Aprende a liberar tu mochila: suelta, sonríe, siente

¿Cuál es el ritual de las tres eses? ¿En qué consiste? ¿Son efectivos los rituales terapéuticos? Hoy explico este ritual hawaiano así como su utilidad para mejorar nuestra salud mental.

17 SEP 2018 · Lectura: min.
Encarni Muñoz Psicoterapia

A lo largo de nuestra vida, a medida que vamos creciendo y viviendo experiencias, también vamos acumulando emociones (algunas de ellas positivas pero otras negativas). Esas vivencias las acumulamos en una "mochila emocional" que vamos llenando y vaciando a medida que las elaboramos y trabajamos. Cuando las elaboramos vamos soltando piedras y si no lo hacemos éstas se mantienen en la mochila. Sería algo similar a cuando te haces una herida: si la herida es superficial y la curas en el momento con los medicamentos necesarios, el dolor durará unos días y no se quedará una gran marca en la piel. No obstante, si nos hacemos un corte profundo, la herida tardará mucho más en cicatrizar, y cuando lo haga, se quedará una marca que a veces se acaba difuminando y otras veces nos acompaña toda la vida. Además, depende de lo profunda que sea la herida, esa cicatriz continuará molestando con los días de lluvia o de más humedad para siempre.

Pues bien, con las vivencias pasa algo similar, cuando son fáciles de asimilar o no suponen un contratiempo demasiado elevado, se expulsan fácilmente de las preocupaciones (liberamos la piedra de la mochila); pero cuando suponen un cambio importante y afecta gravemente a la persona, el malestar puede durar mucho tiempo e incluso quedarse si no se elabora correctamente (la piedra permanece en la mochila aunque haya pasado mucho tiempo desde que la metimos).

Los hawaianos tenían muy claro que quien acumulaba emociones negativas acababa enfermando y fue por eso que crearon el ritual de las tres eses: suelta, sonríe, siente. La base de este ritual es aprender a dejar ir aquello que nos perjudica para poder generar así optimismo y bienestar.

¿En qué consiste el ritual de las tres eses?

El pueblo se reunía alrededor de una persona con una bolsa negra y muchas piedras. Cada piedra simbolizaba los miedos, insatisfacciones y preocupaciones de la persona, que a medida que enumeraba, iban introduciendo en la bolsa. Una vez la persona había enumerado todo lo negativo, se enterraba esa bolsa en un lugar secreto mientras otra persona le realizaba una "limpieza", es decir, le ayudaba a dejar ir todo lo negativo. Una vez realizada la limpieza, la persona debía sonreír para dejar atrás el vacío de la bolsa y para afrontar lo que viniera en el futuro con optimismo e ilusión. El paso final consistía en sentir la libertad, confiar, escucharse y afrontar los miedos e insatisfacciones. Sólo cuando se llegaba a este tercer paso, la comunidad se reunía de nuevo para destruir la bolsa negra.

¿Qué efectividad tienen los rituales?

Personalmente tengo que decir que suelo utilizar rituales en mis sesiones de terapia. Ni mucho menos son rituales mágicos ni "chamánicos", pero sí que suelen funcionar si se realiza un buen trabajo terapéutico. ¿Por qué funcionan los rituales terapéuticos? Suelen funcionar porque al final acabamos haciendo tangible lo intangible. Las preocupaciones y miedos son abstractos, pero al realizar el ritual de la bolsa negra, los hawaianos pasaban a materializarlos y hacerlos reales, de manera que es más fácil elaborarlos y trabajarlos. Así, del mismo modo que hacían los hawaianos, el uso de rituales transforma lo intangible a tangible y ese es un recurso muy potente en psicoterapia que ayuda a que la persona viva lo que trabaja desde otro punto de vista, más visual o incluso táctil.

De hecho, hay gente que realiza un ritual similar en fin de año. Antes de las doce campanadas hay gente que escribe en un papel los deseos y objetivos para el próximo año y los conserva hasta el 31 de diciembre siguiente, donde lo abrirá y observará qué se ha cumplido de lo que se ha deseado o marcado como objetivo. Paralelamente, se escribe lo que quieres dejar ir de ese año y lo que quieres que cambie o acabe y ese papel se quema para hacerlo realidad. No hay nada mágico en eso, pero el simple esfuerzo de pensar en lo que dejas ir hará que cuando pienses en ello, seas capaz de reconducirte y recordar que ya has quemado el papel (tienes un recuerdo visual de dejar ir). Del mismo modo, tener el papel guardado con tus objetivos y saber que lo tendrás que abrir al acabar el año, provoca que de vez en cuando recuerdes este ritual y materialices cosas o pongas empeño en lograrlo.

Te animo a intentar el ritual de fin de año, que sería la "occidentalización" del ritual hawaiano. Aprender a dejar ir y elaborar las insatisfacciones, miedos y emociones negativas hará que tu vida sea más plena y sientas que llevas las riendas.

Encarni Muñoz Silva

Psicóloga sanitaria, colegiada nº16918

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Escrito por

Encarni Muñoz

Encarni Muñoz es psicóloga sanitaria, especializada en adultos y con más de 10 años de experiencia. Realiza terapias individuales y de pareja a partir de una corriente integradora. Su objetivo es dotar a la persona de recursos y ayudar a descubrir los que posee para mejorar su calidad de vida en el mínimo número de sesiones posible.

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