Mi hija vive al límite

"Grita, cambia de humor, es cariñosa y se enfadada, a veces es dulce, otras agresiva, rompe cosas, lo tira todo por el suelo, ahora blanco ahora negro… Gasta sin control y tiene el armario lleno de ropa con la etiqueta puesta… Me decían que era cosa de la edad, que en la adolescencia los niños tienen cambios bruscos del estado de ánimo, que los problemas en casa son habituales, que con el tiempo esto cambiaría... Pasan los años, y esto ha empeorado, ya no sé qué hacer con mi hija…"

¿En qué consiste el trastorno límite de personalidad?

El Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) se caracteriza por una inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la afectividad, además de una importante impulsividad que comienza en la adolescencia. Esta impulsividad se puede ver reflejada en los gastos, el sexo, o el abuso de sustancias entre otros.

Son personas muy sensibles a lo que pasa a su alrededor, por ello las relaciones con la familia son muy inestables; de pronto están bien y reclaman cariño, como al instante siguiente se sienten frustradas, gritan y son agresivas. El estado de ánimo de las personas con TLP suele ser interrumpido por periodos de ira o desesperación. A menudo sienten angustia porque piensan que las pueden abandonar y que no son dignas de las personas que les rodean; pueden depender mucho de la gente cercana, demandando de ellos mucha atención y sintiendo rabia si no la consiguen. Habitualmente tienen la necesidad de gastar; gastan sin control y compran cosas que luego no utilizan.

¿Cómo tratar a alguien con trastorno límite de personalidad?

Es muy importante que la familia se implique en el tratamiento de la persona con TLP. Su actitud, comprensión y apoyo, será fundamental para mejorar la calidad de vida de la persona que tiene este trastorno. Lo más importante es que el diagnóstico de TLP lo realice un profesional de la psicología o la psiquiatría. A partir de ahí, se debe aprender a vivir con una persona que presenta Trastorno Límite de la Personalidad, entendiendo que hay actitudes y comportamientos que realiza la persona con TLP que son debidas a su carácter, pero muchas otras son debidas a su trastorno.

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