Creencias limitantes: ¿Cómo determinan tu vida y qué puedes hacer para acabar con ellas?

Las creencias conforman la base de cómo vemos nuestra realidad. Todos tenemos creencias que están basadas en nuestras emociones y experiencias en la vida. Estos sistemas de creencias dan forma a la visión de nuestro mundo ya que:

 “Aprendemos nuestros sistemas de creencias cuando somos muy pequeños, y luego nos movemos por la vida creando experiencias que coincidan con nuestras creencias. Mire hacia atrás en su propia vida y observe la frecuencia con la que ha pasado por la misma experiencia".

Louise L. Hay

Es de este modo como acabamos teniendo pensamientos limitantes que se basan en nuestras creencias y en todas las experiencias que tuvimos en el pasado. Si tomamos consciencia sobre estas creencias limitantes podremos conocer aquello que realmente nos está frenando para ser nuestra mejor versión.

¿Qué son las creencias limitantes?

Es muy posible que alguna vez te hayas hecho la afirmación ‘No soy bueno en matemáticas’ o ‘Nunca seré un buen bailarín’. Estos son ejemplos de creencias limitantes con las que tú mismo/a te defines.

Una buena definición de creencia limitante es que esta es un estado mental o convicción que crees de verdad y que te limita en algún aspecto. De esta forma, la creencia limitante puede abordar tanto algo sobre ti como sobre las interacciones con otras personas y hasta cómo crees que el mundo funciona.

Es precisamente por esta razón que estos pensamientos limitantes acaban teniendo muchos efectos negativos sobre la persona. Las creencias limitantes sobre el dinero, las aptitudes y las formas de ser de un individuo pueden hacer que alguien se quede atrapado/a en un continuo estado mental negativo que le obstaculiza a vivir la vida que realmente desea.

¿Por qué tenemos creencias limitantes?

¿De dónde vienen las creencias limitantes y cómo estás pueden haber influido en tu vida? Algunos investigadores argumentan que existen factores genéticos que influyen a que las personas tengan una mente más cerrada y solo se fijen en la información negativa. Pero, también hay otras causas aparte de la genética. Entre las más influyentes encontramos las siguientes.

• Creencias familiares: La influencia de los padres es vital para el desarrollo de nuestra personalidad. Por ello, muchos de nuestros tipos de creencias vienen precisamente de su forma de criarnos y de decirnos cómo somos. Por lo tanto, muchas de tus creencias limitantes se forjaron precisamente en aquellas creencias que tus padres te involucraron.

• Educación: La educación también juega un papel muy relevante en el desarrollo de una creencia y su significado en nuestras vidas. Tanto es así que los amigos y los maestros pueden ser como nuestra segunda familia durante los primeros años de la vida. Esto se debe a que cuando somos pequeños somos muy influenciables a aquellas personas que tienen una posición de autoridad hacia nosotros. Por lo tanto, muchas de las creencias limitantes y potenciadores vendrán de estos entornos.
• Experiencias: En el momento que tomas por ti mismo/a una decisión o tienes una experiencia en la vida, es común que después saques una conclusión de su resultado. De ahí es donde tus creencias limitantes toman ejemplos para realizar conclusiones que luego expandirás a los demás ámbitos de tu vida. De esta forma, es importante recordar que las conclusiones o las creencias que sacamos de las malas experiencias son solo válidas temporalmente.

¿Cómo identificar tus creencias limitantes?

Ahora que ya sabes de dónde provienen las creencias limitantes y las potenciadoras, debes haber llegado a la conclusión de que todos tenemos estos dos tipos de creencias. Por este motivo, debes darte cuenta de aquellas que acaban en pensamientos limitantes para tu evolución personal y profesional. De este modo, según los psicólogos podemos identificar una creencia limitante a través de lo siguiente.

