Emociones, trauma y Método Shec
¿Qué importancia tienen las emociones y su huella en nuestro organismo y nuestra mente? ¿Qué repercusión tienen los traumas en nuestro cerebro? Soluciona los traumas con Método Shec.
Las Emociones son prácticamente la estructura vital de nuestro sistema nervioso y la vía más directa hacia la salud mental y biológica. Las emociones nos pueden realizar como personas favoreciendo que nos sintamos muy bien, o por el contrario nos pueden encarcelar en una contínua sensación de malestar que puede llegar a originar estrés crónico. Porque las emociones nos acompañan constantemente, siempre están ahí, unas veces silenciosamente, y otras veces a gritos, nos acompañan para adaptarnos a las vivencias. Y esa es su función, avisarnos, adaptarnos, tienen un rol y una función biológica muy relacionada con la supervivencia. No son enemigas, sino amigas o facilitadoras… siempre que sean equilibradas y acordes con aquello que estoy viviendo.
Las emociones pueden ser negativas, y conectamos más de la cuenta con estas emociones, como la preocupación, el estrés, el miedo, la rabia, la vergüenza, la culpabilidad… Y también tenemos las emociones positivas, con las que normalmente cuesta más conectar debido al estrés y a diversos procesos de aprendizaje e ideas limitantes. Algunas emociones positivas son entusiasmo, ilusión, alegría, esperanza, aceptación, confianza, adaptabilidad, optimismo, creatividad, resilencia… Son con estas emociones con las que tenemos que conectar diariamente lo máximo posible, hacer de ellas una compañía en nuestra vida, mostrar una actitud consciente y activa para tomar contacto con estas emociones positivas. Si conectamos con las emociones positivas, tendremos muchas más posibilidades de mejorar nuestras relaciones personales, mejorar nuestra situación laboral, y sobre todo tendremos una satisfacción objetiva hacia nosotros mismos.
¿Pero qué pasa que cuesta conectar tanto con las emociones positivas? ¿Por qué las emociones negativas tienen tanto peso en nuestra vida? Son varios los factores, pero las vivencias que hemos tenido desde pequeños son un primer paso para afianzar ciertas ideas y emociones en nuestro cuerpo que posteriormente son la base para sentir cuando somos adultos.
¿Qué es un trauma? Parece que un trauma solo lo viven las personas que son víctimas de un atentado, un accidente grave, o una situación muy extrema. Pero no es así. Un trauma es todo impacto emocional al que no encuentro respuesta adaptativa. Es una incapacidad de responder con recursos, emocionales o no, a una amenaza, una pérdida o una situación que nos desequilibre. Como bien dice Peter A. Levine, "el trauma es la causa más evitada, ignorada, negada, peor comprendida y menos tratada del sufrimiento humano". Y es más, si es así en el caso de los adultos, imaginad cuánto no lo es en los niños.
Todo trauma nos afecta a nivel cerebral, inmediatamente tras la vivencia de una situación traumática, se activa un área cerebral correspondiente a la experiencia vivida, hecho que ya demostró el Dr. Hammer y que ha quedado en constancia mediante TAC. Pero el trauma va mucho más allá. El trauma vivido desde la infancia, y no procesado, es el que va creando una forma de sentir y de reaccionar a las vivencias. Es el encargado de conectarnos más con las emociones negativas, es el que nos hace vulnerables como adultos, es el que deja una huella emocional en el hipocampo que se encargará de recordarnos toda la vida una experiencia negativa personal.
El trauma no procesado es también el que se encarga de mantener el sistema nervioso simpático activo y en alerta toda nuestra vida, es el responsable de que las glándulas adrenales estén enviando cortisol y adrenalina a nuestro torrente sanguíneo día tras día, y está demostrado que un exceso de cortisol a largo plazo daña una glándula tan importante como el hipocampo.
En resumen, un trauma es todo impacto emocional, sensación de pérdida, de abandono, de carencia afectiva, maltrato infantil, negligencia emocional o chantaje emocional que hemos vivido a lo largo de nuestra vida. Y en la época de la infancia se generan la mayoría de vivencias traumáticas, que no son reconocidas ni por la sociedad ni por el mundo de los adultos, y que dejan una huella que nos prepara para funcionar de una manera determinada.
