Efecto Dunning-Kruger: ¿Por qué el incompetente se cree más listo que los demás?

En algunos casos la vanidad y la incompetencia pueden ir de la mano. Existen personas que se creen superiores a los demás a pesar de que realmente rozan la incompetencia intelectual. Estos individuos, que suelen mirar por encima del hombro a los demás, suelen padecer lo que denominamos el síndrome de Dunning Kruger.

¿Qué es el efecto Dunning Kruger?

El conocido como efecto Dunning Kruger se trata de un tipo de sesgo cognitivo que hace que las personas se perciban a sí mismas como más inteligentes y más capaces de lo que realmente son.

Tanto es así que según las investigaciones sobre el síndrome de Dunning Kruger sugieren que precisamente son individuos con una baja capacidad intelectual los que acostumbran a sufrir este sesgo. La razón recae en que estas personas no tienen las habilidades necesarias para reconocer su propia incompetencia.

Si mezclamos la combinación de tener un poca conciencia de sí mismos y la poca capacidad cognitiva para sobreestimar las propias facultades, nos encontramos a una personas que sufre del efecto Dunning Kruger.

“La ignorancia engendra confianza con más frecuencia que el conocimiento”

Charles Darwin

Como definieron sus propios investigadores, los psicólogos sociales David Dunning y Justin Kruger, «la sobrevaloración del incompetente nace de la mala interpretación de la capacidad de uno mismo». Es decir, el incompetente sobreestima sus habilidades en un efecto de superioridad ilusoria que lo hace sentirse superior a los demás (más inteligentes, más capacitados para desempeñar una labor, más habilidosos para desarrollar un trabajo…).

Este problema de concienciación cognitiva suele estar vinculado con la vanidad que caracteriza a estos sujetos, por lo que, además de considerarse superiores, estos individuos son incapaces de reconocer su error, es decir, de reconocer su incompetencia, de aceptar que no saben algo o que no son capaces de realizarlo. Lo interesante además es que, como pusieron de manifiesto los padres de este síndrome, cuanto más incompetente es una persona, menos conciencia tiene de ello.

Características del efecto Dunning-Kruger

Existen una serie de señales que hacen más visible el Síndrome de Dunning Kruger y su efecto. Las personas no son solo incompetentes sino que además les roba su capacidad mental para darse cuenta de lo ineptos que son. Principalmente podemos detectar a una persona que cree que lo sabe todo pero en realdad es un ignorante que sufre de este efecto, a través de estas señales.

1. Sobreestiman sus propias habilidades

Es muy probable que la persona crea que lo sabe todo de cualquier ámbito. Tanto es así que en muchos casos estas personas suelen verse como muy competentes cuando en realidad no tienen ni idea y carecen de esas habilidades de las que tanto fardan.

2. No reconocen a las personas genuinas

El efecto Dunning-Kruger afecta a la persona de tal forma que en muchos casos tiende a menospreciar a aquellos individuos que realmente si tienen los conocimientos. Por ello, suelen ver a aquellas personas más capaces como peores que ellas.

3. No ven sus propios errores

Otro de los rasgos de aquellos individuos que están bajo los efectos del síndrome de Dunning Kruger es precisamente que son incapaces de poder ver dónde fallan y cuáles son sus errores. Por lo tanto carecen de una voz crítica que les indique que realmente se han equivocado.

4. Falta de metacognición

El Dunning-Kruger y su efecto también están relacionado con las dificultades de la metacognición, es decir, con esa capacidad de dar un paso atrás y observar el propio comportamiento desde fuera de uno mismo. La mayoría de personas solemos evaluarnos a nosotros mismos desde un punto de vista limitado y subjetivo. Pero al ver nuestro comportamiento desde otra perspectiva nos permite tener una visión más realista de nuestras habilidades. Por ello, aquella persona detrás de este sesgo cognitivo no consigue verse a sí mismo/a desde otro punto de vista.

5. Exceso de confianza

Tener poco conocimiento suele llevar a las personas a padecer de un exceso de confianza. En estos casos el síndrome de Dunning-Kruger suele creer que es un experto debido a que al saber un poco sobre un conocimiento les lleva a la falsa creencia de que conocen todo lo que se debe saber al respecto de esta temática.

