Comprar para llenar

“Los objetos son accesorios, sustituibles… el bienestar ha de acompañarte hasta el final de tus días” (Paz López, A.)

26 SEP 2018 · Lectura: min.
Comprar para llenar

"Comprar es una conducta con un peligro añadido: la adicción no se advierte como tal, hasta que las consecuencias económicas se manifiestan devastadoras"

Vivimos en una sociedad consumista que reinventa continuamente las "necesidades" humanas. En los últimos 100 años, la publicidad ha conquistado (con su presencia) cada rincón de nuestra sociedad: televisión, carteles, vayas publicitarias, redes sociales, etc.

En un entorno tan estimulante, donde la novedad es la regla, la diferencia interpersonal se acentúa, especialmente en lo que se refiere a la capacidad de inhibir o demorar la gratificación.

La necesidad de autorrealización, es una característica innata al ser humano; no obstante, la búsqueda del bienestar se convierte en un arma de doble filo cuando no se parte de una base sólida:

– Personas con dificultades en la inhibición o demora de la gratificación:

Priorizan la emoción momentánea. Son el público ideal de las campañas de marketing, ya que convertirán en necesidad cualquier objeto que genere deseo. Suelen actuar y después pensar.

– Personas con una gestión emocional adecuada:

Tienden a tomar decisiones basadas en la reflexividad, en lugar de en el impulso. Escuchan sus emociones y las comparan y adecuan a sus circunstancias personales. Por ejemplo: les atrae las funcionalidades de un dispositivo electrónico (deseo), pero valoran su precio y si merece la pena adquirirlo, teniendo en cuenta sus circunstancias económicas.

De la compulsividad a la adicción

El primer grupo tiene más probabilidades de comprar compulsivamente y convertir esta conducta en una adicción. La obtención de determinados objetos, les genera bienestar emocional: intenso, agradable y pasajero. Les aleja de sensaciones que no saben gestionar (p.ej. tristeza, aburrimiento, soledad…), lo que aumenta la probabilidad de reproducir esa conducta en un futuro (para huir de estados emocionales adversos). Finalmente, el patrón "castigo-refuerzo" hace que la misma compra que genera bienestar, se convierta en un castigo (sentimientos de culpabilidad) que posteriormente se solventa con otra compra y así la rueda gira, hasta que se detiene.

El deseo de llenar el vacío emocional con objetos, no funciona a largo plazo; se produce habituación, por lo que el adicto a las compras va aumentando los niveles de gasto (el volumen previo, ya no le sacia) hasta resultar en deudas, engaños y problemas socioemocionales, entre otros.

Los adictos a las compras han de trabajar su gestión emocional. Es imprescindible conocer la raíz del problema y aprender cómo enfrentarlo, adquiriendo herramientas que posibiliten un mejor manejo emocional.

Si necesitas ayuda para evitar o manejar la gestión de la impulsividad, sabemos cómo ayudarte.

"Los objetos son accesorios, sustituibles… el bienestar ha de acompañarte hasta el final de tus días" (Paz López, A.)

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Escrito por

Psica Gabinete de Psicología

Licenciada en Psicología clínica por la Universidad de Santiago de Compostela. Máster en Sexología Clínica y Educación y Orientación sexual y en psicología clínica. Más de 10 años de experiencia en el sector avalan su conocimiento y sus terapias en la psicología. Experta en sexología y terapias de pareja.

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