El agresor familiar: terminemos con el pedófilo "amigo"

El agresor con su carácter y apariencia intachable se gana nuestra confianza y el aprecio de los miembros de su entorno. Ante estos agresores, el niño se encuentra mucho más expuesto. Por ejemplo, una madre monoparental creerá que el monitor de su hijo desempeña el rol masculino que el niño necesita; presente, disponible, dispuesto a escuchar, comprensivo, servicial, abnegado. En definitiva, una persona que se interesa por sus progresos, y que le dedica una gran atención. Si el amigo adulto de vuestro hijo, resulta demasiado perfecto, permaneced atentos.

Las chicas preadolescente y adolescentes rebeldes son especialmente vulnerables por estos agresores, ya que se aprovechan de su situación. Resulta difícil desenmascararlos. El pedófilo se acerca a los niños de forma gradual: les hace cosquillas, se muestra rudo ( dentro de un límite justificable), se frota contra ellos (en apariencia de forma inocente), les propone juegos y actividades que precisan desnudarse, les impone rozamiento genitales "accidentales", que luego se convierten en carisias... Más adelante comprará el silencio de su víctima recompensándola de alguna forma, y asegurándole que el contacto sexual le producirá placer.

¿Cómo identificar a un agresor?

Resulta necesario que verifiquéis las referencias de las personas que se ocupan de vuestros hijos:

• No confiéis en que los organismos correspondientes hayan comprobado sus referencias.
• Conversad con las personas responsables de su contratación (si se trata de un profesor de gimnasia, o de un monitor de natación, etc).
• Informaos sobre el proceso de selección que ha superado para conseguir el empleo. Trabaja como asalariado?, se trata de un voluntario?.
• Exigid referencias cada vez que contratéis los servicios de un adulto para cuidar de vuestro hijo.
• Solicitad su número de la seguridad social o el permiso de conducir. A una persona que carece de antecedentes judiciales no le molestaran vuestras demandas.
• Permaneced atentos a los cambios de actitud que muestre el niño.

Es necesario por parte de los padres que los niños estén bien informados para evitar abusos sobre él. Entrenarlos a controlar este tipo de situaciones, y escuchad a vuestros hijos cuando confíen en vosotros, y respetadlos para que ellos se hagan respetar por otros. Cuanto antes dotemos al niño de los recursos que necesita para afrontar esta realidad, mejor. Eso sí, se conversará en un ambiente relajado y tranquilizador. No se trata de estar inquietos con el tema, sino ser observadores, buenos informadores empleando la prudencia, y encontrando la ocasión propicia para dialogar, de modo que les enseñemos a protegerse de un agresor.

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