¿Cómo podemos solucionar estas vivencias traumáticas o emociones que no podemos solucionar por nosotros mismos? Como psicólogo he visto muchas técnicas, terapias y diferentes formas de trabajar las emociones. La inmensa mayoría son válidas, son sanas, todas ayudan desde su área y su importancia, pero la técnica que más me ha convencido desde que la descubrí es el Método Shec, método creado por la psicóloga Maruxa Hernando en el que integra una serie de diversas técnicas, las unifica, y crea una metodología concreta para trabajar el trauma, la emoción estancada, y poder procesarla. Tanto la emoción consciente como la inconsciente.
Así pues el método shec integra técnicas psicológicas, EMDR, Técnicas de liberación emocional, técnicas de integración cerebral y otras como la Integración del ciclo vital, las une y genera una herramienta ideal para procesar los traumas y las vivencias negativas acumuladas. Si bien los resultados son muy positivos desde las primeras sesiones, siempre nos encontramos casos que requieren más tiempo debido a la cronicidad y la intensidad del problema emocional.
Resumiendo cómo funciona el método shec:
- Sincroniza los hemisferios cerebrales para procesar el impacto emocional y el trauma.
- Desbloquea el trauma estancado y las ideas limitantes estancadas en el hemisferio derecho.
- Activa en el cerebro un nueva forma de ver la realidad o facilita recursos que la persona no encuentra.
- Baja la intensidad de la amígdala cerebral que es la encargada de mantener la sensación de miedo.
- Trabaja el pasado, el presente y el futuro generando nuevas redes neuronales.
- Como el trauma es siempre vivido como una novedad para el cerebro, ayuda a que el cerebro lo vaya procesando y deje de verlo como una novedad.
- Desbloquea a nivel neurológicos estancamientos.
- Procesa la emoción física desde el malestar que siente la persona.
- Busca el origen del problema, la primera vivencia traumática para limpiarla y borrarla.
- Procesa la emoción al mismo tiempo que genera instalaciones positivas.
- Crea más pensamientos positivos.
- Se puede trabajar sin forzar una vivencia y si la persona lo desea sin necesidad de que hable.
- Es ideal para trabajar ansiedad y problemas de fobias, procesos de duelo o pérdidas emocionales.
- Trabaja las heridas que quedan desde la infancia resolviendo el dolor de tu yo niño.
- Trabaja la nutrición cerebral.
- Mejora la relación interhemisférica.
- Soluciona problemas de apego, dependencia, y autoestima.
- Mejora las emociones en las embarazadas favoreciendo la vivencia.
- Mejora el desarrollo y el funcionamiento cerebral y del sistema nervioso.
Resolver los traumas estancados es un paso prioritario y fundamental para que nuestro yo adulta pueda desenvolverse sin ataduras y libre de condicionamiento emocional. Muchas veces queremos conectar con emociones positivas pero no podemos, hay "algo" ahí adentro que no nos deja, y esto es indicativo de que hay vivencias no procesadas. Cuando el corazón se dispara frecuentemente, cuando las sensaciones de malestar aparecen ante una situación que realmente no lo requiere, el cuerpo nos está hablando, nos dice que hay emociones que todavía duelen, que han dejado huella, y que hay que procesarlas.
Para finalizar señalar que siempre puedes trabajar las emociones proyectándote hacia esas emociones positivas y poniéndolas en práctica día tras día, la constancia y la actitud es una grandísima herramienta para ir introduciéndolas en tu vida. Pero que no se olvide nunca que la respiración es un paso fundamental para comenzar a procesar emociones. Diez minutos por la mañana realizando respiración consciente y otros diez minutos por la noche antes de ir a dormir ayudan mucho a sentirnos mejor. Recuerda que la respiración es el primer paso, y constante, que tenemos para conectarnos a la vida. Aprender a respirar es, por lo tanto, una necesidad para sentirnos mejor.
Paco Quesada
Psicólogo
N. Col. cv07250
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD