Y uno aprende...

Os dejo un poema de Borges. Me encanta por lo que transmite, por lo que nos enseña, y porque al fin y al cabo nos hace reflexionar sobre el tipo de vida que llevamos. Espero que os guste.

19 SEP 2014 · Lectura: min.
Y uno aprende...

Después de un tiempo,

uno aprende la sutil diferencia

entre sostener una mano y encadenar un alma.

Y uno aprende

que el amor no significa acostarse

y una compañía no significa seguridad.

Y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos

y los regalos no son promesas.

Y uno empieza a aceptar sus derrotas

con la cabeza alta y los ojos bien abiertos.

Y uno aprende a construir

todos sus caminos en el hoy,

porque el terreno de mañana

es demasiado inseguro para planes...

Y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo

uno aprende que si es demasiado,

hasta el calorcito del sol quema.

Así es que uno planta su propio jardín

y decora su propia alma,

en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar,

que uno realmente es fuerte,

que uno realmente vale,

uno aprende y aprende...

Y con cada día uno aprende...

A través de este poema, atribuido a Borges, podemos darnos cuenta de cómo ante las adversidades que se nos presentan, podemos esforzarnos un poco cada día, para aprender nuevas alternativas de solución y progreso.

¿Cuál es el fin último de todo esto?

Seguir aprendiendo para mejorar nuestra calidad de vida,que al fin y al cabo es nuestro principal objetivo, y para el cual hemos nacido.

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Escrito por

José Manuel Sánchez López

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