Características de personas equilibradas psicológicamente

Demasiado acostumbrados a habitar oscuras narrativas depresógenas, a la satisfacción en la agresión de la hipercrítica y al espíritu cavernario del odio extrayendo lo peor del otro, propongo

27 AGO 2018 · Lectura: min.
Características de personas equilibradas psicológicamente

Demasiado acostumbrados a habitar oscuras narrativas depresógenas, a la satisfacción en la agresión de la hipercrítica y al espíritu cavernario del odio extrayendo lo peor del otro, propongo una mirada constructiva que nos permita tomar conciencia, "darnos cuenta", identificar lo bueno dentro y fuera de uno mismo.

Estas son algunas características que las personas personas equilibradas construyen:

Actitud activa

La persona que logra trascender comportamientos basados en el reflejo, en la reacción o aun peor, en la pasividad, la espera contemplativa y la demanda hiperactiva. Es decir, personas que proponen, que toleran, que crean, que innovan, que piensan de forma crítica, que escuchan y conversan. En definitiva, personas que aportan y que nutren.

Motivación consciente

Personas que saben diferenciar entre motivación y deseo o apetencia, personas que han entendido que la motivación se forja en el reconocimiento de las necesidades por medio de la observación e introspección que nos aportan las vivencias, las propuestas y las expuestas. Personas con un plan y con un método. Construyendo su propia realidad y destino a base de la superación y en convivencia serena no traumática con sus propias angustias.

Ampliación del Yo

Ser capaz de partir del universo de uno mismo, de abandonar la mirada obsesiva del propio ombligo, de discursos autocomplacientes para dar medida al narcisismo infantil por medio de las relaciones personales y compartir vivencias e historia con los otros, en otros puertos, en otros universos. Desarrollar la colaboración, el altruismo, la empatía como forma de explorar otros territorios psicológicos y como consecuencia de ello expandir el propio Yo.

Crear y desarrollar vínculos afectivos

Primero desarrollar un buen vínculo afectivo con uno mismo, desde la autoaceptación y más allá de la persecución sin fin de la zanahoria de la comparación. Aceptar sin juicio lo que somos. No lo que nos gustaría ser, ni tampoco lo que pensamos que debemos ser o lo que piensan los demás sobre lo que tenemos que ser.

Primero nos paramos y con conciencia, atención y sin juicio nos observamos para saber quiénes somos, atendiendo a nuestras emociones y nuestra propia historia. Una vez que empezamos a desarrollar un buen vínculo afectivo con nosotros mismos atendiendo a nuestros deseos y necesidades podemos desarrollar unos buenos vínculos afectivos con los otros, entendiendo por "otros" no solo a las personas sino también a las ideas, los proyectos, los valores, etc. Porque la vinculación afectiva es abierta.

Esto nos lleva al estado genuino de ser unos mismo, a la autenticidad de ser quien es uno mismo, a la singularidad en un mundo globalizado de patrón único.

Esa cimentación nos permite edificar las virtudes del ser humano.

Desidealización

Mediante la forja de un pensamiento crítico (muchas veces brotado por medio de la lectura, las relaciones y los viajes por poner una fuente directa) y una buena gestión emocional podemos romper las idealizaciones infantiles y programadas culturalmente sobre el mundo, las relaciones afectivas, los padres y las paternidades, el trabajo, la vida y tantas otras para ir ajustando y dando equilibrio a las expectativas, que son la base de la frustración, evitando pasar al extremo de la devaluación.

Humor

Quizás uno de los mecanismos de defensa psicológicos más adaptativos que tiene el ser humano en cuanto nos permite hablar de temas altamente conflictivos como la muerte, la enfermedad o el sexo por poner algunos ejemplos. El humor es tanto una fórmula de canalización del sufrimiento como de positivizar la vivencia de la realidad. Aquellas personas que lo poseen son un tesoro, pero esto como todo lo demás no viene dado, sino que es una decisión tomada sobre cómo afrontar la vivencia del mundo en el que vivo.

El estado de ánimo es una decisión y una actitud. No digo con esto que sea una negación de la tristeza, el dolor u otras emociones de esta familia con las que debemos de convivir, sino que aceptando su existencia y viviendo estas emociones de forma integrada y coherente tomo la decisión consciente de construir mi estado de ánimo.

Dr. Psi. RICARDO BRAVO DE MEDINA

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica

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