¿Cómo afecta el estrés a la piel? 7 Manchas en la piel que pueden aparecer por los nervios

Nuestro cuerpo es un reflejo de nuestro interior. De hecho, la piel, al ser el órgano más grande de nuestro organismo puede reflejar problemas emocionales a través de manchas rojas en la piel. Pero, ¿Puede un sarpullido ser por estrés o ansiedad?

¿Pueden aparecer manchas rojas en la piel por nervios?

Aunque el estrés o la ansiedad se perciban en el interior, la realidad es que estos dos problemas emocionales pueden llegar a afectar nuestro exterior. La razón por la que se puede producir una dermatitis por estrés o que surjan manchas rojas en la cara debido a las emociones, es por el efecto que este tipo de sentimientos negativos tienen en la hormona del cortisol.

Esto sucede a que el estrés o la ansiedad hacen que se altere el cortisol, creando un desequilibrio en la respuesta nerviosa de nuestro organismo. Este aumento del cortisol se puede traducir, en algunas ocasiones, en algunos efectos como pueden ser manchas en la piel o incluso la aparición de ronchas por estrés o ansiedad.

¿Cómo afecta el estrés a la piel?

Actualmente, los estudios revelan que realmente existe una conexión más profunda entre el estrés o nuestro estado emocional con la salud de nuestra piel. Aun así, antes de relacionar las manchas en la piel por nervios o estrés, es importante considerar que esta afectación puede ser debida a una causa física. Por lo contrario, el estrés, la ansiedad y los nervios, pueden afectar nuestra piel de las siguientes formas:

1. Inflamación y piel irritada: Las investigaciones también muestran que cuando nuestro cerebro está demasiado excitado esto puede afectar la capacidad protectora de nuestra piel. Es decir, el estrés o las emociones negativas pueden dificultar la regulación y el equilibrio que tiene este órgano. De este modo, podemos experimentar manchas rojas en la piel por los nervios, ronchas por estrés, un sarpullido o dermatitis por estrés o incluso tener granitos en las manos por los nervios que estamos experimentando. Para poder combatir este tipo de eccemas por estrés, es importante averiguar la razón exacta que existe detrás de este episodio.
2. Acné y piel más grasienta: Los estudios también han mostrado evidencias alrededor del ‘acné por estrés’. Este tipo de erupciones en la piel por estrés suelen ser más comunes en mujeres. La razón de que se produzca esta reacción es debido a que el estrés afecta a las señales nerviosas, provocando un desequilibrio hormonal y químico con el que se aumenta la producción de aceite. Para atacar este tipo de acné por estrés puedes aplicarte cremas con ácido salicílico. Este tipo de tratamiento puede resecar mucho la piel, así que se debe aplicar con precaución.
3. Efectos en el cuero cabelludo, cabello y uñas: El estrés también puede afectar nuestro cuero cabelludo, el cabello y las uñas debido al nerviosismo que se experimenta ante estos sentimientos. Por ejemplo, las personas pueden rascarse más el cuero cabelludo debido a que puede aparecer un sarpullido en la piel por los nervios, el estrés o la ansiedad. Además, morderse las uñas o arrancarse el pelo puede ser una consecuencia de la respuesta de lucha o huida que se experimenta durante un episodio de estrés. En estos casos, se debe evitar las duchas extremadamente calientes para no dañar aún más la piel o el cuero cabelludo. A parte, también puedes intentar realizar ejercicio con más regularidad así como comer una dieta equilibrada en frutas y verduras.                                           
4. Piel más fina y sensible: En el caso en que nuestro nivel de cortisol (la hormona del estrés) sea muy alto, nuestra piel puede llegar a hacerse ‘más delgada’. Esto sucede debido a que el cortisol puede resultar en la descomposición de las proteínas dérmicas lo que se traduce a que nuestra piel sea cada vez más fina. Al producirse este ‘adelgazamiento’ de la piel, podemos sufrir de más moratones, sarpullidos y hasta ronchas por el estrés que estamos experimentando.
5. Curación retardada de las heridas: Cuando se experimenta un estrés crónico o severo, nuestra piel puede debilitarse rápidamente. Esto implica que aumente el riego de padecer enfermedades debido a las infecciones o patógenos ambientales. Ante estos efectos, también se ralentiza la capacidad natural de nuestra piel para curar heridas, cicatrices y el acné causado por el estrés u otras afectaciones.
6. Ojos y párpados con signos de cansancio: La presencia de círculos oscuros alrededor de nuestros ojos y párpados puede ser también consecuencia del estrés. A pesar de que muchos se han acostumbrado a normalizar este tipo de manchas en la piel, la realidad es que esta es una clara señal física de que existe una falta de sueño que puede ser provocada por un exceso de estrés. La razón de ello es que al activar el modo de lucha o huida de forma constante, nuestro cuerpo mantiene la adrenalina corriendo en un ciclo constante incluso por la noche. Por lo tanto, el estrés puede afectar tanto la calidad de nuestro sueño como los signos de cansancio que se muestran a través de estas manchas oscuras en la piel que está alrededor de nuestros ojos.                                                   
7. Arrugas y líneas finas: El estrés psicológico puede afectar a la piel de nuestra cara debido a las emociones que experimentamos y transmitimos a través de nuestras expresiones faciales. Es decir, la tensión percibida de forma constante puede acabar afectando la elasticidad y flexibilidad de nuestra piel, causando la aparición de arrugas.

Manchas en la piel ¿Por enfermedad o estrés?

Si tienes manchas en la piel es importante evaluar si realmente estas pueden ser debido al estrés, los nervios o la ansiedad o por otro lado se trata de una enfermedad física. Para comprobar si se trata de una dermatitis o sarpullido por estrés o por otra afectación puedes hacerte las siguientes preguntas:

• ¿Cuándo empezaron los síntomas?
• ¿Has cambiado de detergente para ropa o de jabón?
• ¿Has comido algo que normalmente no come?

Si no puedes identificar una causa física, es probable que estés experimentando manchas, dermatitis, sarpullidos o eccemas por estrés. En estos casos, es importante acudir a un psicólogo/a profesional.

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