La heroicidad como terapia: espíritu de superación para el crecimiento personal

Cuando alguien vive guiado por una aspiración heroica que se expresa en la vida diaria y el servicio a los demás, encuentra de paso el modo de diluir el trauma del pasado, realizando accione

4 OCT 2013 · Lectura: min.
La heroicidad como terapia es una nueva psicología que se abre paso entre las tendencias actuales.

Cuando alguien vive guiado por una aspiración heroica que se expresa en la vida diaria y el servicio a los demás, encuentra de paso el modo de diluir el trauma del pasado, realizando acciones incompatibles con su existencia en el presente.

La recreación de las proezas heroicas y la afirmación de la divinidad que reside en lo humano, es tremendamente poderoso e inspirador.

Se trata de un modo de vivir que obtiene su energía de la quimera, del futuro, y de quien se aspira a ser, liberador de las concepciones del ser humano que lo asemejan a un trastero atascado por traumas (retrospectiva), que debe ser saneado antes de volver a la vida.

De hecho, no es el trauma lo que nos suele preocupar sino el papel de esa cicatriz en la vida. No son los hechos ocurridos, sino el modo en que los encajamos en nuestra existencia cotidiana.

Demasiado tiempo se nos ha estado entreteniendo con una psicología historicista cargada de prejuicios inmovilistas hacia el psiquismo humano. Porque si bien es cierto que somos seres históricos y es la biografía el lugar que alberga nuestras posibilidades de acción, también lo es que somos poseedores de una mitología llena de proezas, de una literatura épica y de muchas religiones, que nos dotan de guías para el vivir.

Ese es el gran error de las psicologías clásicas, considerar que la acción humana está determinada más por el pasado que por las búsqueda de eficacia y viabilidad en el futuro. Tesis que ya defendía Kurt Lewin, con sus propuestas germinales para el contructivismo.

Y eso porque es muchísimo mas fácil crear un mecanismo oclusivo como una cerradura, una llave o una puerta, que crear un mecanismo generativo, que cree, produzca o invente. No hablo de optimismo, hablo de pensamiento emancipatorio y posibilista para ir más allá de la Psicología Positiva de Seligman.

Esta es una nueva psicología que se abre paso, una que no es positiva porque no reconoce la existencia de la psicología negativa, ni reconoce la noción de pesimismo. Hablo de una psicología generativa frente a otras oclusivas estáticas y totalitarias.

Hablo de conocimientos para la generación de conocimientos, para la creación de oportunidades, para la acción inventiva, y expansiva.

Hablo de la aventura de seres humanos que inventan a cada paso una solución inteligente y eficiente, para cada uno de los problemas. De "smart people" que no desea ser conducido por soluciones esterotipadas y automáticas. Hablo de la heroicidad del que hace camino al andar, paso a paso, verso a verso.

El papel de los héroes

Héroes y heroínas, los santos y santas, magos y brujas, han sido usados desde siempre como referentes de un ideal, ejemplos de como los seres humanos adquieren propiedades y virtudes divinas en la superación de sus limitaciones.

En muchas culturas ellos son la guía de comportamiento para los ciudadanos de a pie, lo que los conduce hacia la excelencia y el talento.

Son la "Luz" que va delante, que ilumina el camino por el que se ha de avanzar. Referencias con las que contar para animarse en la senda del crecimiento personal, tal y como se entiende en cada cultura.

Desafortunadamente en nuestra sociedad esas figuras andan un poco desdibujadas, en unos casos y en otros, alejadas del ideal de superación personal. Entre deportistas, cantantes y actores hay poco espacio para defensores de la justicia, la bondad o la sabiduría, como lo eran Robin Hood, Blanca Nieves o el mago Merlin, por decir algo.

De ahí la importancia de recuperar el sentido heroico de las acciones para facilitar el camino hacia la vida sana, para promover el desarrollo del talento personal. La necesidad de una noción de progreso que no se define estrictamente en términos económicos, sino por la sublimación de lo humano. En la búsqueda de un ideal transcendente, el mismo que proporciona al héroe su carácter divino, sobrenatural y admirable.

Héroes y mártires ponen cara y proezas a los valores y aspiraciones de cada cultura. Son la personificación de sus virtudes. En ellos existe el valor de describir las potencialidades de todo individuo y animarlas al florecimiento. Experimentar admiración hacia un héroe o hacia un santo es el modo de preconstituir quien voy camino de convertirme y qué clase de luz voy a ser para otros.

En cierto sentido hemos perdido el sentido de superación o crecimiento guiado por ideales o valores y solo nos queda el vestigio del crecimiento guiado por resultados u objetivos. Y por esa razón tenemos adormecido el espíritu de relación con la adversidad, la dificultad y el dolor. Disposición que se necesita intacta para superar lo imprevisto o simplemente levantarse tras una caída.

Perseguir un ideal con determinación

Por ello y esta es la tesis fundamental que vengo a defender. La energía ni se crea ni se destruye, tan solo se transforma. Por eso cada vez que alguien acepta un reto y lo vence, se trae a casa la piel del oso y se siente triunfador. Si tras intentarlo no lo logra siempre podrá contar como le fue su batalla y todos lo respetaran por su osadía. Pero si decide rehuir el intento y se queda en casa, el oso le arrancará los dientes y se hará con ellos un collar.

De ahí la necesidad de dar un paso más allá de la psicología positiva para nunca esperar del optimismo aquello que se pueda conseguir con determinación.

La heroicidad como terapia: espíritu de superación para el crecimiento personal

Oriol Rojas, Psicólogo en el Centro de Psicología en Santa Cruz de Tenerife

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Escrito por

José Oriol Rojas

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