La introversión en los niños, ¿un problema que deba corregirse?

Vivimos en un mundo en el que la comunicación lo es todo; las herramientas para comunicarnos con los demás cada vez son más accesibles y numerosas y eso hace que en muchas ocasiones tengamos dificultades para comprender qué empuja a alguien a no querer comunicarse con los demás. ¿Por qué mi hijo prefiere quedarse en casa jugando solo que salir al parque a divertirse con los demás? ¿Por qué no quiere ir de campamentos, practicar deportes en equipo o asistir a las fiestas de cumpleaños de sus compañeros de clase? ¿Será que tiene algún problema a la hora de socializar o de hacer amigos?

Los padres con niños introvertidos a menudo se encuentran muy perdidos y son incapaces de comprender porqué su hijo o hija es diferente a los demás. Y, aunque como padres es normal que nos preocupemos por el bienestar emocional de nuestros hijos, cabe tener muy clara la siguiente diferenciación: un niño introvertido no es igual a un niño tímido. Introversión y timidez suelen concebirse como palabras sinónimas, si bien significan cosas distintas.

Podríamos considerar una persona tímida a aquella que tiene problemas a la hora de establecer relaciones personales con los demás por miedo al contacto social. La persona que es introvertida, sin embargo, no es que no socialice por temor, sino porque prefiere no mantener contacto con los demás. Los niños introvertidos, de hecho, suelen disponer de buenas competencias sociales; si tienen pocos amigos es porque así lo han elegido.

Si nuestro hijo tiene miedo a establecer lazos afectivos con los demás y de socializar por miedo a lo que otros niños o adultos puedan pensar de él, sí nos encontramos ante un problema que convendría tratar. Si tenemos claro, sin embargo, que no hablamos de fobia al contacto con otros, sino de introversión, ¿qué hacemos? “Mi hijo es introvertido, ¿qué hago?” La respuesta es simple: Nada.

Se trata de un rasgo de la personalidad, de una característica contra la que no podemos luchar ni para la que se requiera un tratamiento. “Pero siempre está solo y no suele querer hablar con nadie, ¿cómo sé que no tiene un trastorno emocional o está deprimido?”. No necesariamente su aislamiento y/o escaso contacto con los demás evidencia un problema emocional. La mejor forma de ayudar al niño introvertido es comprendiéndolo y aceptándolo tal y como es.

1) Entienda las necesidades de su hijo y acepte que habrá bastantes momentos en los que le apetecerá estar a solas

2) Respete estas necesidades y no lo juzgue ni lo compare con otros niños (hermanos, primos, compañeros de clase…)

3) No lo fuerce a pasar más tiempo con los demás, esto le generará estrés y hará que se sienta irritable e infeliz

4) No le haga sentir que tiene un problema: no es ningún bicho raro

5) No intente bajo ninguna circunstancia cambiar su carácter, no solamente es innecesario sino que además resultaría prácticamente imposible

La introversión a menudo se concibe como un defecto y como un problema que, en realidad, no es tal. Sometidos con frecuencia a un juicio injusto, las personas introvertidas disfrutan de su tiempo a solas y se sienten rápidamente saciadas pasando tiempo con los demás.

¿El carácter introvertido de un niño y su negativa a socializar con los demás hará que tenga problemas en la vida? ¿Le impedirá este rasgo de la personalidad llevar una vida exitosa? Bajo ningún concepto; de hecho, a menudo se trata de lo contrario. Se conoce que personalidades reconocidas como Newton, Bill Gates, Einsten o Da Vinci fueron durante su infancia niños introvertidos.

Pero si notamos que la introversión o la timidez eccesiva impide al niño o al adolescente de tejer relaciones con los compañeros y de ser feliz, tal vez, es mejor consultar con un psicólogo que pueda ayudarle a superar esta dificultad.

Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.