Cómo hablar a nuestros hijos para alimentar su autoestima
Es imprescindible tomar consciencia de la importancia que tienen las palabras en nuestros hijos y cómo deberían usarse para sacar su máximo potencial.
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Es imprescindible tomar consciencia de la importancia que tienen las palabras en nuestros hijos y cómo deberían usarse para sacar su máximo potencial.
La formación de nuestra autoestima y de nuestra identidad personal se construye desde pequeños. La mejor alimentación para hacerla crecer es la valoración, la atención y el reconocimiento. Son las personas que nos rodean las que nos dan pistas de nuestras virtudes y de nuestros defectos, de quiénes y cómo somos (nuestra identidad).
A través de cómo escuchamos a los demás hablar de nosotros o cómo creen en nuestras habilidades, así se creará nuestra identidad. Los niños necesitan escuchar cuáles son sus puntos fuertes y qué cosas hacen bien, para sentirse orgullosos y para confiar en ellos mismos y en sus capacidades. Eso no quiere decir que no se les pueda decir lo que hacen mal, también necesitan saberlo para corregirlo. Lo importante es cómo decirlo y darles la oportunidad de que reflexionen y ellos mismos encuentren una solución. No es lo mismo decir: "Eres un desordenado!" frente a "Quisiera que fueras mas ordenado con tus juguetes y después de jugar los guardaras en su sitio" . O ayudarle a que encuentre soluciones y se responsabilice:
- Padre. ¿Cómo ha ido el examen?
- Hijo. He sacado un cuatro y medio...
- Padre. Que lástima... Por los pelos. ¿Qué crees que podrías hacer para aprobar el próximo examen?
- Hijo. Tendría que estudiar un poco más.
- Padre. Me parece buena idea, lo importante es mejorar. Si necesitas que te ayude dímelo. Si quisieras lo podríamos estudiar juntos o te lo podría preguntar al final.
También es importante valorar el esfuerzo que hacen y decírselo, aunque el resultado no sea perfecto o el que nosotros nos gustaría. De esta forma les enseñamos a valorar más allá del resultado final y a ser más justos en la evaluación de sí mismos. Si sólo valoramos los resultados, es fácil caer en la rigidez del blanco o negro, está bien o está mal, y esta actitud no ayuda a mejorar sino a criticarse más.
Las críticas siempre deben ser constructivas, para que el niño aprenda que hay cosas que podemos mejorar. Esto les anima a seguir el camino de la excelencia. Debemos ayudarles a construir una autoestima fuerte, evitando las etiquetas negativas (vago, irresponsable, tonto,...), ya que lastimamos su persona y al final creen que son así y que no pueden hacer nada para cambiar.
Para que los niños crean que pueden hacerlo, sus padres deben transmitirles que pueden y que tienen que intentarlo. Destacamos la importancia del lenguaje ya que no es lo mismo decir: "Eres un vago!" frente a "Siempre te cuesta ponerte a hacer los deberes. ¿Cómo crees que te podría ser más facil? ¿Qué solución se te ocurre a ti? ¿Necesitas mi ayuda?" En la primera, le imponemos una etiqueta global a su forma de ser. En la segunda, le comentamos una situación concreta y le damos espacio para que reflexione, asuma la responsabilidad, se sienta útil buscando una solución sabiendo que si nos necesita puede contar con nosotros.
El psicoterapeuta y invesigador John Gottman, sugiere que los comentarios positivos deben ser cinco veces mayor que los negativos para compensar y reparar la crítica. Claro que si aplicamos la estrategia del párrafo anterior y realizamos críticas constructivas, no habrá necesidad de reparar ningún daño.
Sin lugar a dudas, la comunicación con vuestros hijos mejorará y ayudaréis a fortalecer su autoestima.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos.com no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos.com no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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