La música como instrumento de cohesión social

No decimos nada que no sepamos ya, pero esta vez tenemos datos que lo reafirman: la música es un instrumento de cohesión social, un pegamento capaz de reforzar grupos y unir a las personas.

26 NOV 2018 · Lectura: min.
La música como instrumento de cohesión social

Y para muestra, un botón: un himno (ya sea de un equipo de fútbol, de un cuerpo militar o de un país) o la canción de un grupo de música que no entiende de grupos sociales o estratos económicos. ¿Qué mejor manera de unir a la gente que una melodía?

Los investigadores de las universidades de Exeter, en el Reino Unido, y de Artes de Tokio, en Japón, hablan de que la principal característica de la música es que actúa como un verdadero pegamento social entre personas que no se conocen de nada. Los resultados de un estudio llevado a cabo por ambos centros, publicado en la revista Proceedings of the Nacional Academy of Science (PNAS), pone sobre la mesa la importancia de combinar el sonido procedente de varios instrumentos musicales y algunas veces ponerles voz para forjar canciones o melodías que aúnan sensibilidades, articulan movimientos sociales y canalizan ideas políticas o culturales.

La razón es que la música se convierte en un elemento de pertenencia a un grupo. Es lo que sienten los jóvenes que se congregan en un salón de conciertos para asistir a la actuación de su cantante favorita, lo que une a los seguidores de un equipo de fútbol, lo que hace que se congreguen los partidarios de un partido político, lo que gritan aquellos que han superado una guerra y asisten a la derrota del enemigo, lo que cantan los fieles de una parroquia… Incluso lo que corean los amigos de un homenajeado en su fiesta de cumpleaños. En todos estos grupos, el instrumento que cohesiona a toda esa gente es la música, con la que se identifican.

El estudio analizó más de 300 grabaciones correspondientes a distintos estilos musicales y creada en contextos diferentes. En todas ellas se pudieron evidenciar una serie de ritmos comunes que se sucedían en la mayoría de ellas pese a sus peculiaridades. Se trata de compases que suelen repetirse y que denotarían que la música sí es universal y que, además, se pudo haber originado para aglutinar al grupo, dotarlo de mecanismos que cohesionaran a todos sus miembros y que los identificaran con respecto a otro grupo. Los investigadores la entienden como un canal de comunicación, un lenguaje universal por el que transmitimos ideas y nos relacionamos entre los demás miembros de nuestra comunidad.

Muchas veces no solo hay coincidencias en lo que respecta a los compases, sino también en cuanto al entorno en el que se crea esa canción. Un ejemplo puede ser el himno de lucha de un grupo social para defender sus derechos o la melodía de victoria que recitan los supervivientes tras liberarse de una ocupación militar. Recordemos también el ritmo de muchas de las canciones de Mayo del 68 o el del blues, que hunde sus raíces en las canciones afroamericanas que cantaban los esclavos del sur de Estados Unidos durante sus jornadas de trabajo. Son claras muestras de que la música es un instrumento que aúna a las gentes de una comunidad, las cuales se identifican con ella y la cantan por ese sentido de pertenencia al grupo, porque comprenden lo que significan y les ayuda a motivarse con el mensaje que transmite

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