Los niños cuya autoestima ha sido vapuleada entran en la edad adulta con dos graves desventajas.

Hay personas que, a pesar de las pruebas que aporta la psicología, siguen manteniendo que el abuso emocional constantemente contra la autoestima de los niños sirve para educarlos y puede tener efectos positivos en ellos.

De ahí que escuchemos frases justificadoras de este abuso, cómo: " Ayuda a hacerlos duros y ha prepararlos para el mundo real".

Pero, la experiencia muestra sin asomo de duda que los niños cuya autoestima ha sido repetidamente vapuleada, no satisfaciendo sus necesidades básicas, negando continuamente sus necesidades, rebajándoles o ridiculizándolos por tener una edad determinada, viéndose obligados a asumir una personalidad falsa para impresionar a los demás, forzándolos a actividades a los que ellos no quieren o no pueden, viéndose comparados con los demás, diciéndoles que sus opiniones son insignificantes, sobreprotegiéndolos aun cuando ellos ya son capaces, ser culpado de errores, ser amenazado con golpearles si no se portan bin, o incluso golpearlos directamente, etc., tienen muchas probabilidades de entrar en la edad adulta con dos graves desventajas:

1.-Un estilo de personalidad de VÍCTIMA:

En la que en su interior tienen muy arraigada la creencia de que la vida les deparará necesariamente más desencanto y abusos, y sobre todo, de que son impotentes para defenderse de esta injusticia. Además, como es una ley psicológica que cada uno busca unirse a sus semejantes, inconscientemente se verán abocados a experiencias y relaciones que confirmarán su opinión de sí mismos como perdedores, o de la vida como decepcionante.

Como no esperan lo mejor, es posible que ni siquiera adviertan las oportunidades positivas. Si por casualidad experimentan felicidad, se mantienen reticentes, y no confían en que su inesperada suerte dure mucho. Al tener una visión tan negativa del futuro, tienden a estar muy poco motivados para hacer valer sus necesidades o desarrollar su capacidad para alcanzar el éxito y la felicidad.

2.-Escasez de habilidades sociales y recursos:

Su capacidad para comportarse automáticamente de forma auto protectora, asertiva y con confianza en sí mismo se halla muy reducida. Por ejemplo, si una persona ha recibido un su infancia una trato como; "porque lo digo yo"; sin recibir explicaciones razonables, "no deberías estar triste por esto"; pasando por alto continuamente sus sentimientos, "cuando estés en el colegio no digas ni hagas..., como sueles hacer"; viéndose obligado a asumir una personalidad falsa, "tu hermana jamás se habría comportado así"; viéndose desfavorablemente comparado con los demás, etc., por lo general no habrá desarrollado las mismas habilidades de hablar, actuar y presentase a sí mismo de forma que los demás lo tengan en cuenta y respeten.

Se sentirá molesto ante los cumplidos y el aprecio auténtico sencillamente porque no sabrá aceptarlos de manera positiva.

Si se trata de una persona introvertida por naturaleza, habitualmente será muy tímida, y si en cambio es extravertida parecerá insistente o molesta.

A ninguna de las dos les resultará fácil crear y mantener relaciones sólidas y fructíferas. Por lo tanto esos niños entran en el mundo de los adultos con mucha menor energía personal que aquellos cuya autoestima se ha estimulado y fomentado.

Por sus privaciones y perjuicios psicológicos tendrán menos capacidad para soportar incluso el desgaste normal de la vida emocional adulta.

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