¿Puede influir el ambiente familiar en la atención, inteligencia o, por ejemplo, la memoria de mi hijo?

El maltrato en la infancia tiene la capacidad de alterar el correcto desarrollo cognitivo, provocando en edades posteriores, un daño relevante que puede mantenerse en el tiempo.

9 AGO 2021 · Lectura: min.
¿Puede influir el ambiente familiar en la atención, inteligencia o, por ejemplo, la memoria de mi hijo?

El ambiente familiar es uno de los ambientes en el que se produce en gran medida el desarrollo en los más peques. Sin embargo, este ambiente no es siempre resulta ser el más idóneo para su correcto crecimiento.

En ocasiones, los más pequeños vienen derivados a consulta por una sospecha de TDAH, impulsividad, problemas de comprensión, memoria, etc. Una vez que realizamos una evaluación, y descartamos posibles problemáticas pueden empezar a saltar las alarmas sobre si puede haber otro factor que esté afectando a estos problemas.

¿Pueden estar, las dificultades familiares, afectando en a nivel atencional, a la impulsividad o la memoria de nuestros niños? La respuesta es SI.

Cuando el ambiente familiar se convierte en un ambiente estreso, en el que el niño pierde la capacidad de sentirse seguro e incluido, en el que se ponen en peligro su dignidad o su integridad física, los niños pueden verse afectados a nivel cognitivo.

Está estudiado que el maltrato infantil tiene la capacidad de modificar tanto la función como la estructura cerebral, alterando la trayectoria del desarrollo, aumentando el riesgo de padecer desórdenes psiquiátricos en edades posteriores e impactando en el funcionamiento neurocognitivo. De hecho, se han observado en pruebas de neuroimagen, que aquellas personas que han sufrido maltrato en la infancia presentan un cerebro distinto al de las personas que no tienen este historial.

Podemos encontrar problemas a nivel de lenguaje, inteligencia, capacidad motriz, atención, dificultad de planificar y tomar decisiones, memoria, etc. Estas interrupciones en el neurodesarrollo pueden desencadenar en problemas de carácter psicosocial, académico, comportamental y afectivo, es decir, que por lo general aquellos niños que se exponen a situaciones de maltrato pueden presentar síntomas emocionales, en el colegio y en sus relaciones interpersonales. Pero, ¿Qué tipos de maltrato conocemos?

No solo el maltrato físico es considerado maltrato, sino que dentro de estas situaciones consideradas maltrato también podemos encontrar:

  • Abandono o Negligencia: las necesidades básicas del niño y su seguridad no están siendo atendidas.
  • Maltrato Emocional: no se están atendiendo las necesidades psicológicas del niño, aquellas que tienen que ver con las relaciones sociales, formación de autoconcepto y autoestima.
  • Corrupción: promover al peque a realizar conductas antisociales, que tienden a la agresividad, etc.
  • Abuso sexual: en la que un adulto utiliza al niño para satisfacer sus necesidades sexuales.

Y más formas de maltrato en la infancia: mendicidad, explotación laboral...de hecho, no solo es considerado este tipo de estresor el que se ejerce directamente en el niño, sino el secundario en el que el niño puede tener el papel de espectador.

El maltrato infantil sigue siendo una problemática a destacar en nuestra sociedad. Durante el año 2015, la fundación ANAR registró un 40,6% más de casos de violencia a niños, niñas y adolescentes. En total, de los 8569 casos, 2952 fueron específicos de maltrato; 1229 casos de maltrato físico, 882 casos de maltrato psicológico, 435 casos de abuso sexual y 406 casos de negligencia o abandono. En el año 2000, ENDES reconoció que el 61% de las muertes de menores de 5 años fueron ocasionadas por los padres, siendo un 30% de estas ocasionadas por la madres, ante situaciones como embarazos no deseados por violaciones, embarazos en adolescentes o abandono familiar por parte del padre, entre otros. El abuso sexual en los niños es uno de los problemas de salud pública mundial más importantes según la Organización Mundial de la Salud (1999), por lo que resultó importante realizar una revisión de los distintos estudios que existían acerca de la influencia del abuso sexual infantil en el desarrollo cognitivo del individuo.

Estas cifras denotan la necesidad de intervenir con esta problemática cuanto antes y hacerlo para que los más peques puedan tener un correcto desarrollo que no acabe afectando también a largo plazo.

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Escrito por

Patricia Sánchez Caja

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Bibliografía

  • Biedermann, S. V., Meliss, S., Simmons, C., Nöthling, J., Suliman, S., & Seedat, S. (2018). Sexual abuse but not posttraumatic stress disorder is associated with neurocognitive deficits in South African traumatized adolescents. Child Abuse & Neglect, 80, 257– 267.
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