Recetas mágicas y psicología del deporte

El trabajo del psicólogo deportivo no es dar recetas, entre otras cosas es entrenar las habilidades que los deportistas necesitan para optimizar su rendimiento en competición.

4 MAY 2016 · Lectura: min.
Recetas mágicas y psicología del deporte

La psicología del deporte está de moda, casi tanto como los programas de cocina.La figura del psicólogo deportivo está adquiriendo una visibilidad hasta ahora impensable ya que el rol del psicólogo hasta hace bien poco se asociaba a problemas mentales, a patologías o a conductas de riesgo graves.

El trabajo que desde hace años se está desarrollando por estos profesionales que en muchos casos tienen una preparación multidisciplinar que integra la psicología con otras disciplinas como el trabajo social, medicina deportiva, fisioterapia, educación social, TAFAD , psicopedagogía… está siendo cada vez más valorado no solo por equipos deportivos de prestigio sino también en escuelas de deporte base donde el trabajo puede ser muy relevante.

El ámbito de actuación del psicólogo especialista en deporte puede orientarse en los equipos deportivos mediante entrenamientos específicos o asesoramiento. Algunos ejemplos pueden ser:

Entrenamiento de los aspectos psicológicos que favorecen el rendimiento deportivo como por ejemplo la motivación, el nivel de activación, la atención, el estrés, la cohesión de equipo, la autoconfianza en los deportistas.

Asesoramiento a los entrenadores para que optimicen el liderazgo que tienen que ejercer como figura de referencia en sus deportistas.

Además el psicólogo del deporte puede asesorarles en las distintas estrategias que existen para aumentar conductas que favorecerán un mejor entrenamiento así como ayudarle a establecer un método de trabajo que favorezca al grupo teniendo en cuenta las diferencias individuales.

Fortalecer y mejorar la comunicación con el equipo y con los padres puede ser otra labor de gran interés que evite desgastes innecesarios a los que en muchas ocasiones los entrenadores se ven sometidos.

Canalizar las inquietudes y necesidades de los padres de los deportistas que muchas veces no se tienen en cuenta.

Aunque existen herramientas potentes que se pueden enseñar a los deportistas no todos reciben la misma influencia en su rendimiento de estos instrumentos (relajación, establecimiento de objetivos, autoinstrucciones…). Los jugadores no son un bizcocho, o un plato de Ferrán Adriá, que con las medidas adecuadas de los ingredientes, una buena cocina y unas buenas materias primas se consiguen platos exquisitos. Nosotros trabajamos con recursos bien distintos, donde el producto final es el rendimiento deportivo, personal, académico de un ser humano, donde nuestro uniforme de trabajo es un chándal y nuestra cocina un vestuario o el baño de los árbitros o un gimnasio de un colegio, donde la materia prima es maravillosa, única y especial con sus defectos incluídos.

Cada persona está predispuesta por factores totalmente distintos, que han forjado su forma de trabajar o de comportarse y que hay que tener muy en cuenta a la hora de cambiar hábitos o incorporar nuevas conductas. Las motivaciones son diferentes, las edades y maduración distinta en cada deportista y en el caso de los deportistas jóvenes debemos saber que son más volubles, cambiantes e influenciables por lo que tener esto en cuenta como algo " normal" hará que la intervención sea más eficaz y se adapte a las necesidades de cada momento preciso.

El trabajo del psicólogo deportivo no es sólo dar charlas, es entrenar las habilidades que los deportistas tienen que desplegar en las competiciones. Someterles en la medida de lo posible a las mismas variables que pueden afectar a su rendimiento en las competiciones y establecer una comunicación fluida con ellos que ayude a identificar las dificultades. Una vez identificadas estas dificultades y formados los deportistas en varias herramientas que puedan usar para favorecer su rendimiento, probarlas y evaluar su eficacia se convierte en un trabajo imprescindible para que los deportistas las incorporen de forma automática en su actuación deportiva.

Las recetas sin más no funcionan, funciona adaptar la dosis adecuada o el tiempo de medicina a cada jugador y entender que el protagonista de la historia es el deportista no el psicólogo y sus conocimientos, por muy amplios que sean. El conocimiento, sin saber cuándo incorporarlo a las rutinas de los deportistas o de las necesidades de los equipos se convierte en ineficaz.

PUBLICIDAD

Escrito por

Raquel Rodríguez Torrado

Consulta a nuestros mejores especialistas en psicología deportiva
Deja tu comentario

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD