Optimismo inteligente

Depende de la actitud en la vida. Dos personas ante la misma situación reaccionan de manera diferente porque lo vive de manera distinta, basándonos en sus experiencias previas y en la emoción que sienten en ese preciso momento. Ejemplo el sujeto que se enfrenta por primera ver delante de un presa canario, puede sentir miedo o puede disfrutarlo.

Basado en las enseñanzas de Seligman tenemos tres dimensiones para valorar la adversidad, siempre desde la visión de un sujeto optimista y de un pesimista.

¿Qué diferencia a un optimista de un pesimista? Su actitud.

El pesimista tiene actitud negativa siempre todo será negro y por ende su vida siempre sigue siendo triste y negativa.

El optimista tiene una actitud mental de dominio de la situación y de la adversidad y está abierto al cambio y controla sus pensamientos enfocándolo al mundo positivo.

• 1. Duración. Se trata de la duración en el tiempo de la adversidad.

Optimista. Lo vive como pasajero. Ya volverá salir en sol.

Pesimista. Lo vive como duradero. Nunca cambia seguirá todo igual.

• 2. Personalización de responsabilidad se trata de ver de quien es la culpa de la adversidad.

Optimista. Asume las decisiones y se pone a la acción para solucionarlo. Lo vive como algo parcial, un momento puntal y no sienten que son responsables de todos los males del mundo.

Pesimista. Asume totalmente que lo que ocurre es culpa únicamente suya, que todo lo que le sucede es porque él se resigna y no emprende acción, se queda lamentándose.

• 3. Amplitud del problema. Nos dice en cuantos aspectos de nuestra vida influyen ese adversidad.

Optimista. Lo percibe de manera aislado. Esta adversidad esta concreta y única. La tiene contextual izado.

Pesimista. Lo percibe de manera absoluto. Se infravalora como sujeto, yo no puedo hacer nada todos los palos me vienen a mi.

• 4. Actores principales en su vida. Donde está el protagonismo del sujeto.

Optimista. Tiene control de cambio. Yo puedo hacer algo para estar mejor y quiero estar mejor. Emprende una acción para algo concreto y actual.

Pesimista. Piensa que el control esta fuera, fuera de control. Todo depende de acciones que hagan los demás y todo es culpa del exterior, ejemplo estoy en paro y es culpa del gobierno, de un empresario, de la gente de la calle, etc. Nunca asume su parte y lo vive como algo global y ajeno a su persona.

El optimismo seria la propensión a ver las cosas en su aspecto más favorable. Cuando sucede algo solemos buscar la causa de ese suceso y atribuimos un porque paso.

Existe otra tipo de clasificación de esa atribución de causalidad: pesimista optimista.

• Interna/externa interna (es mi culpa) externa (no se pudo evitar, no es mi culpa.)
• Estable /inestable estable. No puedo cambiar) inestable (esto se puede cambiar )
• Global/especifico global (todo lo que haga específico (ha sido solo esta vez)
• Me sale mal

El optimismo está relacionado con nuestras expectativas

Y elementos como la perseverancia y la capacidad de una persona de establecer metas y objetivos.

El optimismo inteligente tiene la capacidad de utilizar sus fortalezas personales, así como sus capacidades para afrontar problemas de manera eficaz. Ante situaciones controladas e incontroladas, el optimista buscara las posibles soluciones y si no las hay (o no se encuentras a su alcance) las aceptara tal y como son con una visión optimista.

Para cambiar los estilos de causalidad debemos llevar a cabo un entrenamiento atribucional.

1. Identificar los pensamientos que generan esas atribuciones (a veces son pequeños, comunes o cotidianos que no nos damos cuenta).
2. Evaluar esos pensamientos.
3. Buscar alternativas. La idea es reducir el pensamiento para no retroalimentarlo y de ese modo, un estado mental más sereno nos hará capaces de encontrar alternativas más útiles y efectivas.

La vida tiene su lado sombrío y su lado brillante, de nosotros depende elegir el que más nos plazca.

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