• Identifica y escribe tus creencias: Para poder identificar una creencia y el significado que esta ha tenido en tu vida, un buen método será escribirla en una libreta. En estos casos, empieza por agrupar las creencias por ejemplos concretos y después intenta etiquetarlos en categorías como finanzas, familia, relaciones o salud. Una vez hayas realizado esto examina cuáles de ellas te están ayudando a crecer y cuáles te están comportando pensamientos limitantes para tu vida.
• Evalúa tu comportamiento: Otro de los ejercicios para cambiar creencias limitantes o para identificarlas es intentar ver cuándo tu comportamiento está regido por estos tipos de creencias. De este modo debes pensar en esas situaciones en las que hayas actuado de una manera negativa o tóxica y luego piensa el por qué. En observar de cerca tus pensamientos o comportamientos tóxicos, puedes descubrir cuál es la causa de tus creencias potenciadores y aquellas que son limitantes.

• Escribe las áreas en las que te sientes desafiado: Si has notado que en tu vida tienes desafíos que son más recurrentes que otros, esto podría señalar una creencia limitante. Por este motivo, puedes apuntar esas áreas que crees que son limitantes para ti en tu vida. De esta forma podrás ver cuáles son los tipos de creencias alrededor de estos desafíos.

En muchas ocasiones las creencias limitantes pueden suponer un desafío demasiado grande a abatir con nuestras propias herramientas personales. Por ello si ves que estos pensamientos limitantes te están frenando, un buen remedio será recurrir a la ayuda de un profesional de la salud mental.

¿Cómo superar las creencias limitantes?

Cambiar nuestras creencias es también cambiarnos a nosotros mismos. Es por este motivo por el cual los ejercicios para cambiar las creencias limitantes conllevan un proceso muy difícil. Aun así, con esfuerzo y voluntad podrás poner más peso en tus creencias potenciadoras antes que aquellas que comportan pensamientos limitantes. Los consejos que te damos a continuación podrán ayudarte a superar con éxito cualquier creencia limitante que te frene en la vida.

1. Organiza tu entorno: A pesar de que suena poco relevante para tu interior, la realidad es que el entorno afecta muchísimo a nuestras creencias. De esta forma, tener un entorno más espacioso y mejor organizado no sólo te reforzara en tu salud mental sino que además fomentará el pensamiento positivo. Cuando un entorno está ordenado esto te da más espacio para pensar y tener más claridad mental.
2. Usa el minimalismo: El minimalismo consiste en intentar vivir con aquello que solo es imprescindible. A pesar de que no hace falta vivir con lo mínimo, la realidad es que podemos aplicar el minimalismo a diferentes ámbitos de nuestras vidas. De esta forma podemos ver las creencias limitantes y sus ejemplos en nuestras vidas identificando aquello en los que hacemos todo lo contrario a lo que el minimalismo sugiere. Por ejemplo, si tienes muchísima ropa en tu armario quizá tengas creencias limitantes sobre tu apariencia física. Por lo tanto, puede ser una buena idea trabajar en ello.
3. Explora más: Como hemos mencionado, las creencias limitantes pueden ser el resultado de una mentalidad cerrada. Para ayudar a abrir nuestra mente debemos intentar salir de nuestra zona de confort. Intenta dejarte guiar por tu curiosidad y por tus ganas de aprender.
4. Meditación: La meditación te ayuda a explorar lo que hay dentro de ti mismo/a. Por este motivo puede ser una gran idea intentar establecer este hábito. La razón de ello es que en muchos casos la introspección personal nos ayuda a identificar con más claridad los pensamientos limitantes que hay en nosotros.
5. Usa afirmaciones positivas: En el caso de que estas creencias limitantes y sus frases dañinas vayan de la mano de una baja autoestima, es importante que empieces a razonarlas o a cambiarlas por afirmaciones positivas. En vez de centrarte en aquello que es negativo para ti, debes intentar reafirmarte con creencias potenciadoras que tú mismo puedes establecer.

Las creencias limitantes pueden suponer una barrera que te impida ver más allá de ella. Cambiar estos pensamientos limitantes por creencias potenciadores es sin duda uno de los caminos que te llevarán a una mejorar por dentro y por fuera.

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