Pensamientos recurrentes: ¿qué son y cómo acabar con ellos?

Hoy os voy a hablar de los pensamientos recurrentes. Un pensamiento recurrente es ese pensamiento que te viene a la cabeza una y otra vez, día tras día, que al principio empieza siendo un pensamiento pasajero, pero termina echando raíces en nuestra mente permaneciendo las 24 horas del día. Es un pensamiento molesto y, lo peor de todo, terminamos por creerlo.

Cuando pensamos algo sobre cierta persona, objeto o situación, el hecho de que lo pensemos no significa que sea cierto, al igual ocurre con nuestras creencias. Por ejemplo: cuando somos pequeños y pensamos que los Tres Reyes Magos existan, no significa que por creerlo sea verdad.

Estos pensamientos pueden llegar a ser muy dañinos para el bienestar emocional. Pueden llegar a ser muy explícitos e incluso vergonzosos. De hecho, los pensamientos recurrentes negativos están en la base de muchos trastornos que afectan en nuestro bienestar psicológico:

• En los trastornos de alimentación (bulimia, anorexia,…) son pensamientos de: "soy feo, horrible", "doy asco", "esto me hará engordar", "quiero ser como él/ella", etc.
• En los trastornos del estado de ánimo suelen ser pensamientos de: "no sirvo para nada", "soy un inútil", "la culpa es mía", "la vida es un asco", "la vida no tiene sentido", "ya todo da igual", "no quiero vivir", etc.
• En los trastornos de ansiedad suelen ser pensamientos de: "esto va a salir mal", "no tengo tiempo para nada", "y si…", "será un desastre", "tiene que estar todo perfecto", etc.
• Aunque estos son los pensamientos recurrentes más conocidos, cualquier pensamiento puede llegar a ser recurrente.

Pero, ¿cómo hacerles frente?

Una de las mejores metodologías es la que usamos en la terapia cognitivo conductual llamada: Reestructuración cognitiva. Con la ayuda de un profesional de la psicología, entrenando tu mente, podrás llegar a erradicarlos.

– Lo primero, etiquetarlos como "pensamientos recurrente."

– Recuerda: estos pensamientos son automáticos y los puedes ignorar, no va a pasar nada.

– Acéptalos y permite que estén en tu mente. No trates de empujarlos fuera.

– Haz respiraciones profundas cuando veas que no puedes más (inspira profundamente por la nariz y exhala por la boca despacio).

– Continúa lo que estaba haciendo antes del pensamiento recurrente.

Nota a pie de página: combatir un pensamiento no es un camino fácil, cuesta, y más si éste lleva tiempo con nosotros. Pero todo consiste tomar conciencia de que realmente no es un hecho sino que es nuestro pensamiento y que solo nosotros podemos llegar a dominarlo.

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