¿Qué es el complejo de salvador/a? 8 Señales que indican que intentas salvar a los demás

Muchas veces nos ocupamos y preocupamos tanto por los demás que nos olvidamos de que la persona más importante y, además, la única, que estará seguro hasta el último de nuestros días somos nosotros mismos. Este tipo de comportamientos pueden ser debido al denominado "complejo de salvador/a". Debemos tener en cuenta que para ayudar a los demás, nosotros también debemos estar bien. Esto implica escucharnos, respetarnos y sobre todo, cuidarnos. Entonces, ¿cómo podemos detectar si tenemos un complejo de salvador/a y qué hacer ante ello?

¿Qué es el complejo de salvador/a?

Es comprensible que en situaciones adversas, quieras ayudar a alguien que esté en un problema o requiera de tu apoyo. Pero, si en el caso de que esta persona no quiera tu ayuda, es importante respetar esta decisión. Cuando alguien tiene o siente esta necesidad de 'salvar' a los demás, es posible que padezca el denominado como complejo o síndrome del salvador. Las personas que tienen estas actitudes deben aprender a dejar de intentar ayudar a los demás cuando esto acaba dañando su propia salud mental como la relación con los demás.

¿Cómo saber si alguien tiene un 'síndrome' del salvador/a?

Las personas que tienen este complejo de salvador/a suelen caracterizarse por las siguientes actitudes:

1. Solo te sientes bien cuando ayudas a alguien: Las personas con este síndrome suelen buscar ayudar a los demás para llenar un vacío que sienten. De hecho, en realidad, en muchas ocasiones quieren dar esta ayuda para sentirse mejor con ellas mismas.
2. Crees que ayudar a los demás es tu propósito: Aunque ayudar a los demás puede ser una meta válida para tu vida, cuando esto acaba perjudicándote a ti y a los de tu alrededor puede ser una señal de que existe este complejo detrás.
3. Te atrae la vulnerabilidad: Te gusta que las personas sean vulnerables. Es decir, te sientes más atraído/a por aquellas personas que han tenido muchos problemas en su vida. Esto puede ser debido a que tú mismo/a has experimentado de dolor y angustia y sientes mucha empatía por aquellos que han sufrido también.
4. Intentas cambiar a la gente: Las personas con el síndrome del salvador/a suelen tener la creencia de que son capaces de impactar a los demás. De hecho, tienden a creer que sabes lo que es mejor para aquellos/as que pretendes ayudar. Pero, este tipo de actitudes pueden acabar con esta relación debido a que una persona debe querer cambiar para que suceda.
5. Siempre quieres encontrar una solución: No todos los problemas tienen una solución inmediata. Normalmente, las personas con un complejo de salvador/a suelen querer arreglarlo todo, a pesar de que no puedan ofrecer una buena solución al problema. Aunque dar consejos no es necesariamente malo, la realidad es que en algunas ocasiones es mejor escuchar a quiénes están en una situación adversa.
6. Haces demasiados sacrificios para los demás: Una persona con complejo de salvador puede ser capaz de sacrificar necesidades personales para cuidar a personas que no quieren realmente su ayuda.
7. Crees que eres el único que puede ayudar: Cuando alguien tiene este síndrome del salvador/a suele sentir estos impulsos por ayudar a los demás, ya que creen que nadie más es capaz de hacerlo. Esta creencia puede implicar también un sentido de superioridad, aunque en muchos casos no tienen conciencia de ello.
8. Ayudas por las razones equivocadas: Con esta tendencia a salvar a los demás, crees que estás haciendo "lo correcto". Es decir, que intentas "salvar" a los demás porque sientes que debes hacerlo aunque esto te perjudique.

¿Cómo puede afectarte?

Intentar rescatar a una persona que no quiere tu ayuda, suele no tener el resultado deseado. En realidad, estas tendencias salvadoras también pueden llegar a tener un impacto negativo en ti, e incluso provocarte lo siguiente:

• Agotamiento: Usar mucha parte de tu tiempo y energía para ayudar a los demás acaba pasándote factura a ti mismo/a.
• Relaciones interrumpidas: Si piensas que un amigo/a o pareja necesita cambios para mejorar y empiezas una relación con ellos/ellas con la intención de 'arreglarlos', es posible que tu vínculo no vaya a tener éxito.
• Una sensación de fracaso: Intentar cambiar a una persona nunca funcionará. De hecho, nadie es capaz de solucionar los problemas de los demás, en la gran mayoría de los casos. No conseguirlo, puede conducir a sentimientos crónicos de autocrítica, insuficiencia, culpa y frustración.
• Cambios en el humor: Una sensación de fracaso permanente puede conducir a que las personas tengan muchas experiencias emocionales desagradables, como puede ser tristeza, resentimiento, frustración o una sensación de perder el control.

¿Cómo dejar este comportamiento?

Si te identificas con estas tendencias salvadoras, es importante que tengas en cuenta lo siguiente:

• Escucha en lugar de actuar: Si tienes tendencia a actuar en lugar de escuchar a los demás, debes enfocarte en mejorar tus habilidades de escucha activa. De hecho, estar atento a los sentimientos y emociones de los otros, ya es de mucha ayuda.
• Ayuda de una manera menos intrusiva: Es mejor no intervenir hasta que alguien pide ayuda de manera explícita. Aun así, siempre puedes ofrecer tu ayuda, pero de manera que no sea obligada ni intrusiva para los demás.
• Conócete más a ti: En algunos casos, las personas pueden intentar ayudar a los demás porque no saben cómo abordar su propio trauma o dolor emocional. De esta forma, debes intentar tomarte más tiempo para identificar lo que realmente necesitas para solucionar estos problemas.
• Acude a terapia: Hablar con un terapeuta puede ayudarte a identificar y controlar aquello que impulsa tu comportamiento.

El complejo de salvador es una actitud que puede acabar haciendo que te alejes de tus propios problemas y necesidades. Es decir, intentarás 'salvar' a los demás antes que a ti mismo/a.

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