No me gusta leer

"No me gusta leer". Sentencia que cae a plomo de forma repetida en la consulta cuando dentro de un programa de tratamiento psicológico sugiero la necesidad e importancia de leer, tanto para el desarrollo mental, mejora de las funciones cognitivas, estabilización emocional o trabajo de la impulsividad por poner unos ejemplos.

Es terrible el carácter democrático de esta frase ya que puedes escucharla en un niño/a, un adolescente, un joven o un adulto, da igual. Mas aun, puedes escuchar argumentos sobre lo innecesario de la lectura teniendo en cuenta las innumerables aportaciones de las nuevas tecnologías y siempre habrá personas que se enorgullezcan de no haber leído un libro en su vida. Y mientras estás escuchando esto puedes observar en su metacomunicación como esboza una sonrisa en su cara devaluadora de la lectura y de quienes leen.

Lo cierto es que las nuevas tecnologías no nos están ayudando mucho en este sentido. Lo que sabemos hasta ahora es que las nuevas tecnologías influyen en el desarrollo de los niños y adolescentes produciendo cambios cognitivos y cerebrales. En este sentido están provocando un cambio en el patrón de lectura. Se ha cambiado la lectura profunda comprensiva por una lectura urgente. Es decir, se lee más rápido, pero no se comprende lo que se lee. Este problema lo vamos a ver en nuestro medio cada vez con más frecuencia en los colegios. La lectura es superficial y la vista va dando saltos en forma de F, sustituyendo la lectura de izquierda a derecha, línea a línea conocida por todos en nuestra cultura.

Borges dijo: "somos lo que somos por lo que leemos", y teniendo en cuenta los tiempos que corren podríamos a decir "somos lo que somos por cómo leemos". La clave no solo es leer sino saber leer.

Para que los niños lean necesitamos familias y padres que lean, familias involucradas como primeros educadores en el proceso de enseñar a leer y comprender. De esta manera se pueden detectar de forma prematura los riesgos de las dificultades en la lectura, como el reconocimiento de las palabras o la comprensión. Así se potencia desde el modelado los beneficios de la lectura.

La lectura influye en el desarrollo del cerebro del niño incrementando su conectividad neuronal, emocionalmente desarrolla la empatía aumentando la comprensión de los demás y de sí mismo, ensancha la conciencia emocional y la perspectiva del mundo, desarrolla el sentido crítico, la capacidad de introspección, la inteligencia, o aporta serenidad y calma.

Ahora bien, me pregunto si están dispuestas las familias a invertir en horas de lectura a cambio de horas de ver televisión, tablet o movil, por ejemplo. La psicóloga Sally Andrews, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nottingham Trent demostró que consultamos unas 85 veces el móvil al día de media y que dedicamos unas cinco horas al día. Está en nuestras manos ser modelos de salud.

"No soy un genio, estoy parado sobre las espaldas de gigantes". Isaac Newton

Dr. Psi. RICARDO BRAVO DE MEDINA

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica

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