corta edad no suele ser eficaz, pues les cuenta meterse de lleno en la tarea; ero en alumno mayores con algunas dificultades para concentrarse, puede ser interesante recurrir a otros compañeros para que les ayuden en su trabajo.

La curva del olvido indica los repasos necesarios para que lo estudiado se mantenga fresco en la memoria del estudiante.

Gran parte de la información se pierde al día siguiente; es decir, por muy bien que se haya aprendido un tema, a las 24 horas difícilmente se recordará la mitad de la información. Conforme pasa el tiempo se van olvidando más contenidos y por eso, además de tener en cuenta que ha que estudiar al día, no se puede olvidar que son necesarios repasos (en momentos estratégicos) que permitan mantener fresca la información y evitar así que el paso del tiempo interfiera en el esfuerzo realizado.

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