Cuando un familiar intenta quitarse la vida

Nunca seremos capaces de asimilar ni comprender por qué un familiar ha decidido quitarse la vida. Sin embargo, sería necesario hacer un ejercicio de “empatía” cuando esto ocurre, para no juzgar, ni valorar fríamente los motivos, sentimientos, trastornos o problemas que pueden empujar a una persona a tomar tan dura decisión.

7 MAY 2013 · Lectura: min.
La familia es un apoyo importante frente a las personas que han sufrido intentos de suicidio.

Nunca seremos capaces de asimilar ni comprender por qué un familiar ha decidido quitarse la vida. Sin embargo, sería necesario hacer un ejercicio de “empatía” cuando esto ocurre, para no juzgar, ni valorar fríamente los motivos, sentimientos, trastornos o problemas que pueden empujar a una persona a tomar tan dura decisión.

La Psicóloga Dolores Rizo nos explica en este artículo qué posición adoptar ante este tipo de situaciones, cómo actuar con el afectado pero también con uno mismo.

Contrariamente a como suele decirse popularmente, la persona suicida no es cobarde, se requiere seguridad y valor para llevar a cabo una acción tan drástica, que acabará o no, con todo, y que va unida a muchos sentimientos negativos y emociones dolorosas.

Si es cierto, que esa persona está evitando su vida, huyendo de ella y de todos los problemas que se le presentaron, sin embargo, no es una decisión tomada para hacer daño a nadie, sino para 'aliviar el sufrimiento' que no le deja vivir.

Por eso, es importante, una intervención a tiempo ante ése sufrimiento, para que pueda ver otras vías de alivio del dolor, y otros caminos de solución de problemas.

Si no ha habido reconocimiento del problema, ni tratamiento, o el que hubo no funcionó, al ocurrir el hecho, los familiares de la persona que intenta quitarse la vida, no deben culparse ni asumir responsabilidades de una decisión que no les correspondía, y donde, probablemente, no pudieron hacer más de lo que hicieron.

Ahora, ya acabó todo. Y así debemos aceptar esa decisión ajena.

Por otro lado, todo empieza cuando el intento es fallido, y la persona suicida no consiguió su propósito.

En este momento, cuando la persona recupera su conciencia de estar vivo, los sentimientos hacia la vida y hacia sí mismo, serán de rechazo.

Será muy duro y doloroso, volver a empezar, ya que, además de que se encontrará con la misma vida que dejó, ahora tendrá otros sentimientos de vergüenza, de culpabilidad por el dolor familiar, de incomprensión, así como el temor al reproche y el rechazo.

Es probable que se muestre cerrado ante sus familiares y les muestre rechazo, sus propios miedos y sentimientos le impedirán mostrarse abierto y receptivo al apoyo familiar.

Por esto, en este 'nuevo comienzo', es muy importante el papel de la familia, ya que son ellos, junto a una buena intervención psicológica y si procede, psiquiátrica, los que ayudarán a esta persona a comenzar y a querer hacerlo, superando los sentimientos negativos, y afrontando los conflictos y problemas personales.

Es conveniente que los familiares apoyen, entiendan y muestren afecto y cariño, aún a sabiendas de que la persona no lo recibirá en un principio, pero confiando en que es la única forma de ayudar a la persona en su proceso de restaurar su vida.

Comenzará a mostrarse receptivo, permitiendo que sus familiares entren en su vida, cuando compruebe que sus temores y miedos al rechazo y al reproche, no se hacen realidad, sino que contrariamente, recibe todo el afecto, comprensión, apoyo y ayuda, que antes no había sido capaz de recibir.

Es potenciando esta relación como le ayudaremos a encontrar de nuevo las ganas de vivir.

Foto: Alejandro Badía

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Escrito por

Dolores Rizo Vidal

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