Creencias irracionales: ¿Cuál es la relación entre pensamientos, emociones y conductas?

La relación entre pensamientos, conductas y emociones se conoce como el modelo cognitivo-conductual. Este modelo sugiere que los pensamientos, las emociones y las conductas están interconectados y se influyen mutuamente.

12 MAY 2023 · Lectura: min.
Creencias irracionales: ¿Cuál es la relación entre pensamientos, emociones y conductas?

La relación entre pensamientos, conductas y emociones se conoce como el modelo cognitivo-conductual. Este modelo sugiere que los pensamientos, las emociones y las conductas están interconectados y se influyen mutuamente. Los pensamientos pueden desencadenar emociones, y las emociones pueden influir en las conductas.

En este artículo indagaremos más en cómo es la relación entre pensamientos, emociones y conductas, además de hablar de una técnica que tiene como objetivo examinar y trabajar las creencias disfuncionales.

¿Cómo es la relación entre pensamientos, emociones y conducta? 

La relación entre pensamientos, conducta y emociones es compleja e interconectada. Aquí hay algunos ejemplos de cómo cada uno puede influir en el otro:

  • Pensamientos y emociones: Cuando una persona tiene pensamientos negativos o disfuncionales, como "nunca voy a ser lo suficientemente bueno", puede provocar emociones negativas, como la tristeza o la ansiedad. Por otro lado, si una persona tiene pensamientos positivos y realistas, como "puedo hacerlo", puede generar emociones positivas, como la motivación y la felicidad.
  • Emociones y conducta: Las emociones pueden influir en la conducta de una persona. Por ejemplo, si alguien está muy enojado, puede comportarse impulsivamente y actuar de manera agresiva. Del mismo modo, si alguien está muy ansioso, puede evitar situaciones sociales o tener dificultades para relacionarse con los demás.
  • Conducta y pensamientos: La conducta también puede influir en los pensamientos. Por ejemplo, si una persona está evitando una situación temida, como hablar en público, puede generar pensamientos negativos, como "soy un cobarde" o "nunca podré superar esto". Del mismo modo, si una persona está logrando un objetivo, como terminar un proyecto, puede generar pensamientos positivos, como "soy capaz" o "puedo hacerlo".

Es importante tener en cuenta que estos ejemplos son solo algunos ejemplos de la compleja relación entre pensamientos, conducta y emociones. En terapia, se trabaja con los pacientes para explorar estas interacciones y ayudarles a desarrollar estrategias efectivas para cambiar patrones de pensamiento y conducta disfuncionales y mejorar su bienestar emocional.

Por ejemplo, si una persona tiene pensamientos negativos sobre su cuerpo, como "soy gorda y poco atractiva", esto puede desencadenar emociones negativas, como la tristeza o la vergüenza. Estas emociones pueden influir en las conductas, como la elección de alimentos poco saludables o el evitar situaciones sociales.

¿Qué es el cuestionamiento socrático y como influye en esta relación?

Una vez sabido que los pensamientos influyen en nuestras emociones y conductas, existe una técnica en la corriente cognitivo-conductual denominada cuestionamiento socrático. Aunque es preferible que esta técnica la realice el terapeuta, paso a explicar los principios básicos de esta técnica para la auto aplicación.

El cuestionamiento socrático es una técnica utilizada en terapia cognitivo-conductual para explorar y desafiar los pensamientos disfuncionales y negativos que pueden estar contribuyendo a problemas emocionales o de comportamiento en una persona. Esta técnica se basa en el diálogo y la exploración guiada por el terapeuta, que ayuda al paciente a examinar y cuestionar sus pensamientos y creencias subyacentes.

El cuestionamiento socrático implica hacer preguntas específicas que ayuden al paciente a explorar la veracidad, la utilidad y la validez de sus pensamientos. En lugar de simplemente aceptarlos como verdaderos, se anima al paciente a analizar sus pensamientos desde diferentes perspectivas, a considerar pruebas alternativas y a evaluar la evidencia para determinar si sus pensamientos son útiles o no.

Por ejemplo, si un paciente tiene un pensamiento negativo y disfuncional como "nunca podré superar esta situación difícil", el terapeuta puede usar el cuestionamiento socrático para explorar y desafiar este pensamiento. El terapeuta podría preguntar al paciente:

  • ¿Qué evidencia tienes de que nunca podrás superar esta situación?¿Cómo podrías ver esto desde una perspectiva diferente?¿Qué te impide superar esta situación?¿Qué harías si supieras que podrías superarla?¿Cuáles son los peores y los mejores escenarios posibles en esta situación?

Al hacer estas preguntas, el terapeuta puede ayudar al paciente a considerar la situación desde diferentes perspectivas y a desafiar el pensamiento negativo y disfuncional. Esto puede ayudar al paciente a ver la situación de manera más realista y a desarrollar formas más efectivas de lidiar con ella.

En resumen, la técnica del cuestionamiento socrático es una herramienta poderosa utilizada en terapia cognitivo-conductual para ayudar a los pacientes a examinar y cuestionar sus pensamientos disfuncionales y negativos. Al hacerlo, los pacientes pueden aprender a reemplazar sus patrones de pensamiento poco útiles con pensamientos más positivos y constructivos, lo que puede mejorar su bienestar emocional y su calidad de vida en general.

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Escrito por

Marcos Navarro

Psicólogo graduado en la universidad de Almería. Máster en psicología general sanitaria por la Universidad de Salamanca. Formación en prevención de violencia de género y agentes de igualdad. Especializada en tratar trastornos de ansiedad, duelo, mindfulness, tratamiento sobre la baja autoestima y depresión.

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Bibliografía

  • Lega, L., Sorribes, F. y Calvo, M. (2016). Terapia Racional Emotiva Conductual: Una versión teórico-práctica actualizada. Barcelona: Paidós. 

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