Los cambios de vida y sus efectos emocionales

Los cambios son inherentes a la vida pero no siempre nos lo tomamos como elementos positivos y tenemos tendencia dejarnos paralizar por el miedo a intentarlo.

21 MAR 2019 · Lectura: min.
Los cambios de vida y sus efectos emocionales

Hoy en día, vivimos en una sociedad de continuo cambio, ya sea de ciudad, de pareja, de casa o incluso de sexo. En principio, los cambios pueden parecernos muy positivos pero es curioso cómo el ser humano se empieza a sentir muy agobiado e, incluso, cuestiona si abrazar el cambio fue o es lo correcto.

Todo cambio es para bien, eso nos los dicen desde muy niños. ¿Pero es eso tan real? La mente puede decir que sí pero, al mismo tiempo, que no. Si todo cambio fuese tan fácil de procesar, no sería tan lioso en nuestra cabeza.

Recuerdo como llegan a consulta gente con vidas maravillosas, que suenan maravillosas, y que han elegido vivir pero, al mismo tiempo, no terminan de sentirse a gusto. Son conscientes de que lo tienen todo, pero que algo les falta o falla.

Hacer un cambio radical debe ser algo muy pensado, ya que no es una solución mágica, ni quiere decir que saldrá bien sí o sí: a veces es mejor dar pequeños saltos para luego llegar a un gran cambio.

Pongamos, como ejemplo, que estamos comiendo algo que no nos gusta, enseguida lo dejamos pero le hemos dado la oportunidad de probarlo y eso también supone un cambio importante: probar cosas nuevas y luego ya se escogerá lo correcto, sin quedarnos solo con una opción como única salida.

Vamos a poner una serie de pautas para los cambios radicales:

Nada debe de darte miedo

Aunque te cueste dar el paso, no tengas miedo a que salga mal, ya que el ser humano, cuando se enfrenta a las cosas, aunque estas salgan mal, no sufre tanta ansiedad. Todo lo que hagas por cambiarlo o retrasarlo te hará recapacitar pero, al mismo tiempo, te hará acostumbrarte a no intentarlo.

El dolor

No podemos quedarnos estancados porque se produzca dolor en nosotros o porque la situación nos genera nerviosismo. Nadie nos puede asegurar que algo no será doloroso, incluso una misma situación puede tener consecuencias dolorosas en un primer momento y, si la volvemos a repetir, dejar de tenerlas.

El pasado, fuera

Si queremos nuevos cambios, mirar al pasado no sirve, ni para coger impulso. Toda oportunidad es nueva y debe brillar como única.

Es normal que, al dejar cosas atrás, sintamos como un “duelo”, pero es algo normal que irá desapareciendo.

Intentar

¿Por qué no hacerlo? Esta pregunta, si dejas que pase mucho tiempo, ya no podrás responderla porque tu mente creerá que ya pasó esa oportunidad y que ahora no es suficiente para hacerte lo feliz que pudo hacerte antes (esto es un tipo de excusa de la mente dominante).

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Escrito por

Guacimara Hernández Santana

Guacimara Hernández es licenciada en Psicología, tiene un doctorado y se ha formado en diversos lugares para traer siempre lo mejor a sus pacientes. Especializada en diversos campos como es el forense, sexología, adolescentes o infantil, se caracteriza por ser una persona capaz de dedicarle a sus pacientes el tiempo necesario con las mejores herramientas.

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