Los celos: una muestra de amor o… ¿de inseguridad?

Todo el mundo sabe lo que es una emoción hasta que se le pide que de una definición. Ante la pregunta ¿qué son los celos? son muchas y muy diversas las respuestas, y no siempre acertadas. Los celos no son emociones simples, se entienden como una experiencia emocional compuesta de tres emociones básicas: ira, tristeza y miedo (Sharpsteen, 1991), es considerada una emoción negativa y surgen ante la sospecha real o imaginada de una amenaza de pérdida de una relación valiosa.

Cuando identificamos “sentirnos celosos” estamos percibiendo la amenaza de pérdida de una relación significativa, al mismo tiempo, atribuimos la responsabilidad de esa amenaza a la otra persona con quien mantenemos la relación, o a una tercera en discordia.

Los celos son un sentimiento subjetivo, no entienden de razonamientos y sólo la persona que los sufre es capaz de saber qué siente, impidiendo que un argumento razonable le ayude a acabar con ellos.

Los celos son también un fenómeno social ya que las manifestaciones de los mismos están relacionadas con las normas y valores de las culturas, religiones o grupos a los que nos refiramos. Los eventos que los provocan, o las manifestaciones de los mismos son tan diversas como heterogéneas las sociedades de las que dependen.

Hombres y mujeres no reaccionamos igual ante los celos, mientras ellos sienten mayor temor y preocupación ante la posibilidad de una infidelidad sexual, nosotras nos sentimos más preocupadas por una infidelidad emocional.

Debemos diferenciar entre los celos como respuesta adaptativa y normal, y los celos patológicos:

Sentir celos de forma moderada es una respuesta emocional normal, sentirlos de manera exagerada y descontrolada lo convierten en algo patológico, pudiendo convertirse en una obsesión. Los primeros consisten en ciertos temores ante la pérdida de la persona querida, la baja autoestima de la persona que los sufre suele jugar un importante papel. Los celos normales son también causados por envidias, aparecen cuando alguien deja de prestarnos la atención que nos gustaría, más comunes entre hermanos y amigos que entre la pareja.

Los celos patológicos constituyen un trastorno caracterizado por una preocupación excesiva e irracional sobre la infidelidad y posible pérdida de la pareja, que provoca alteración y lleva al sujeto a desarrollar una serie de conductas comprobatorias con el objeto de controlar. Lo que define la patología de los celos es la ausencia de una causa real desencadenante, su intensidad desproporcionada, el alto grado de interferencia en la vida cotidiana, el gran sufrimiento experimentado y la posterior pérdida de control, con reacciones irracionales.

Los celos patológicos están acompañados de intensos sentimientos de inseguridad, tristeza, hostilidad, miedo y pérdida de auto-control. Estos celos, suspicaces y miedosos, influyen de manera especialmente negativa en la relación.

Es posible aprender a manejar los celos:

Cuando hablamos de celos hablamos de comportamientos que la persona realiza porque le resultan útiles para lograr ciertos fines: reducir su miedo e incertidumbre ante la posible pérdida de la pareja a través del control. Este es un comportamiento inadecuado que a la larga provoca el deterioro de la relación, y hasta su ruptura. Es posible aprender a manejar las experiencias sentimentales de otro modo, aprendiendo a comunicarnos con la pareja de forma correcta, identificando y modificando las interpretaciones irracionales, aprendiendo técnicas para el manejo de la ansiedad, respetando el espacio íntimo y personal del otro, no ejerciendo control, fomentando la confianza en lugar del temor en la relación y ante todo, respetando y valorando nuestra libertad y la del otro, y disfrutando de una relación de pareja sana, basada en la confianza, forjando así, relaciones de calidad.

Miriam Conde y Cristina Barbado

Pragma Psicología

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