Las personas que sufren del efecto de Dunning-Kruger suelen tener problemas con un exceso de autoestima. De este modo a veces este sesgo cognitivo acaba señalando un problema en la salud mental de aquella persona que lo padece. En estos casos, quizá sea necesario la consulta con un profesional de la salud mental.

¿Cómo superar el efecto Dunning-Kruger?

Es difícil reconocer que somos el ignorante de un grupo. Pero dar el primer paso es la clave para poder solucionar este problema que puede limitarnos en muchos aspectos. Una vez identificado este error cognitivo en nosotros podemos seguir los siguientes consejos.

• Mejora tu metacognición

La metacognición es la habilidad que los psicólogos llaman el conocimiento sobre los procesos de pensamiento y la capacidad de comprender nuestra propia cognición. De esta forma, hace referencia a la capacidad de pensar en nuestro propio pensamiento. Tener metacognición nos permite visualizar nuestras capacidades y reflexionar sobre cómo podemos mejorarlas.

• Háblalo con los demás

La opinión de tus amigos y familiares puede ser vital para ver si estás bajo los efectos del síndrome de Dunning-Kruger. De esta forma a través de sus comentarios podrás validar tus propias competencias.

• Cuestiona tus pensamientos

A veces prejuzgamos más de lo que pensamos. Por ello, es esencial intentar tomar el control de nuestra mente para dejar de lado ser el ignorante de un grupo. Cuestionar nuestros pensamientos nos da la oportunidad de ver las cosas desde una perspectiva diferente, algo que nos permitirá ver lo que realmente sabemos sobre un conocimiento.

El autoconocimiento es muy importante para poder evitar el efecto de Dunning-Kruger. Pero no sólo tiene relevancia para eliminar este sesgo cognitivo de nuestro cerebro, sino también para disfrutar de todos los aspectos de nuestra vida. Si crees que careces de las habilidades para comprenderte por dentro y por fuera, un psicólogo profesional puede ayudarte a conocerte mejor.

El efecto Dunning-Kruger y la sociedad actual

La publicación con los resultados del estudio de los psicólogos David Dunning y Justin Kruger tuvo lugar en 1999 y le valió para ganar el Nobel al año siguiente. No sabían, por aquel entonces, que este efecto desembocaría en el modo de relacionarnos y comportarnos frente a los demás en la actualidad. Incluso podríamos pensar que el efecto ha derivado en muchos casos hacia una especie de cuñadismo, propio de muchos que hablan de todo sin saber de nada en realidad.

Quizá la evidencia más clara del efecto Dunnung-Kruger lo podemos apreciar en Internet. Las redes sociales se han llenado de comentarios en los que individuos debaten, rechazan o simplemente critican todo lo que no consideran como cierto, consideraciones que, en muchos casos, no nacen de datos o capacidades intelectuales o formativas, sino de una errónea superioridad cognitiva que lo llevan a rechazar aquello con lo que no están de acuerdo y a presumir de su verdad.

Como ya presentaron estos investigadores, el efecto Dunning-Kruger se alimenta, se nutre de la desconfianza que manifiestan los demás sobre sus competencias, es decir, de la poca seguridad que presentan los otros sobre sus altas capacidades. De este modo, unos dicen saber mucho sin que ello sea así y otros, que sí saben, no están seguros de lo que saben ni son conscientes de que lo saben.

La diferencia de percepción entre la competencia y la incompetencia suele tener efectos en la autoestima y la dependencia emocional en ambos casos, tanto en el caso del que es incapaz de conocer su ineptitud como en el del que no es consciente de su capacidad. Trasladado a la vida real, al ámbito laboral, público o personal, considera ineptos a personas sumamente inteligentes y convierte incompetentes en individuos profundamente sobrevalorados.

Solo nos resta echar un simple vistazo a nuestro alrededor (leer las noticias, asistir a una reunión…) para comprobar el síndrome de Dunning-Kruger se repite en muchos ámbitos de nuestra vida.

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