El miedo es ahora peor que el propio COVID

El coronavirus nos ha traído el miedo a nuestras vidas

25 MAY 2020 · Última modificación: 3 DIC 2020 · Lectura: min.
El miedo es ahora peor que el propio COVID

Origen del problema

Cuando llevo el COVID a nuestras vidas nos lo tomábamos muchos a broma, y me reconozco entre ellos. Esto no podía llegar a nosotros y era un tema como la gripe aviar, que quedaría finalmente en nada. De pronto el primer caso en Barcelona, alguno en Madrid, y aquí si empezamos a sospechar que estaría más cerca de lo que creíamos. Recuerdo que pensé que, si alguien llevaba aquí más de 30 días, y viajaba cada día en metro, por una simple regla de contagios tenia que haber ya más de 300 personas, y así fue, aparecieron poco a poco y cada vez más, hasta hacernos ver que esto no era ninguna broma. El aislamiento, que creímos para unos días, las distancias y la limpieza. Y con todo ello llego el miedo.

Miedo como forma de control

No hay nada mejor para controlar a una gran masa de gente que el miedo, y esto es algo estudiado y conocido a lo largo de la historia. Aquí entonces se empezó a crear el miedo, cuidado con otras personas, con tocar algo, con la limpieza, y al final crear la sensación que los virus pueden estar incluso en el sucio suelo de la calle, cosa que ahora sabemos que no es cierta, pero seguimos dejando los zapatos en la puerta. Lo que de inicio tenía que ser lavarse las manos y mantener distancia social, y viendo que la gente no lo cumplía, algunos pensaron que mejor poner más miedo. Hay que usar mascarilla, guantes, dejar los zapatos, mantener la distancia, no toser cerca de nadie, etc. Y esto se ha convertido en pánico.

El problema de este mecanismo es que no es algo que se pueda activar y desactivar. Cuando se activa empieza a funcionar por si mismo y es como una bestia que se retroalimenta. Cada vez es mayor, y la paranoia aumenta de forma exponencial.

Ahora la gente está en pánico, y en este estado se acepta cualquier cosa. Aceptamos limitaciones de movimientos o de apertura de negocios sin siquiera discutir si llegado el momento tiene sentido abrir una iglesia, donde los fieles están dentro, pero no un bar, donde los fieles también entran dentro. La gente acepta recortes en su privacidad y en su libertad a cambio de una falsa seguridad, y esto es peligroso, muy peligroso, puesto que puede utilizarse con malas artes por los gobiernos.

Y ahora que

Ahora tenemos un nuevo problema.

Ahora toca la desescalada, mientras has generado una sensación de pánico, mientras has limitado tanto las libertades que la gente pregunta antes de hacer cualquier cosa, como niños pequeños. La gente te pregunta si puede venir del pueblo de al lado al psicólogo, y claro que pueden, porque siempre han podido por ser visitas médicas.

Ahora la gente teme salir, más allá de dos calles, teme sentarse en la consulta o cruzarse con un enjambre de virus en la puerta.

Ahora tenemos una sociedad con tanto miedo a todo que esta inmóvil, que va a costar mucho de arrancarla de ese rincón donde esta escondida y atemorizada. Y lo peor, con graves problemas de ansiedad y depresión que la sanidad publica no va a poder atender. Porque si tendremos UCIS, pero eso no sirve para los miedos, y la medicina publica acostumbra a medicar a costa de pastillas, en el país que es el mayor consumidor mundial de antidepresivos y ansiolíticos.

¿Y ahora qué?

PUBLICIDAD

Escrito por

Dr. Jaume Guinot

Su trabajo como psicólogo incluye también el trabajo de sexólogo y de hipnoterapeuta. Entre otros temas, se ha ido especializando en temas de adolescentes, parejas y adicciones. En los temas de sexología trabaja las dificultades o disfunciones sexuales. Dentro de la hipnosis actúa sobre la adicción al tabaco o adelgazar, pero también control de impulsos y ansiedad.

Ver perfil
Deja tu comentario

PUBLICIDAD

últimos artículos sobre orientación y crecimiento personal

PUBLICIDAD