​Fantasmas del futuro, fantasmas del pasado

Los fantasmas de los que aquí se hablará son reales, y nos acompañan a todos en mayor o menor medida, dependiendo de nuestra capacidad para apartarlos.

Comenzaremos hablando de los fantasmas del pasado. Dichos fantasmas pueden presentarse en forma de recuerdos recurrentes sobre episodios de nuestro pasado o de comportamientos o formas de afrontamiento que hemos aprendido a raíz de algún suceso pasado y nos dificultan el presente. Un ejemplo podría ser una relación de pareja anterior que hemos vivido de forma negativa y que en la actualidad nos dificulta el hecho de tener pareja, porque nos volvemos desconfiados o no nos podemos involucrar afectivamente.

Estos fantasmas no siempre se ven de forma clara, de ahí que se les llame fantasmas, porque realmente no existen en el presente, pero influyen en él, a veces sin que nos demos demasiada cuenta. De hecho estos fantasmas pueden llevar con nosotros desde que éramos pequeños y seguirnos influyendo o atormentando en nuestra vida adulta. Podemos buscarlos en nuestras inseguridades, en nuestros miedos, en nuestra autoestima… ¿De dónde vienen?

Desgraciadamente, no existen las máquinas del tiempo, y por lo tanto no podemos hacer nada con nuestro pasado. Entonces, ¿qué pasa cuando nos quedamos atrapados en un hecho pasado, cuando le damos vueltas a cosas que ya están pasadas y por lo tanto no podemos cambiar? La imposibilidad de cambiarlas nos puede generar indefensión, es decir, sensación de que no podemos hacer nada por cambiar algo, y este es el precursor de la depresión. Así que…cuidado con estos fantasmas. Necesitan ser descubiertos y trabajados y así quedarán donde tienen que estar, en el pasado.

Pero no son estos los únicos fantasmas que existen. También podemos encontrarnos con fantasmas del futuro, a veces, incluso pueden estar mezclados con los del pasado. Los fantasmas del futuro suelen manifestarse en forma de preocupaciones y de miedos como pueden ser:"cuánto trabajo tengo mañana" "no voy a saber afrontar tal situación" "voy a suspender el curso" "mis compañeros van a pensar mal de mí", etc. Es decir, todas aquellas situaciones en las que aunque estamos de cuerpo presente, estamos pensando en momentos futuros, estos fantasmas nos están llevando allí. Y al igual que no existe la máquina para volver al pasado, tengo otra mala noticia: tampoco podemos viajar al futuro para ver cómo será. Y al igual que el exceso de fantasmas del pasado puede llevar el nombre de Depresión, el exceso de fantasmas del futuro puede llevar el nombre de Ansiedad.

Por lo tanto, como ya hemos aceptado que realmente no podemos viajar al pasado para cambiarlo, ni tampoco al futuro, vivamos en el presente, en el aquí y ahora.

Si queremos colaborar en nuestro mañana, hagámoslo desde el hoy. Y sobre todo, disfrutemos de cada momento, porque no volverá a repetirse.

Carmen Rodríguez.

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