¿Resignación o aceptación? 5 Métodos efectivos para dejar de resignarse

Mucho se habla de aceptar, pero el significado que las personas normalmente dan a esta palabra dista bastante de la realidad. Cuando vivimos situaciones difíciles o tenemos problemas siempre oímos a los demás decirnos que tenemos que aceptarlos o resignarnos, ¿Sabemos qué es lo que realmente significa una u otra opción?

¿Qué es la aceptación?

En muchos casos las personas se sienten mal, perdidos, resentidos, con emociones negativas como ira o rabia contra sí mismos o contra los demás debido a la falta de aceptación.

La definición de aceptación establece que se trata de una actitud optimista, de mente abierta, hacia la adaptación o resolución de una situación difícil o un conflicto con nosotros mismos o los demás. La aceptación es sinónimo de avanzar y no quedarse anclado en el problema. De esta forma,  la aceptación implica una actitud activa y proactiva, una búsqueda interior de soluciones o recursos para el afrontamiento.

La aceptación denota una actitud madura, adulta, ya que nos hacemos conscientes de la situación y de su posibilidad de resolución (o no). Hay veces que no podemos solucionar aquello que se nos presenta, y la aceptación es hacernos a nosotros mismos a esa situación de no poder resolverlo, pero analizando que camino podemos tomar y que acciones llevar a cabo para vivir en armonía con nosotros mismos sin sentirnos culpables ni bloqueados.

Por tanto la aceptación tiene consecuencias positivas para la persona, ya que empodera y nos hace más fuerte ante la adversidad y aportándonos una mejora en nuestra salud mental.

¿Qué es la resignación?

Al contrario que la aceptación, el significado de resignado o de la resignación es una actitud pesimista, de mente cerrada, ya que no permite que nos adaptemos de forma natural a la realidad. Cuando hablamos de resignación, hablamos de una postura pasiva con respecto a lo ocurrido, es similar a decirnos a nosotros mismos "bueno pues esto es lo que me ha tocado y no puedo cambiarlo, por lo tanto me deprimo".

Tanto es así que la resignación es sinónimo de estar adoptando una actitud infantil, ya que nos rebelamos contra la vida, la situación o  cualquier problema que nos haya pasado. Nos quedamos centrados en el problema, en nuestra mala suerte por tener que vivir con ello y por tanto cedemos a los pensamientos negativos que provoca. Esto se traduce en miedos, ansiedad, depresión, rabia, ira, frustración… es decir, trastornos emocionales, que no favorecen la adaptación y superación personal. Como se puede ver las consecuencias son muy negativas y esto genera más problemas ya que nos centramos en el problema más que en la solución.

La diferencia entre ambas es grande, por lo que es importante saber de qué forma estamos actuando. Cuando alguien se dice que tiene cara de resignación estamos señalando esa actitud negativa ante la vida y las dificultades.

¿Cómo saber si te has resignado?

En muchas ocasiones no sentimos del todo identificados con el significado de resignado. A pesar de ello, quizá si estemos en una situación de resignación. De esta forma, existen algunos signos con los que podemos identificar la resignación en nuestra actitud.

1. Disminución de la productividad

Una de las señales más percibidas en las personas que optan por resignarse es precisamente a través de la productividad. Cuando alguien se siente resignado o resignada, es muy probable que realice sus tareas de una manera menos eficaz.

2. Pérdida de motivación

La motivación es uno de los elementos que nos indica con más efectividad si estamos en una situación de resignación. En muchas ocasiones cuando nos sentimos desmotivados puede significar que nos hemos resignado ante un objetivo o meta.

3.  Disminución de la creatividad y la innovación

Al resignarse la creatividad de una persona disminuye respecto a la tarea que está dando a cabo. Tanto es así que se pierde la inspiración y la ilusión al realizar esa acción.

4. Depresión

Cundo una persona se ha resignado en muchas situaciones, este sentimiento de frustración puede desencadenar en una depresión. Esto es debido a los pensamientos negativos que se desarrollan afrontando nuestras metas  u objetivos.

5. Quejas constantes

Al resignarse muchas personas no perciben que acaban quejándose constantemente por todo lo que sucede a su alrededor. Tanto es así que en muchas ocasiones, se puede detectar a un resignado de esta forma.

6. Pereza recurrente

Cuando una persona siente pereza constante en muchas de las tareas diarias, es una clara señal de que está en una situación de resignación. De esta forma, cuando mencionamos que alguien tiene cara de resignación nos referimos precisamente a esta actitud.

10. Falta de concentración

La falta de concentración es una de las consecuencias de la resignación. De esta forma, aumentan todos los errores que comentemos en nuestras tareas haciendo que nos sintamos aun peor con nuestras decisiones.

Estas son algunas de las características principales cuando estamos en una situación de resignación. En estos instantes es fundamental darnos cuenta del verdadero significado de resignado o resignada e intentar visualizar una solución al respeto.

¿Cómo dejar de resignarse y aprender a aceptar las situaciones?

Existen una serie de pautas que se pueden seguir para encaminarnos hacia el camino de la aceptación y dejar atrás todo lo que es sinónimo de resignación.

• Pararnos a observar de qué forma estamos actuando

Es importante que nos detengamos por un momento a observar de qué forma estamos respondiendo a la situación, ya que esto nos puede ayudar a cambiar el rumbo antes de que estemos más afectados. Dejar atrás la cara de resignación es complicado, pero reflexionar y pensar sobre cómo actuamos puede ayudarnos a ser más conscientes de todas nuestras acciones.  Utilicemos el método DEPA (Detente a observar los pensamientos y emociones, Enlentece el estado físico y emocional usando técnicas de relajación, Piensa de forma alternativa buscando soluciones de forma activa y Actúa siguiendo un plan de actuación en base a las ideas que has tenido al respecto).

• Darnos permiso para equivocarnos

Este es un paso muy importante para dejar el resignarse o ser un resignado,  ya que muchas veces buscamos la perfección y no toleramos el fracaso. Cedemos a nuestros pensamientos exigentes (debería de…, tendría que…) y la frustración nos impide centrarnos en la búsqueda de soluciones.

• Observar nuestros pensamientos y emociones

Las emociones son muy importantes, ya que los pensamientos negativos nos llevan a emociones negativas, y esto repercute directamente en nuestra autoestima y la concepción de nosotros mismos, lo que puede favorecer que entremos en una actitud de resignación en vez de una de aceptación (por percibirnos indefensos ante la situación o incapaces)

• Darnos tiempo para procesar las cosas

La inmediatez es un gran problema en nuestra sociedad, ya que queremos conseguir la aceptación y el bienestar ya y tenemos que ser conscientes que la aceptación es un proceso, activo, que requiere un tiempo y una implicación por nuestra parte. En muchas ocasiones acabamos con una actitud y diciendo frases de resignación porque somos demasiado exigentes con nosotros mismos.

• Centrarnos en el presente

Es muy importante mantener una postura de atención plena en el presente ya que si miramos en exceso al pasado o al futuro podemos vernos afectados por emociones negativas como la frustración, la depresión o la incertidumbre y la ansiedad. La resignación es sinónimo de pensar constantemente en el pasado o en el futuro y dejar de disfrutar nuestro presente.

• Trabajarnos a nosotros mismos

Todo cambio requiere una implicación y el desarrollo personal necesita que nos dediquemos tiempo para cultivarnos a nosotros mismos. La meditación es un buen recurso para aprender a mantenernos en el presente a la vez que nos sirve para conocernos a nosotros mismos así como a nuestros mecanismos de autoboicot.

Como vemos, aceptar no es resignarse, por lo que si te sientes abrumado porque ves que no puedes avanzar, quizás trabajar en ti mismo con la ayuda de un profesional que te dé estas herramientas sea una buena idea. ¡No te resignes y actúa de forma activa!

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