Inteligencia emocional en la familia: ¡mayor calidad de vida!
El ser humano es inteligente y emocional. Por ende, dependerá del grado de inteligencia emocional de la persona para establecer relaciones saludables o tóxicas dentro del marco familiar.
A partir de la idea de que las emociones están presentes en todos los aspectos de nuestra vida y que surgen y desaparecen desde el momento en que nacemos y morimos, aprendemos a gestionarlas con la ayuda de nuestras capacidades y nuestra inteligencia.
El escritor Daniel Goleman, define la inteligencia emocional como "la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones".
Entonces, ser inteligente emocionalmente implica no sólo ser consciente de los sentimientos que tenemos y saber identificarlos, sino también de la capacidad para regularlos y decidir proactivamente cómo se quieren gestionar.
Cuando la persona entiende este concepto y forma parte de su vida, es capaz de dominar los procesos emocionales ayudándole a sentir control sobre las circunstancia que vive y los retos que se le presentan dentro del seno familiar, porque la persona será capaz de concienciar sus emociones y decidir cómo va a regularlas logrando así superar con asertividad y creando un ambiente adecuado y saludable en la interacción del día a día de padres e hijos.
Si cuando un hermano percibe que otro hermano está recibiendo un mejor trato, este sentimiento interno puede ser identificado como "celos". Una vez identificado uno necesita pensar en el origen de la emoción: "¿Por qué me siento celoso?" y decidir cómo vamos a regular esa intensidad: "¿me enfado, grito, lloro, me mantengo en silencio, o simplemente, decidir no hacer nada e intentar gestionarlo internamente regulando los sentimientos...?" Esta práctica es enseñada por los padres que sean inteligentes emocionalmente.
Una familia con inteligencia emocional, tendrá las características siguientes:
- Los miembros de la familia saben expresar sus emociones.
- Son capaces de comprender las emociones de los demás.
- Tienen un clima de comunicación y confianza ideal.
- Se apoyan unos a otros.
- Ninguno se siente juzgado, criticado o etiquetado.
- Desprenden cariño y bienestar.
Lo que trato de exponer es que cuando en el ambiente familiar se promueve la inteligencia emocional los miembros que la componen desarrollan un clima más saludable de cara a la interacción diaria, y por supuesto el vínculo psicológico y emocional se fortalece. No ocurriendo lo mismo en una familia que carece de inteligencia emocional ya que se producirán muchos conflictos, sacando lo peor de cada persona y generando ambientes tóxicos.
Por ello, es importante conocerse a sí mismo, saber identificar las emociones y regularlas en función de una mayor calidad de vida familiar pero, también social, personal, de pareja, etc.
Si tienes dificultades en tu inteligencia emocional y está afectando tu vida familiar o bien cualquier otra área, y necesitas ayuda profesional, no dudes en contactarnos. Te ayudamos a desarrollarla.
Un saludo,
Hasta la próxima.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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