Amar no es sufrir

Lo que mueve a una vida en pareja no es la búsqueda de nuestra otra mitad sino compartir nuestro ser completo.

12 MAR 2018 · Última modificación: 20 OCT 2020 · Lectura: min.
Cómo identificar una mala relación

En la vida nos suceden muchas cosas que escapan a nuestro control. La muerte de un ser querido o la pérdida de algo valioso para nosotros, son cosas en las que no participamos, y nos duelen, y ese dolor que perdura y se va mitigando con el tiempo es lo que supone un duelo, como proceso emocional necesario y sanador que con el tiempo nos permite aceptar y elaborar la pérdida.

¿Por qué no debemos sufrir al amar?

También en la vida hay situaciones en las que participamos afectivamente y que nos provocan mucho sufrimiento, obligándonos a reflexionar sobre nosotros mismos. El dolor forma parte de la vida, el sufrimiento es opcional, dice la filosofía oriental, pero ¿A qué se refiere esta máxima? ¿De qué hablamos en realidad?

Imaginemos una separación afectiva que nos haya causado mucho sufrimiento, frustración, dolor e incluso decepción. Una situación que todos hemos vivido en mayor o menor medida. La separación puede haber ocurrido de manera respetuosa, acordada y hablada, o por el contrario de manera abrupta, agresiva, desleal, o injusta. Es posible y natural que el peor de los escenarios nos lleve a transitar por un gran sufrimiento, que echemos toda la culpa al otro por la difícil situación que nos hace atravesar y que nos domine la frustración, la rabia y la impotencia.

Parece natural que estas emociones nos arrastren cuando hemos puesto en juego nuestro mundo emocional por construir un proyecto en común, sin embargo, a medida que transcurre el tiempo, las heridas van cerrando, y vuelves a sonreír, entonces podemos reflexionar sosegadamente y descubrir nuestra participación y corresponsabilidad en aquélla situación indeseada que vivimos, pues al final, el oro que nos llevaremos es el aprendizaje y la experiencia.

¿Cuándo debemos finalizar una relación?

Cuando me encuentro con una persona que ha sufrido una situación como la que describo, suelo preguntar ¿Cuándo empezaste a faltarte al respeto?. A veces debo repetir la pregunta, pues lo que entendemos desde lo que sabemos es que la pregunta se refiere a las faltas que hemos recibido del otro. ¿Cuándo empezaste a faltarte al respeto tu, permitiendo situaciones, palabras o hechos que te dañaban?

Esa es la pregunta, cuya respuesta, en la mayoría de las ocasiones, remiten al comienzo de la relación y que vamos consintiendo por tener paz, por caer bien, porque consideramos que en el amor debemos transigir, porque pensamos que con el tiempo y contigo cambiará y un sinfín de razones, pero lo cierto es que si nos faltamos al respeto a nosotros mismos al comienzo, lo vamos a vivir durante toda la relación, ¿Podremos?, definitivamente no, y lo que es peor, irá a más.

Nosotros abrimos la puerta a quién entra en nuestra vida, y si permitimos un atentado al respeto que merecemos, también la cerramos al amor hacia nosotros mismos, sin el cual poco podremos construir y menos, compartir.

Cuando permitimos la violencia en nuestra vida, en forma de descalificaciones, intrusiones en nuestra vida privada, indiferencia por nuestros sentimientos, por las personas que queremos, nuestros intereses, nuestra forma de vivir y entender la vida, cuando aparecen las mentiras, cambios de humor, manipulaciones, amenazas, ausencias, silencios o malos modales, nosotros estamos consintiendo esas faltas al respeto y tarde o temprano, la relación se resentirá, se romperá o se tornará en insoportable por el sufrimiento que conlleva.

Cuándo finalizar una relación

Es difícil considerar que somos corresponsables del sufrimiento vivido y más difícil aún aceptar que las señales de advertencia se produjeron desde el comienzo y no quisimos o no pudimos ponerle remedio a tiempo. Somos nosotros los responsables de nuestra vida y somos nosotros los que debemos poner freno a cualquier manifestación violenta, por insignificante que parezca. Lo que hoy es un grano de arena, con el tiempo es una montaña, y lo que al principio es fácil, con el tiempo cada vez es más y más complicado.

Lo que suele ocurrir es que un clima de violencia nos aleje de nosotros mismos, de lo que éramos, de lo que queríamos ser. Hemos perdido al otro, y a nosotros mismos a la vez. Si podemos llegar a esta reflexión, toda la frustración, sufrimiento y decepción se disuelven y podemos aprender y comprendernos a nosotros mismos. Entonces podemos sentir que el otro vino a nuestra vida para que aprendiéramos algo y podemos desapegarnos de la situación e incluso comprender y agradecer la experiencia vivida, pues sin esa reflexión y aprendizaje, volveríamos a repetir la situación con otra persona diferente y en situaciones diferentes, sin darnos cuenta de nuestra corresponsabilidad en la creación del escenario.

Podemos y debemos poner límite a estas situaciones y no llamarnos a engaño cuando nos digan que nos hacen daño para ayudarnos, que lo hacen por amor, que solo quieren nuestro bien.  Ese sufrimiento es opcional y en la mayoría de los casos está presente desde el comienzo de la relación donde es necesario poner límite a tiempo, si queremos aprender a respetarnos a nosotros mismos.

Signos de que debes terminar con una relación

Algunas pinceladas como testimonios de conatos de violencia:

  • No sabes hablar.
  • No sabes vestir.
  • No sabes nada.
  • La ropa que usas te hace gorda.
  • Si te pones eso yo no salgo contigo.
  • Tus amigos no me gustan, elige estar con ellos o conmigo, y atente a las consecuencias.
  • Tu familia se interpone entre nosotros. Elige con quién estar.
  • Solo metes la pata, no me llames mentiroso jamás, diga lo que diga, tú te callas.
  • Tu profesión no me interesa.
  • Guárdate tus problemas para ti, a mi no me interesa tu vida.
  • Si nos ven juntos no digas que eres mi pareja.
  • No cuentes nada a nadie de nuestras cosas.
  • Tu eres la culpable de mis reacciones. Tu me haces ser violento.
  • Te digo las cosas que veo por tu bien, porque te quiero.
  • No quiero hablar.
  • Si no cambias terminamos ya.

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Escrito por

Amparo Caudevilla

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Bibliografía

  • Behnke, S. (2015, July). The ethics of multiple relationships: A clinical perspective. Monitor on Psychology, 46(7). http://www.apa.org/monitor/2015/07-08/ethics
  • Ducharme, J (2018). How to tell if you're in a toxic relationship, and what to do about it. Time. https://time.com/5274206/toxic-relationship-signs-help/

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Comentarios 1
  • Manuel Casquero Duran

    Enhorabuena, Amparo. Tu articulo es muy didáctico y podrá ayudar a muchas personas a tomar conciencia. No obstante, a veces el tema de porque se mantienen las relaciones toxicas puede ser muy complejo. Existen otras variables que influyen, como puede ser la inseguridad, baja autoestima, condiciones económicas adversas...el poder de manipulación del perpetruador, y, en mi experiencia terapéutica, la forma de apego o de vinculación afectiva, excesivamente dependiente, aprendida desde la mas tierna infancia. Por ello, a lo largo de nuestra vida vamos repitiendo los mismos patrones poco adaptativos sin que seamos conscientes. Te reitero mi felicitación porque todos los esfuerzos son necesarios para acabar con la violencia.

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