"Estoy paralizado, no me apetece hacer nada".

Preguntarnos, continuamente, si nos apetece o no lo que vamos a hacer, no tiene sentido. Esa duda continua nos complica la vida.

20 MAY 2020 · Lectura: min.
"Estoy paralizado, no me apetece hacer nada".

La vida tiene que ser agradable, hay que intentar que nos guste lo que hacemos, pero preguntarnos, continuamente, si nos apetece o no lo que vamos a hacer, no tiene sentido. Esa duda continua nos complica la vida.

Está muy bien sentirse libre para elegir. Elegir un camino y seguirlo. Eso no significa que todo vaya a ser fácil y cómodo.

Lo fácil y cómodo no suele funcionar a medio o largo plazo; pero tampoco a corto plazo porque no nos permite vivir con la intensidad que querríamos, nos hace perdernos muchas cosas. Nuestra sociedad está obsesionada con la comodidad. Y necesitamos mucha menos comodidad de lo que creemos. Nunca en la historia de la humanidad se ha vivido tan comodamente y se ha dependido tanto de ella.

Este confinamiento, y ahora medio confinamiento, nos ha relentizado. Al principio estaba bien, se trataba de relajarnos, pero no podemos seguir con esa inercia, no nos sienta bien.

Muchas personas me dicen que no les apetece hacer nada, que sus días son inútiles y se sienten mal. Para no llegar a deprimirse hay que ponerse en marcha.

Piensas: "No me apetece" y piensas "¿Lo hago o no lo hago?... podría no hacerlo..."

¿Por qué crees que "me apetece - no me apetece" es un criterio válido?

Te propongo lo siguiente para que el "no me apetece" no domine tu vida:

  1. Que tu criterio sea: "Hago lo que decido".
  2. Busca objetivos. No tienen por qué ser grandiosos, basta con que creas que te van a sentar bien.
  3. Los objetivos pueden estar lejos pero hay que trocearlos y convertirlos en pequeños retos que estén cerca.
  4. Elimina parte de lo que has pensado que deberías hacer, quédate solo con lo importante y sé realista. No seas muy exigente. Si eres muy exigente es más probable que renuncies.
  5. Decide qué vas a hacer al día siguiente. Es mejor hacer tu propósito día a día, las agendas a largo plazo funcionan peor.
  6. Cuando llegue el momento: no te permitas dudar. No vuelvas a preguntarte: ¿Lo hago o no lo hago?
  7. Prémiate cada día por hacer lo que te has propuesto.
  8. Cuando pase un tiempo, haz balance y seguro que te haces fan de esta filosofía: Hago lo que decido.

PUBLICIDAD

Escrito por

María José Catalina

Su vida profesional ha sido muy variada y heterodoxa. Estudió Psicología, como primera carrera, a la vez que se formaba en el Instituto del Teatro de Sevilla. Comenzó haciendo radio, de forma casual, y eso le llevó a trabajar como periodista durante más de 20 años. Hace 10 años decidió centrarse en en la terapia conductual, que es la que siempre le interesó.

Ver perfil
Deja tu comentario

PUBLICIDAD

últimos artículos sobre orientación y crecimiento personal

PUBLICIDAD