Dolor coital: vaginismo y dispareunia
El dolor durante el coito en cuanto se intenta la penetración es de origen psicógeno cuando se trata de vaginismo y dispareunia y tiene curación con ayuda profesional en sexología.
El vaginismo es la contracción inconsciente e involuntaria de los músculos de tercio exterior de la vagina, produciéndose un prolapso, que impide la realización del acto sexual con el coito y la consiguiente introducción de pene, o introducir cualquier otra cosa, como por ejemplo, el instrumental para la inspección médica.
De ahí que el vaginismo sea una causa corriente de matrimonios no consumados, incluso después de muchos años.
La dispareunia se produce por las mismas causas pero el prolapso es menor y, aunque hay dolor durante el coito, éste no impide la penetración totalmente. Puede sentirse dolor también en otras zonas de la vagina, así como sensación de escozor, molestia o picor.
El vaginismo se debe a un espasmo involuntario de los músculos que rodean la entrada vaginal, y se da siempre que se intenta introducir un objeto en el orificio vaginal.
Además del espasmo primario de la entrada vaginal, las pacientes con vaginismo suelen ser fóbicas al coito y a la penetración en la vagina. Esta evitación fóbica hace que los intentos de coito sean desagradables y dolorosos. A menudo es una reacción secundaria al vaginismo primario, pero hay veces en que la fobia de penetración precede al vaginismo.
Tipos de vaginismo
El vaginismo se clasifica tradicionalmente en primario y secundario:
- El primario es el que ha impedido la penetración desde la primera relación sexual.
- En el secundario ha habido relaciones sexuales con penetración hasta que tras una enfermedad física o un trauma psicológico crean un miedo a repetir el dolor padecido durante éstos y hay una contracción involuntaria de los músculos vaginales.
Dado que este trastorno excluye por completo el acto sexual, rara vez se le tolera con resignación. El vaginismo puede ejercer un efecto psicológico devastador, no sólo sobre la mujer, sino también en el hombre. La mujer se halla normalmente atrapada en el dilema de necesitar ayuda, por un lado, y de estar atemorizada ante una posible curación, por otro. Además, los esfuerzos de la pareja para penetrar en una vagina cerrada pueden causarle a ella un gran dolor físico, puede que la mujer se sienta aterrorizada, humillada y frustrada por estos intentos. Los repetidos fracasos en el coito pueden dar además lugar a sentimientos de inadecuación, especialmente en mujeres jóvenes; el miedo a ser abandonada por su pareja podría también ser movilizado por estas experiencias.
No es sorprendente que estas mujeres intenten evitar todo contacto sexual. Cualquier intento de penetración vaginal evoca intensa ansiedad, tensión y rabia, y estos sentimientos adversos sólo cesan cuando se aleja el "peligro" de penetración. Tales contingencias, y especialmente el hecho de que la ansiedad desaparece al cesar los intentos de penetración refuerzan la pauta de evitación, lo cual a su vez sirve para mantener el síntoma de vaginismo. Esta evitación fóbica constituye el obstáculo para el éxito del tratamiento.
Actualmente, con la intervención de un profesional de la sexología, este bloqueo inconsciente se supera en el 100% de los casos, cuando la terapia es la adecuada y la mujer puede llevar a partir de ahí una vida sexual totalmente plena y satisfactoria.
Blanca Isabel Soria. Sexóloga. Psicoóptima
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD