Novela y poesía contra la ansiedad y la depresión

La depresión y la ansiedad son dos de los problemas emocionales más comunes, consecuencia, en su mayor parte, del ritmo de vida que llevamos y de la sociedad en la que estamos inmersos.

La psicología ofrece la posibilidad de superar estos trastornos emocionales por medio de terapias que buscan el origen del problema para que el paciente pueda comprenderlo y comenzar a superarlo. Los tratamientos psicoterapéuticos que estos profesionales dirigen siempre son personalizados y están controlados por la asistencia continua de este experto. En muchas ocasiones, requieren la ayuda de medicación que permita paliar los efectos negativos que estas enfermedades del ánimo tienen sobre la vida de las personas.

Algunos médicos ingleses van más allá y afirman que la literatura podría mejorar los estragos emocionales que estos trastornos causan en quienes padecen depresión y ansiedad, a la par que permitiría reducir el uso de la medicación que se suele recetar en estas situaciones. Lo cierto es que la lectura de un libro tiene efectos positivos para quien la disfruta: hace que tu imaginación vuele, te permite viajar a otro tiempo o lugar y experimentar situaciones jamás imaginadas, vivencias únicas que amplían más si cabe nuestra imaginación y cultura colectiva. Leer es un placer por cuanto a la vez que disfrutas con la historia que se cuenta permite evadirte de la realidad que te rodea y, por tanto, de sus problemas. De ahí que este equipo médico abogue por recomendar a los pacientes que sustituyan los medicamentos por libros y la farmacia por la biblioteca.

El programa, titulado Reading Well Book on Prescription y que fue promovido por la Reading Agency y la Society of Chief Librarians, tuvo una gran acogida entre los jóvenes ingleses con problemas de autismo, depresión, demencia y ansiedad, razón por la cual se pretende extender a otros sectores de la población. La campaña The Reading Well for Young People permitió a estos mejorar emocionalmente. Con libros como Las ventajas de ser un marginado o El curioso incidente del perro a medianoche, los jóvenes pudieron empatizar con los personajes, sentirse identificados con los protagonistas que pasaban por los mismos problemas que ellos tenían en el mundo real.

Estos especialistas no hablan de libros de autoayuda, que, obviamente, son también beneficiosos. Sus «recetas» incluyen novela y poesía. Obras como Breve historia del mundo, de Ernst H. Gombrich, o El manual para sentirse bien, de David D. Burns, ejemplares que hagan posible que el lector que sufre esta enfermedad anímica encuentre un modo de sentirse identificado con la historia, que aprenda, ría o se emocione con ella, que conozca otros lugares o a otras personas, aunque sea a través de la imaginación.

Sería interesante que iniciativas de este tipo se promovieran también en nuestro país, que pudiéramos acceder a una lista de libros con los que superar el bloqueo emocional que nos impide disfrutar de la vida. Porque eso es lo que realmente hace un libro: transmitirnos emociones. De ahí que sea la ayuda perfecta para estos casos.

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