Modelos de apego

El vínculo de apego suele aparecer en torno al año y se establece entre un niño o niña y sus progenitores/cuidadores. Existe la posibilidad de que la figura de apego cambie.

23 ENE 2017 · Lectura: min.
Modelos de apego

Cada relación de apego tiene sus características específicas, dado que algunos factores como la edad o la interacción tienen mucha influencia. Estas relaciones son muy amplias, pero las más importantes son las de asegurar la supervivencia del bebé, darle seguridad, autoestima y la posibilidad de intimar, es decir, tener una comunicación emocional privilegiada, así como refugiarse en situaciones de angustia o confusión para sentirse seguro.

John Bowlby fue el primer psicólogo en desarrollar una "Teoría del apego", explicaba la existencia de programas biológicos a la hora de establecer los vínculos. M. Ainsworth lo explicó a través de los fenómenos extendidos en la naturaleza. Y H. Harlow habló de la importancia de la alimentación, seguridad y tacto, influyendo en el sistema endocrino del bebé.

Sistema biológico de apego: búsqueda y selección de una figura de seguridad

Preferencias perceptivas. Son las adaptaciones para congeniar con sus iguales a nivel:

  • Visual. Con el rostro humano. Prefieren los que muestran contraste, con relieve y no figuras planas. En cuanto al color, les atraen los contraste claro-oscuro como la abertura de la boca y los agujeros de la nariz. Prefieren los estímulos visuales dinámicos y que produzcan sonido.
  • Auditivo. Biológicamente, ya vienen programados a la banda sonora de la voz humana y dentro de estos, los sonidos agudos. A partir del cuarto día, el sistema auditivo se desarrolla exponencialmente.
  • Olfativo. Entre todos los olores, prefiere el olor de la leche materna.

Los adultos, se van acomodando a las preferencias del bebé a nivel visual, manteniendo una distancia de unos 25 cm, con una mirada fija del 80% con movimientos amplios y lentos. Con respecto a lo auditivo, ponemos voces agudas para hablar a los recién nacidos y el lenguaje es más lento con frases cortas y gramática pivote.

Conductas del mantenimiento del contacto. Los bebés no pueden saber que les quieren sino les tocan, es decir, el vínculo se produce a través del tacto y la piel. Desarrollan conductas automáticas para mantener el contacto físico como prensión, succión y reflejo de moro o reflejo de abrazo (reminiscencia de cuando las madres no tenías las manos desarrolladas para llevar a sus crías).

Conductas señalizadoras. Carecen de intención por parte del bebé de manera refleja y automática, pero consiguen la proximidad física de los congéneres mediante:

  • Llanto. Regula el comportamiento de los padres y controla la proximidad física de éstos.
  • Emisiones fonéticas. Sobre todo, para que los padres no se retiren del lado del bebé.
  • Sonrisa social. Entre el segundo y tercer mes. Anteriormente se daba una sonrisa de tipo reflejo o sonrisa de ebrio, sin el movimiento de los ojos. Se le puede estimular tocando el labio superior. De esta manera, hace más difícil que los padres dejen de interactuar. Hay cambios biológicos de los padres respecto al llanto y a la risa. Por ejemplo, las madres realizan una eyección involuntaria de leche cuando oye al niño llorar.
  • Bebé como estímulo. Por su propia presencia física, dan ganas de cogerlo por su configuración. Para que haya una interacción positiva y sirva el apego.

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Escrito por

Julián Arranz y Silvia Mª Bartolomé

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