Miedos infantiles: Claves para comprenderlos y superarlos

Los miedos son una reacción de nuestro organismo ante una situación que se percibe como peligrosa, o amenazante. Gracias a ello, nuestro cuerpo puede prepararse para la lucha, la huida o la parálisis. Forma parte de nuestro cerebro más primitivo, pues su función principal es garantizarse la supervivencia, por lo que es un proceso natural.

¿Qué son los miedos infantiles?

Los niños pueden experimentar miedos ante distintos estímulos, dependiendo de la edad que tengan será más probable que expresen unos u otros. A medida que el niño va creciendo, pueden presentarse otros acontecimientos que le provoquen miedo, como soñar o tener pesadillas, sus propios pensamientos o imágenes mentales (monstruos...), ir a la escuela, el dolor físico, ir al médico, la muerte,…

Pueden tener diversos miedos, incluso muchos de ellos carentes de sentido a los ojos de un adulto pero que para ellos puede suponer el pasar un trago realmente malo. Miedo a quedarse solo en la habitación, a la oscuridad, a un ruido fuerte, a que la madre o el padre se vaya y no vuelva nunca, a la llegada de extraterrestres... Según un estudio reciente, entre el 30 y el 50% de los niños tienen algún temor intenso que suele reportarles sufrimiento. 

Los miedos infantiles van cambiando con la edad y lo que hoy le da miedo lo olvida al año siguiente o bien, por ejemplo, algo hacia lo que no siente ningún temor se convierte en sensación de miedo sin motivo aparente. Las niñas manifiestan sus miedos en mayor medida que los niños, siendo los peores miedos de éstos los que tienen que ver con el físico, como las lesiones o golpes. La principal explicación es que las niñas no sienten vergüenza al hablar de ellos, mientras que los niños no quieren mostrar esa supuesta debilidad ya desde pequeños. Durante la adolescencia también son habituales, aunque menos que en la financia.

Tipos de miedos infantiles más comunes

Existen algunos miedos en los niños que son bastantes recurrentes. Por este motivo, es más normal que los niños puedan padecer este tipo de terrores.

1.   Miedo específico

Estos son los miedos infantiles más comunes. Entre ellos podremos encontrar el miedo a las tormentas, el miedo a la oscuridad en niños, así como a cualquier temática común en esta edad.

2. Agorafobia

Este tipo de miedo es mucho menos recurrente en los niños. Se caracteriza por el terror de salir de su zona de confort pero de una forma muy exagerada. De esta forma, cualquier lugar que es desconocido por el pequeño  hace que actúen como si sufrieran un ataque de pánico.

3.   Fobia social

Cuando existe un miedo a interactuar con personas en una multitud o incluso a socializar, puede que estemos delante de un trastorno de ansiedad social. Existen niños que lo expresan a través de la fobia a ir a la escuela. Si existe este tipo de actitudes, debes consultar con un psicólogo.

¿Qué causa los miedos infantiles?

Existen algunos factores que hacen más propensos a los niños a sufrir un miedo infantil. Por ello, para trabajar estos temores es importante llegar a superar los miedos en los niños.

1.   Una mala experiencia

Cuando nos encontramos con un niño con un miedo frecuente, muchas veces estamos delante de un problema psicológico infantil. Por esto, es de vital importancia fomentar una buena comunicación con los pequeños y si hace falta consultar con un especialista.  

2.   Malas relaciones familiares

Algunas veces estos miedos infantiles pueden ir precedidos de un mal ambiente familiar.

3. Factores genéticos

Existen algunos casos en los que la biología puede ser el precedente de los niños con miedo. El desequilibro entre la serotonina y la dopamina puede ser el responsable de estos miedos infantiles descontrolados.

Estas pueden ser algunas de las causas por las que puede surgir los miedos infantiles. Aun así,  si los terrores son persistentes puede tener otras razones.

¿Qué necesitan los niños con miedo?

Un niño con miedo necesita saber que está a salvo y seguro. Que la situación está controlada. Si somos capaces de transmitirle esto conseguirá regularse. Esto lo conseguirá en la medida en que sienta que estamos a su lado, que lo acompañamos (física y emocionalmente). Así podrá integrar esa experiencia y aprenderá a gestionar aquello que le da miedo.

Cuando una persona tiene miedo, de alguna forma el organismo percibe algún tipo de peligro, por lo que corporalmente hay una sintomatología (aumento del ritmo cardíaco, sudoración, respiración superficial, llanto…), que puede ser de mayor o menor intensidad. Bajo esas circunstancias lo primero que podemos y debemos hacer es acompañar la regulación física del niño. Para ello utilizaremos nuestro propio organismo, como si de un soporte o ancla se tratara.

¿Qué puedes hacer como padre/madre ante los miedos infantiles?

Cuando los miedos infantiles son muy comunes en los niños, no debemos apresurarnos a preocuparnos en exceso. Lo primordial es abordar el problema desde la naturalidad para poder ayudar a los pequeños a superar los miedos.

1.     Detecta el miedo

El primer paso para ayudar a los niños con miedo es detectar qué le da miedo y estar disponible en esos momentos. Debes escuchar y comprender por qué siente miedo vuestro hijo.

2.    Empatiza

Ponte en sus zapatos, empatiza con los sentimientos de tu hijo. Percibe como se debe sentir, como te sentirías tú en su situación si tuvieras su edad.

3. Transmite seguridad

Transmítele que estás a su lado, y que sabes lo que hay que hacer. Es decir, que perciba en ti tranquilidad, estabilidad y seguridad. Tu calma le ayudará. Es importantísimo que pueda apoyarse y depositar su confianza en ti. Este es un paso fundamental en el desarrollo de la confianza en sí mismo para situaciones futuras.

4. Haz que se comunique

Facilitar la comunicación y expresión de sentimientos del niño es vital para afrontar los temores infantiles. Para ello es vital que el pequeño se sienta cómodo.

Con estos pasos puedes saber cómo afrontar los miedos infantiles de tus hijos, aun así es fundamental descubrir el porqué de estos temores. Si el miedo en los niños es muy frecuente, la mejor decisión sería consultar con un psicólogo infantil. 

Errores más comunes ante los miedos infantiles

Muchos padres no saben que están actuando mal delante de los miedos infantiles. Por este motivo, es esencial saber qué no debemos hacer ante esta situación.

• Racionalizar en exceso

Como adultos puede ser que nos parezcan desproporcionadas algunas reacciones, aceptar que a tu hijo aquello le da miedo es un paso importante y aprender a comprenderlo sin juicio es otro. Por ejemplo si a tu hijo le asustan las agujas y tienes que vacunarle, el "si no duele nada" sabes perfectamente que no le va a servir. Quizá más bien, "te tendré en mis brazos y te prometo que estaré a tu lado".

• Ver a los niños como adultos

A veces cometemos el error, de darles muchas explicaciones, y ellos no tienen porqué entender nuestro razonamiento adulto.

• Preocuparnos en exceso

Este es sin duda algo bastante común. A veces pasa que sentimos tanto el miedo del niño que es como que se nos contagia, con lo que empiezas a preocuparte. El niño al verte preocupada, se asusta más, y esto te deja en un bucle sin salida. Sobreprotegerlos en exceso, por ejemplo, "como no le gusta ir al dentista no le llevo". Esta actitud sólo hace empeorar el miedo infantil, ya que los niños normalizan esos temores.

• Transmitirle nuestros propios miedos

La mejor manera de hacer que los niños puedan superar los miedos que tienen es mostrar cómo nosotros podemos vencer los nuestros. Por ello, es de vital importancia no mostrar nuestros propios temores delante de los hijos.

Los miedos en la infancia son muy comunes y generalmente generan mucho malestar a nuestros hijos. Es importante saber que todos tenemos miedos, tanto los niños como los adultos. Algunos permanecen con nosotros días, meses, incluso años y otros tal cual vienen se van. No todos los miedos son iguales ni nos generan el mismo malestar. Hay miedos que nos ayudan a no correr peligros, a superarnos y a aprender de ellos y miedos que nos hunden y nos hacen sentir inseguros e incapaces. ¿Qué hacemos pues con estos miedos?

 "Hay miedos que nos protegen y miedos que nos destruyen". 

J. A. Marina

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